Aero Caribe achaca responsabilidad de controladores aéreos en accidente de Pico Blanco
La compañía Aero Caribe, encargada del vuelo de una aeronave que se accidentó en noviembre del 2o24 en Pico Blanco, respondió al informe preliminar de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) sobre este incidente.
Esta semana esa entidad hizo público el informe que, en este tipo de accidentes, se suele publicar al cumplirse el primer aniversario del evento. En ese documento se reseña cuáles eran las condiciones climatológicas del 25 de noviembre del año anterior, sobre las que se dice que existió nubosidad y lluvias. Además, se agrega posteriormente que el permiso de Aero Caribe no incluye la operación en condiciones de baja visibilidad.
Para la aerolínea el informe es impreciso y pasa por alto una serie de variables que evaden la responsabilidad de los funcionarios de control aéreo de la DGAC, según manifestaron a CR Hoy.
Aero Caribe sostiene que la aeronave salió de Tortuguero autorizada con un plan de vuelo en condiciones visuales con destino al aeropuerto Tobías Bolaños de Pavas. No obstante, la compañía indica que estas circunstancias cambiaron a lo largo del trayecto.
"Los servicios de control aéreo la desviaron de la ruta original, hacia el aeropuerto Juan Santamaría, sometiendo a dicha aeronave y a su piloto a continuar con un vuelo por instrumentos (no visual) bajo las órdenes que le giró la controladora aérea responsable de dicha labor, quien la guio a una zona errónea a una altitud errónea", aseguró Mario Villatoro, gerente general de Aero Caribe.
La aerolínea también cuestiona que Aviación Civil sea el encargado de llevar a cabo la investigación y que, al mismo tiempo, esté al mando de los controladores aéreos a quienes les achacan responsabilidad. Esta coincidencia, según Aero Caribe, compromete la objetividad del proceso.
En el documento se define que, entre las acciones a futuro, está el análisis de control de tráfico aéreo y el desarrollo de conclusiones, ahí se incluiría el estudio de los controladores a cargo de ese vuelo.
CR Hoy envió consultas a la DGAC sobre los señalamientos de la aerolínea, pero se está a la espera de respuesta. También se volvió a consultar a la empresa sobre si lo que hacen es adelantar criterio, en vista de que el control aéreo se investigará próximamente. La empresa no ha dado mayores detalles, pues los hechos son objeto de un proceso judicial.
La investigación del incidente está a cargo de la Unidad de Accidentes e Incidentes del Consejo Técnico de Aviación Civil (Cetac). El documento publicado corresponde a una declaración provisional de carácter técnico, pues la investigación sigue en marcha.
Según el propio informe, más que determinar culpabilidad, el objetivo es que la información ayude a prevenir futuros accidentes.
El día del accidente
El vuelo comercial de la aeronave modelo Cessna U-206-G matrícula TI-GER salió del Tobías Bolaños a eso de las 11:00 a.m. Iba hacia Tortuguero a recoger cuatro pasajeros y luego debía volver a esa terminal siguiendo la misma ruta de llegada. El informe no señala irregularidades en la ruta de vuelo.
Aterrizó en Tortuguero a las 11:28 a.m. y despegó de ese lugar a las 12:00 p.m. No obstante, las condiciones del tiempo obligaron a cerrar operaciones en Pavas, por lo que se le desvió al Juan Santamaría. No obstante, se perdió comunicación y contacto con el radar.
Esto generó una alerta a la aerolínea, Cruz Roja, Bomberos y el Servicio de Vigilancia Aérea. Una vez dada la alerta, a la 1:30 p.m. una aeronave logró divisar al Cessna 206, impactada contra el terreno. Con esa información, los cuerpos de rescate iniciaron labores para llegar a ese punto. Pero fue hasta las 8:29 p.m. cuando dos montañistas encontraron los restos de la avioneta.
"El accidente ocurrió de día y en condiciones meteorológicas adversas", indica el informe.
El accidente cobró la vida de cinco personas: Mario Alberto Miranda Ramírez (piloto), Ruth Pamela Mora Chavarría (copiloto), Enrique Arturo Castillo Incera, Gabriela Calleja Montealegre y Jean Franco Segura Prendas. La única sobreviviente fue Paola de los Ángeles Amador Segura.