¿Quién es Raymond Burke, el cardenal favorito de Donald Trump que podría ser papa?
Raymond Leo Burke, de 76 años, es una de las figuras más polémicas y conservadoras dentro de la Iglesia católica. Originario de Wisconsin, este cardenal estadounidense es uno de los críticos más abiertos del papado de Francisco. Se opone a cualquier flexibilización en temas como los derechos de la comunidad LGBTQ+, el rol de la mujer en la Iglesia o la comunión para divorciados.
Burke no solo tiene peso en el ámbito religioso, sino también en el político. En 2016, mientras Francisco criticaba la idea de construir un muro entre México y Estados Unidos, Burke respaldaba a Donald Trump, asegurando que el entonces candidato republicano "defendía los valores de la Iglesia". Desde entonces, Trump y su entorno lo ven como una figura clave para el futuro del Vaticano.
Con el cónclave a la vista, todas las miradas se centran en los posibles sucesores. Burke figura entre los favoritos del bloque conservador.
Conflicto abierto con Francisco
Burke inició su carrera eclesiástica en los Estados Unidos, donde fue obispo de La Crosse y arzobispo de San Luis. En 2008, Benedicto XVI lo llevó a Roma y lo nombró prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, el máximo órgano judicial de la Iglesia. En 2010, fue nombrado cardenal.
Todo cambió con la llegada de Francisco en 2013. Burke fue removido de la Congregación para los Obispos y comenzó a criticar abiertamente al nuevo pontífice. Cuestionaba, por ejemplo, que se hablara "demasiado poco" sobre temas como el aborto o el matrimonio tradicional.
En 2014, Burke llegó a decir que la Iglesia bajo Francisco parecía "una nave sin timón". Tras esa declaración, fue relegado a un puesto simbólico en la Orden de Malta. Las tensiones siguieron creciendo, hasta que el Vaticano le retiró sus privilegios, incluso su apartamento en el Vaticano y su salario mensual.
En 2020, el estadounidense declaró que Joe Biden no debía recibir la comunión por su apoyo al aborto legal. Alegó que permitirlo generaba escándalo entre los fieles. Biden, sin embargo, siguió comulgando, incluso en Roma, y afirmó que el papa Francisco le había dado su respaldo. El episodio dejó en evidencia la distancia entre el enfoque del pontífice argentino y la línea disciplinaria de Burke.
Aun así, el cardenal insiste en que no se considera enemigo del papa. Dice que nunca tuvo la impresión de que el argentino lo viera así, aunque reconoce que el pontífice no quería que ocupara puestos de liderazgo.
Un papable sin poder, pero con respaldo
La pregunta sobre quién será el próximo papa domina las conversaciones dentro y fuera del Vaticano. Entre los posibles candidatos, Burke destaca por su perfil conservador, su peso en el catolicismo estadounidense y su cercanía con el entorno de Trump.
Aunque hoy no ocupa cargos institucionales, mantiene una red de apoyos muy activa. Medios como Fox News, LifeSiteNews y EWTN lo mencionan entre los papables. Organizaciones como Catholic Vote —dirigida por Brian Burch, a quien Trump nombró embajador ante la Santa Sede— promueven su figura como una opción para restaurar la ortodoxia en Roma.
Burke encarna una corriente ideológica que busca frenar el aperturismo impulsado por Francisco. Su cercanía con sectores conservadores en Washington lo ha fortalecido como figura política. Tiene una página web personal, donantes privados que financian su labor y el respaldo de obispos alineados con un catolicismo más conservador.
Hoy, Burke sigue en Roma. No tiene cargos oficiales, pero conserva su influencia de cara al cónclave.