Motos impulsan la accidentabilidad en nuestras vías
En Costa Rica, la flota de motocicletas se había mantenido relativamente estable durante muchos años, con un crecimiento moderado que no había significado un factor de desequilibrio en el total de la flota vehicular.
Dicha situación empieza a variar de manera significativa en tiempos de pandemia (2020 – 2021) cuando las motocicletas fueron el único vehículo automotor que aumentó en números reales; pero es a partir del año 2022, en período postpandemia, cuando sube significativamente la cantidad de motocicletas como porcentaje de la flota total. Con ese crecimiento, también aumentó el número de accidentes con participación de motociclistas y el porcentaje de fallecidos en esos siniestros.
Los datos disponibles en el Consejo de Seguridad Vial (COSEVI) indican que, antes de la pandemia, los fallecidos en accidentes de tránsito con motocicletas rondaban 219 por año. El aumento de la flota de motocicletas entre el 2021 y el 2022 fue de un 11% y el aumento del año siguiente fue de un 15%.
La consecuencia real de ese crecimiento es trágica si la relacionamos con los accidentes de tránsito: en el 2021 hubo 373 fallecidos en sitio, que aumentan significativamente a 491 en el 2022 (32% de aumento), a 517 en el 2023 (5.3% de aumento) y cierran en 514 en el 2024. Pero lo más preocupante es que ya se tienen unos 300 fallecidos en el primer semestre de este año, según datos a junio.
Los motociclistas fallecidos en esos accidentes superan el 50% del total de muertos en cada año calendario.
Son números escandalosos y nos preguntamos: ¿cuánto representan esos accidentes y esos fallecidos en el problema social de cada familia afectada? ¿Cuánto representan en los costos asociados con la Caja Costarricense del Seguro Social? ¿Cuánto representan en la afectación de los trabajos de todas esas personas? ¿Cuánto en los niveles de congestión por los cierres de vías? ¿Y en el impacto social de los niños que han perdido a padres y madres?
Lo peor es que las entidades responsables de enfrentar el problema (MOPT, COSEVI, Ministerio de Salud, INS) no han encontrado una sola respuesta. No hay una sola acción adoptada para revertir tan angustiante situación en el corto plazo, aunque es un verdadero problema tanto de salud pública, como de problemática social, seguridad vial y, finalmente, hasta de finanzas del Estado costarricense.
El surgimiento del problema se debe, principalmente, a cuatro factores: 1.- El crecimiento exponencial, postpandemia, de los servicios de "delivery", ofrecidos prácticamente solo con motocicletas, 2.- El bajo costo de las motocicletas, 3.- La legislación nacional para las motocicletas es mucho menos estricta que para otros vehículos automotores, y 4.- La congestión vial generalizada en nuestros principales centros urbanos impulsa a muchos dueños de vehículos a adquirir motocicletas para movilizarse con mayor facilidad.
Nos enfrentamos, entonces, con la absoluta necesidad de un análisis profundo de las causas, porque las falencias de la normativa vial vigente dejan a las autoridades sin capacidad de respuesta. Urge un alto en el camino, un replanteamiento de la situación, para establecer las medidas de corto y mediano plazo necesarias para incidir en una disminución significativa de accidentes, así como en su gravedad.
Es preciso ejercer mayor control en carretera, mejorar la seguridad pasiva de los vehículos y particularmente de las motocicletas, retomar las campañas de concientización de buenas prácticas al conducir (¿verdad que todavía nos acordamos de la campaña de los pollitos en cada entrada a clases?), y también campañas de sensibilización a conductores de vehículos sobre el deber de compartir el espacio vial con los motociclistas, con total respeto a los peatones y, por supuesto, una mejora urgente de la normativa legal relacionada con la conducción de motocicletas.
Finalmente, se debe reflexionar sobre las ventajas y desventajas del crecimiento de la flota de motocicletas con el fin de mantener políticas públicas que posibiliten un control adecuado de la situación, y no volver a sufrir el descontrol de la actualidad.