Mundo insólito – Se nos va la vida en discusiones bizantinas
(CRHoy.com) – Los políticos son los más dados a ellas cuando a diario se enfrascan en debates, diálogos o alegatos inútiles.
Extensivas, por supuesto, a la no menos célebre fauna de diputados, magistrados, ministros y regidores que nos gobiernan.
Y bueno…también a los costarricenses en general cuando están en el parque, en alguna cafetería o en el hogar riñendo con la mujer.
Es decir, se nos va buena parte de la vida, tan importante para cosas más productivas, en discusiones artificiosas, vacías y sin ningún provecho para nadie ni para nada.
A esto es a lo que se le llama "discusión bizantina", o sea, a aquella que no conduce a ninguna conclusión, salvo la de perder el tiempo miserablemente.
¿Cuál es el origen de esta expresión? ¿Por qué bizantina? ¿Qué sucedió en Bizancio?
Según la tradición, cuando los turcos otomanos entraron en Constantinopla en el siglo XV encontraron a sus hombres más conspicuos trenzados en intensas y vanas disputas teológicas.
Para que tenga una idea del carácter de esos foros, tales prohombres solían exponer y debatir con gran fanatismo sobre el sexo de los ángeles.
Es inevitable imaginárselos deliberando sobre si los ángeles tenían sexo o no, y si lo tenían, cómo era y cómo lo practicaban, o si no lo ejercían, qué hacían con él, qué tendencias sexuales prevalecían entre ellos y cuáles eran las consecuencias de sus hipotéticas relaciones íntimas.
Y es que este y otros temas sagrados siempre fueron tan complejos como erráticos en un Imperio bizantino donde la diversidad de criterios afectaban a la unidad religiosa misma, entre otras cosas debido a la existencia de cuatro patriarcados (Constantinopla, Alejandría, Jerusalén y Antioquía) que no se ponían nunca de acuerdo.
De ahí que no es raro pensar que, para efectos del pueblo que andaba en una onda más terrenal y profana, toda esa euforia por lo teológico para divagar sobre lo humano y lo divino era algo tan incomprensible como intrascendente.
Es decir, demasiado bizantino.