Asesinato de doctora Cedeño: Analizan heridas en cuerpo de sospechoso de matarla
Consistentes con dinámica de defensa
(CRHoy.com) El bailarín Teodoro Herrera, sospechoso del homicidio de María Luisa Cedeño, presentaba lesiones superficiales "compatibles" con la acción de las uñas sobre la piel.
Las heridas fueron analizadas la mañana de este martes por el perito de la Sección de Patología Forense del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Kenneth Villalobos, en su declaración en el juicio seguido en el Tribunal Penal de Quepos por el crimen de la anestesióloga.
Se trata de una escoriación con costra rojiza sufrida recientemente, para el momento de la valoración corporal, contenida en el informe 2020-297, emitido el 20 de julio de 2020 (día en que se halló el cadáver). El doctor incluso mencionó que pudo corresponder a un "aruñazo", que pudo ser ocasionada de arriba hacia abajo, con una forma curva.
También presentaba una lesión de ese tipo en el dorso de la mano derecha, la cual era de menor tamaño.
Además tenía una equimosis en la espalda, la cual era de mayor tamaño que las otras dos y tenía una forma lineal-horizontal. De igual manera tenía una coloración rojiza.
Las equimosis, conocidas como moretones, son ocasionadas por objetos sin filo que ejercen presión o percusión sobre la piel, lo que ocasiona una ruptura de los vasos sanguíneos, mas no de la piel. Por su parte, las escoriaciones son generadas mediante fricción por un objeto sin filo sobre la piel, lo que ocasiona un desprendimiento de la parte superior de esta y expone la capa inferior de la misma.
Todas estas fueron calificadas como "superficiales" por el especialista. De igual manera, son consistentes con un posible mecanismo de ataque por defensa, dijo el perito.
Ante consulta de la fiscala Grettel Rosales, Villalobos mencionó que en la herida de la espalda era posible que mediara un objeto entre el que provocó la equimosis y la superficie, como por ejemplo, una prenda.
Otras revisiones
Teodoro Martínez figura como sospechoso del asesinato junto al empresario Harry Bodaan y el administrador Luis Carlos Miranda.
Respecto a los dos últimos, el perito Kenneth Villalobos descartó que tuvieran alguna herida que pudiese ser vinculada a los hechos.
No obstante, como particularidades, el médico resaltó que Miranda llegó solo y que reiteradamente le hizo referencia -sin que mediara pregunta alguna- el lugar en el que se encontraba para el momento de los hechos; situación que calificó de "poco usual", aunque reconoció haberla vivido en más de una ocasión. Resaltó que al finalizar la valoración corporal, cuando dejó el consultorio, este regresó, abrió la puerta y le indicó al doctor que había estado en un lugar y momento "no indicados".
Esta revisión se hizo el 22 de julio de 2020. Unos 10 o 15 minutos después se le practicó la misma diligencia al guarda de seguridad del hotel, Cristopher Castro. A diferencia de este último, y de Herrera, a Miranda no se le pidió una valoración solicitada para la extracción de material genético.
De Bodaan, en cambio, señaló que hizo una solicitud de valoración especializada a Odontología Forense, con el objetivo de que al hotelero se le tomaran muestras e impresiones dentales, así como fotografías, a fin de compararlas con heridas halladas en la autopsia practicada al cuerpo de la víctima. Este se presentó acompañado de un funcionario judicial y requirió asistencia parcial para su movilidad.
Su valoración corporal se llevó a cabo el 29 de julio de 2020. Ese mismo día se le practicó la misma revisión a su esposo, Yáder Danilo Obando.
Para todos los casos, por protocolo, a los sujetos de valoración se les requirió firmar un consentimiento informado, que incluyó una explicación sobre la diligencia. Ninguno incluyó una revisión de los genitales.