Imprevisibilidad de Trump dispara el rearme europeo
Alemania aprobó reforma que excluye el gasto en defensa del límite de endeudamiento público
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca desató una ola de incertidumbre global, que no solo inquieta a sus "rivales", sino también a sus aliados históricos. En Europa, la imprevisibilidad de la administración estadounidense está generando un replanteamiento profundo de los presupuestos de defensa a lo largo del continente.
El catalizador de este giro fue la exigencia de Trump a los países de la OTAN de elevar su gasto en defensa al 5% del PIB, un aumento drástico respecto al objetivo previo del 2%. El presidente estadounidense advirtió que, si no se alcanza ese umbral, reconsiderará su compromiso con la defensa colectiva de la Alianza Atlántica. Este cambio de enfoque es especialmente relevante si se considera que, en 2024, Washington aportó el 64% del gasto militar total de la OTAN.
A esta presión financiera se suman varias propuestas políticas preocupantes para Europa. Por ejemplo, Trump sugirió reconocer oficialmente la anexión rusa de Crimea e impulsar la cesión de otros territorios ocupados a cambio de un acuerdo de paz con Moscú. La idea fue rechazada de inmediato por Kiev, mientras que los gobiernos europeos interpretaron sus palabras como una advertencia de que Estados Unidos ya no está dispuesto a sostener los principios fundacionales de la OTAN.
Frente a este escenario incierto, Europa comenzó a tomar medidas para reforzar sus capacidades militares, tomando decisiones que no se veían desde el fin de la Guerra Fría:
- Alemania aprobó una reforma constitucional que excluye el gasto en defensa del límite de endeudamiento público, lo que le permitirá un aumento significativo en su presupuesto militar. Además, creó un fondo especial de $570.000 millones para infraestructura y defensa, y liberó $3.400 millones en ayuda militar para Ucrania.
- Dinamarca anunció un incremento histórico de $7.600 millones en su presupuesto de defensa para los próximos dos años, alcanzando el 3,2% del PIB, su nivel más alto en más de medio siglo. El gobierno justificó esta medida por la creciente amenaza rusa.
- Finlandia planea elevar su gasto en defensa del 2,4% al 3% del PIB para 2029, dentro de un plan económico que también incluye recortes fiscales para asegurar esta inversión a largo plazo.
- Lituania se convirtió en el primer país europeo en comprometerse públicamente a destinar entre el 5% y el 6% de su PIB a defensa entre 2026 y 2030, un reflejo de su vulnerabilidad geopolítica y su alineación estratégica con Washington.
- Suecia anunció un aumento de $29.800 millones en su presupuesto de defensa durante los próximos diez años, con el objetivo de alcanzar el 3,5% del PIB para 2030, frente al 2,4% actual.
- España, bajo el liderazgo de Pedro Sánchez, destinó una inversión adicional de $12.000 millones a defensa, con la meta de alcanzar el 2% del PIB antes de 2029. El plan incluye mejoras salariales, adquisición de tecnología avanzada y un fuerte enfoque en ciberseguridad y operaciones internacionales.
- El presidente de Francia, Emmanuel Macron, propuso elevar el gasto militar del 2% al 3,5% del PIB, lo que implicaría una inversión adicional de $34.000 millones anuales. Parte de esos fondos se destinarían a la compra de nuevos cazas, fragatas y un portaaviones de última generación.
- El rearmamento no se limita al plano nacional. La Comisión Europea lanzó la iniciativa Readiness 2030, que busca movilizar hasta $910.000 millones para reforzar la infraestructura de defensa común y reducir la dependencia estratégica de Estados Unidos.