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Mundo insólito – Pasarela de ninfómanas

Por Edgar Espinoza | 28 de Jun. 2020 | 8:23 am

Margaretha Geertruida Zelle, conocida como Mata-Hari (7 de agosto de 1876 – 15 de octubre de 1917)

(CRHoy.com) – Bellas, inteligentes, artistas, poderosas y autoritarias pero… ¡ninfómanas!

Consumieron su vida buscando en uno y otro y otro hombre, e incluso mujeres, el orgasmo olímpico, el perfecto, el que nunca llegaría y que, si llegaba, querían superar.

Sin embargo, su desbocada sexualidad no les impidió a algunas sobresalir en diferentes campos del arte, de la política, la danza, la cultura y la realeza misma a que algunas pertenecieron.

Si bien Freud atribuyó a los impulsos sexuales las pautas del comportamiento humano, en un principio esta patología, conocida como furor uterino, fue considerada como diabólica, pero desde 1970, por decisión de la Organización Mundial de la Salud, se le prefiere llamar simplemente adicción sexual.

Se abre el telón y, a continuación, el gran desfile de las más renombradas ninfómanas de la historia.

Catalina la Grande. Como emperatriz de Rusia, su relación con infinidad de amantes la inspiraron y le dieron poder para modernizar y hacer aún más grande su vasto imperio. Se le descubrió una "habitación erótica" repleta de objetos sexuales y figuras pornográficas al "rojo vivo".

Valeria Mesalina. Más conocida, en los círculos prostibularios de su barrio, como "la mujer loba". Muy bella. Tanto como infiel. Pasaba por encima de su esposo, el emperador Claudio, para acostarse con toda la nobleza romana, soldados, gladiadores, actores… Llegó a retar a todas las prostitutas de Roma a ver quién la ganaba a echarse más hombres en una misma noche. Su gran rival sería Escila, famosa por tragarse enteros a todos pero esta, cuando llevaba 25 a su haber, tiró la toalla y aceptó su derrota. Mesalina, para entonces, llevaba ya 70 hombres y continuó esa misma noche hasta completar 200.

Mata-Hari. Espectacular personaje femenino del siglo XX quien descolló como exótica bailarina obsesionada con los militares y políticos de alto coturno quienes pasaban en regimientos por su explosiva cama. Empezó a tener problemas cuando, estando en Berlín, estalló la Primera Guerra Mundial y se convirtió en espía aprovechando que se acostaba con amantes de ambos bandos. Murió frente al pelotón de fusilamiento el 15 de octubre de 1917 vestida y maquillada como si fuera a otra de sus muchas fiestas.

La Condesa Sangrienta. Así le decían a Isabel Báthory, burguesa nacida en Transilvania, Hungría, cuya obsesión era secuestrar a las mujeres más bellas para matarlas y beberse su sangre con la idea de mantenerse joven. De paso, se aprovechaba de ellas sexualmente para saciar su instinto desaforado.

Catalina II de Rusia, llamada Catalina la Grande (2 de mayo de 1729 – 17 de noviembre de 1796)

Isabel I de Inglaterra. Era conocida como La Reina Virgen porque nunca se casó. Pero de virgen, nada: si no que lo digan todos sus súbditos que desfilaban en masa por su alcoba real, según los historiadores. Ella fue reina de Inglaterra e Irlanda desde 1558 hasta su muerte.

Alma Mahler Werfel, austriaca, quien acuñó la frase "Amo, luego existo". Se acostó con toda la alta sociedad vienesa desde médicos y arquitectos, hasta compositores y pintores.

Joan Crawford, famosa actriz estadounidense de Hollywood, quien tuvo cuatro cónyuges pero un sinnúmero de amantes que saciaron, donde fuera y como fuera, su adicción al sexo. Se le atribuye a Scott Fitzgerald haberla considerado la mujer más desenfadada y alocada de la década de los veinte.

Si bien hoy en día existen mujeres que sufren de hipersexualidad, como Britney Spears, Lindsay Lohan, Kim Cattral y Mel B, entre otras, el tratamiento psicoterapéutico, los medicamentos y la autoayuda son claves para controlar sus impulsos y reducir sus excesos sexuales.

Es necesario aclarar que esta patología la sufren tanto mujeres como hombres, aunque con la desventaja para ellas de que, por ser mujeres, los estereotipos y convenciones sociales y morales las hace más vulnerables a los ojos del mundo. Por algo ellas se han ido rebelando.

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