Logo

¿Por qué Tailandia y Camboya están al borde de la guerra (otra vez)?

Por Gustavo Arias | 11 de Dic. 2025 | 4:25 am

Si tiene solo unos segundos, lea estas líneas:

  • La violencia entre Tailandia y Camboya volvió a estallar pese al alto el fuego, con ataques aéreos, acusaciones cruzadas y una disputa territorial que arrastra más de un siglo.
  • La política interna en ambos países aviva la escalada: líderes debilitados usan el conflicto para ganar apoyo, mientras un acuerdo impulsado por Trump fracasó al no resolver la raíz del problema.
  • El costo humano es grave: hasta medio millón de personas han sido desplazadas y la vida en la zona fronteriza está paralizada por los combates.

 

La frontera de 817 kilómetros que comparten Tailandia y Camboya es de nuevo un punto de alta tensión. A pesar del acuerdo de alto el fuego, firmado en octubre bajo el amparo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, las hostilidades se reanudaron con intensidad alarmante, incluyendo ataques aéreos y retórica bélica de ambos gobiernos.

Para entender por qué estos vecinos, con profundos lazos históricos y culturales, se enfrentan nuevamente, es necesario mirar más allá de las escaramuzas recientes y analizar una disputa centenaria, la fragilidad política interna de ambos países y el colapso de un acuerdo que no resolvió el problema de fondo.

¿Qué detonó esta nueva ola de violencia?

Aunque la tensión ha sido constante, la chispa inmediata se encendió en noviembre. Un soldado tailandés resultó gravemente herido por la explosión de una mina terrestre en la zona fronteriza. El incidente provocó que Bangkok suspendiera unilateralmente el alto el fuego, acusando a Camboya de colocar nuevos explosivos en el área. Camboya negó rotundamente la acusación y atribuyó el hecho a remanentes de conflictos pasados.

La situación se deterioró rápidamente en diciembre. El ejército tailandés denunció que las fuerzas camboyanas movilizan armas pesadas, excavan trincheras y despliegan drones y francotiradores, lo que constituye una "amenaza directa y grave a la soberanía de Tailandia". En respuesta, Tailandia lanzó ataques aéreos contra objetivos militares camboyanos, marcando una escalada significativa.

El gobierno de Camboya sostiene que sus acciones son defensivas. Acusa a Tailandia de iniciar las hostilidades con "disparos ininterrumpidos" y el uso de "humo venenoso". Afirma que las fuerzas tailandesas bombardean zonas civiles y templos sagrados de manera indiscriminada.

¿Cuál es el origen histórico de la disputa entre Tailandia y Camboya?

La raíz del conflicto se remonta a la época colonial. La disputa se basa en interpretaciones divergentes de un mapa trazado en 1907 por Francia, que ocupaba Camboya, para delimitar la frontera con el Reino de Siam, hoy Tailandia.

La ambigüedad del trazado provoca conflictos desde hace más de un siglo, especialmente alrededor de antiguos templos de la era jemer, como Preah Vihear. Aunque la Corte Internacional de Justicia falló en 1962 y nuevamente en 2011 que el templo pertenece a Camboya, la soberanía de las tierras adyacentes sigue en disputa.

El desacuerdo geográfico se convierte en cuestión de orgullo nacional. Ninguno de los dos países cede territorio, ya que hacerlo conlleva un alto costo político. La frontera, más que una línea en el mapa, es un símbolo de soberanía que despierta fervor nacionalista y permite a los líderes de ambos lados consolidar poder.

¿Qué papel juega la política interna en la escalada?

El conflicto es militar y político. En Tailandia, el primer ministro Anutin Charnvirakul lidera una coalición con minoría parlamentaria y enfrenta críticas por su gestión interna y escándalos de corrupción. Analistas señalan que una postura agresiva en la frontera ayuda a proyectar fortaleza y ganar apoyo de sectores conservadores y militares, desviando la atención de problemas domésticos. El ejército tailandés declara que su objetivo es "paralizar la capacidad militar de Camboya" para garantizar la seguridad futura.

En Camboya, la dinastía política de los Hun sigue marcando el paso. Hun Sen, ex primer ministro y actual presidente del Senado, mantiene una retórica beligerante, insta a las fuerzas armadas a contraatacar y establece "líneas rojas". Además, el país enfrenta presión internacional por la proliferación de estafas en línea, lo que erosiona su imagen. El conflicto externo sirve para unificar a la población frente a un enemigo común.

La relación personal entre las élites de ambos países también parece rota. Los vínculos que existían entre el clan Shinawatra de Tailandia y Hun Sen, que en el pasado calmaron tensiones, hoy parece que se rompieron, eliminando un canal vital para la diplomacia silenciosa.

¿Qué pasó con el acuerdo de paz de Donald Trump?

En octubre de 2025, Trump presidió la firma de un acuerdo de paz en Malasia, presentándolo como una victoria diplomática y prueba de su capacidad para "detener guerras". El pacto incluía la retirada de armas pesadas, el desminado conjunto y la liberación de prisioneros.

El acuerdo era frágil porque no abordaba la causa raíz: la demarcación fronteriza colonial. Al centrarse en detener los disparos sin resolver la disputa territorial, el alto el fuego queda a merced del primer incidente, como ocurrió con la explosión de la mina en noviembre.

Trump declaró su intención de "hacer una llamada" a los líderes para detener los combates, pero Tailandia dijo que no es momento para mediaciones externas, insiste en que la soberanía no se negocia y que Camboya debe cesar sus "violaciones" antes de volver a hablar.

¿Cuáles son las consecuencias humanitarias actuales?

El costo humano crece rápidamente. Autoridades estiman que entre 400.000 y 500.000 civiles evacúan sus hogares en ambos lados de la frontera debido a la intensidad de los combates, que incluyen artillería y ataques aéreos.

Los informes confirman la muerte de al menos siete civiles camboyanos y varios soldados tailandeses en los enfrentamientos de diciembre, sumándose a las decenas de fallecidos durante el brote de violencia de julio.

La vida cotidiana en la región está paralizada: se imponen toques de queda, el comercio transfronterizo de combustible y alimentos se ve afectado, y Camboya se retiró de los Juegos del Sudeste Asiático organizados por Tailandia.

Mientras los líderes intercambian acusaciones y la diplomacia internacional intenta reactivarse, los habitantes de las aldeas fronterizas pagan el precio más alto. Se ven obligados a "correr para salvar su vida" y abandonar sus tierras en medio del fuego cruzado.

Comentarios
0 comentarios