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La Malinche: La maldición de América Latina

Una princesa náhuatl fue fundamental en la conquista de México

Por Harold Leandro | 22 de May. 2017 | 5:13 am

México habría sido conquistada de todas maneras por los españoles, dada la superioridad del aparato militar de los europeos frente al de los indígenas, pero la participación de una mujer definió -en gran medida- el desarrollo de ese proceso que, a su vez, se aplicaría de forma similar en el resto de América Latina.

Se le conoce como La Malinche y la interpretación de su papel ha ido cambiando conforme avanzan los estudios históricos sobre el sometimiento de México ante los que venían del Viejo Mundo.

La Maliche era una princesa náhuatl, oriunda del actual estado mexicano de Veracruz. Cuando el 14 de marzo de 1519 los españoles, comandados por Hernán Cortés, ganaron la batalla de Centla, exigieron tributo a los indígenas de Tabasco, quienes entregaron 20 esclavas. Entre ellas estaba La Malinche, quien se convirtió en concubina de Cortés y le dio un hijo: Martín, considerado uno de los primeros mestizos de América.

La relación entre La Malinche y Cortés fue tan fuerte que la indígena los salvó de una emboscada en Tenochtitlan a manos de los cholutecas.

Pero La Malinche pasó a la historia por su papel de traductora, un factor que aligeró la victoria militar de Cortés ante los nativos.

La Malinche -a quien los españoles llamaban Doña Marina-, además de náhuatl, aprendió el maya y dada su relación con Cortés, sumó el español, lo que la convertía en una parte vital de aquella coyuntura que le tocó vivir.

Al ser trilingüe, sirvió de traductora a Cortés y eso le permitió al invasor español tener información de los indígenas que en aquel tiempo vivían en México y que hablaban esas lenguas, en especial, el náhuatl de los aztecas.

Además, entre La Malinche y Cortés había una relación muy fuerte, lo que le permitía al hispánico tener confianza en la información que le daba la nativa. Eso le facilitó estar enterado de la realidad imperante en México, tener la posibilidad –por el lenguaje- de comunicarse con los diferentes pueblos y formar alianzas al aprovechar sus divisiones.

Por esto a La Malinche se le endilga el mote de traidora a su cultura. Tanto, que se acuñó el término "malinchista" para definir a aquella persona que desprecia lo propio para abrazar con fervor lo extranjero. .

De ahí surge la canción "La maldición de Malinche", compuesta por el cantautor mexicano Gabino Palomares en 1975 y grabada por primera vez en 1978.

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Del mar los vieron llegar
Mis hermanos emplumados
Eran los hombres barbados
De la profecía esperada
Se oyó la voz del monarca
De que el dios había llegado.
Y les abrimos la puerta
Por temor a lo ignorado.

Iban montados en bestias
Como demonios del mal
Iban con fuego en las manos
Y cubiertos de metal.
Sólo el valor de unos cuantos
Les opuso resistencia
Y al mirar correr la sangre
Se llenaron de verguenza.

Porque los dioses ni comen
Ni gozan con lo robado
Y cuando nos dimos cuenta
Ya todo estaba acabado.
Y en ese error entregamos
La grandeza del pasado
Y en ese error nos quedamos
Trescientos años esclavos.

Se nos quedó el maleficio
De brindar al extranjero
Nuestra fe, nuestra cultura,
Nuestro pan, nuestro dinero.
Y les seguimos cambiando
Oro por cuentas de vidrio
Y damos nuestras riquezas
Por sus espejos con brillo.

Hoy, en pleno siglo veinte
Nos siguen llegando rubios
Y les abrimos la casa
Y les llamamos amigos.
Pero si llega cansado
Un indio de andar la sierra
Lo humillamos y lo vemos
Como extraño por su tierra.

Tu, hipócrita que te muestras
Humilde ante el extranjero
Pero te vuelves soberbio
Con tus hermanos del pueblo.
Oh, maldición de malinche,
Enfermedad del presente
¿Cuándo dejarás mi tierra..?
¿Cuándo harás libre a mi gente?

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Quizás la versión más gustada sea la que interpretan Palomares y la también mexicana Amparo Ochoa, la cual podrá disfrutar a continuación.

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