Mundo insólito – ¿Quiere potencia sexual? Coma garbanzos
¡Qué pastillas, ni ungüentos, ni tintas chinas! Nada como un buen plato de garbanzos para aumentar la potencia sexual.
Al menos eso creía en Europa la gente de la Edad Media a tal punto que aconsejaba comerlos con moderación para evitar el priapismo, es decir, las descomunales y dolorosas erecciones.
Y, bueno, si ese plato de garbanzos era además cocido en leche de camella y miel o, como solían hacer los árabes, con cebollita pulverizada, las turbinas del sexo alcanzaban su máxima potencia.
Según la leyenda, la ingestión copiosa de esta gramínea producía un aumento exponencial de la cantidad de semen, por lo que no había hombre que no la comiera a placer ni mujer que no nos la preparara con el mayor de los deleites.
Todo gracias al triptófano, aminoácido que provoca efectos positivos en la producción del esperma humano, tanto así que en Oriente Medio lo consumen de mil maneras, siendo una muy popular el "humus", conscientes de que los garbanzos contienen tres veces más triptófano que los demás alimentos.
De acuerdo con investigaciones hechas por universidades como la de Jerusalén, ese aminoácido, consumido desde finales de la edad de Bronce, es precursor de la serotonina, neurotransmisor que produce, entre otras cosas, sensación de plenitud.
No en vano, a cualquier receta que incluya una buena porción de garbanzos se le llama el "plato de la felicidad", por lo que se recomienda comerlo a menudo para mantenerse a tono y responder con solvencia a los imperativos de la biología y, por arrastre, de la perpetuación de la especie.
Así que ya saben la ecuación: a más garbanzos, más triptófano; a más triptófano, más serotonina, y a más serotonina, más bienestar. ¡La cena está servida!