Así explica la OCDE por qué Costa Rica es un país caro
Fortalecimiento de la competencia para bajar precios sigue siendo tarea pendiente de Costa Rica
(CRHoy.com).- Si usted desea adquirir un vehículo sedán cuatro puertas nuevo en Costa Rica deberá pagar casi el doble de lo que ese mismo carro le costaría en algunas de las economías más desarrolladas del mundo.
Mientras acá tendría que pagar cerca de $40.000 por un carro con esas características, en Estados Unidos la factura apenas superaría los $21.000; en Chile los $23.000; en Francia poco más de $27.000 y en México unos $34.000; todos son países socios de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
El ejemplo del costo de un vehículo le sirvió a la Organización, en su último informe del 2020, para explicar porqué definió a Costa Rica como un país caro.
Y entre los factores que citó para sostener su conclusión, la OCDE indicó además que el país no tiene una competencia suficientemente fuerte, al tiempo que tiene un mercado que está dominado por algunos grupos empresariales, lo cual hace imperativo que el país aborde la mejora de las regulaciones para promover un entorno empresarial más competitivo.
"La competencia débil tiende a traducirse en precios relativamente altos de bienes para los consumidores y de insumos para las empresas. Ambas características pueden encontrarse en Costa Rica. Esto ha llevado a una categorización general de Costa Rica como un país caro, donde una canasta básica de bienes y servicios cuesta significativamente más que en los países vecinos. Las empresas privadas informan que el aumento de los costos es la principal barrera para sus operaciones, particularmente en el sector agrícola y manufacturero. Esto está obstaculizando la competitividad de Costa Rica en sectores de bajo valor agregado", explicó la OCDE en su Estudio Económico sobre el país.
Márgenes de comercialización más altos
El informe concluyó que en Costa Rica los márgenes de comercialización de las empresas son más altos que en la mayoría de países de la OCDE.
Y agregó que el transporte, la manufactura, la alimentación y el alojamiento se encuentran entre los sectores clave donde los indicadores de los márgenes son más altos que en el entorno de la Organización.
El mismo ejemplo del vehículo se aplica al de los servicios públicos. En Costa Rica el servicio de Internet se acerca, en promedio, a los $90, mientras que en Estados Unidos la tarifa ronda los $62; en España $60; en México menos de $59; en Chile ronda los $57 y en Francia apanas pasa de $35 (en dólares PPA, paridad del poder adquisitivo, utilizando las tasa de conversión del 2018).
En los tres informes sobre Costa Rica que la OCDE ha editado (2016, 2018 y 2020) ha enfatizado en los perjuicios que sufre la población por la escasez de competencia en múltiples sectores del mercado.
La última edición destacó que la ausencia de competencia hace que el "poder del mercado" impulse los precioso por encima de los costos.
"Estos precios más altos aumentan el gasto de consumo de todos y redistribuyen el dinero adicional que se gasta entre los propietarios de negocios y los propietarios de activos financieros, que se concentran en la parte superior de la distribución de ingresos.
"Esto aumenta los ingresos de los deciles superiores y reduce el poder de consumo y el ahorro para el resto de la población. A largo plazo, esto ayuda a los deciles superiores a acumular riqueza y aumentar sus ingresos, mientras que a la ve es más difícil que los deciles inferiores acumulen ahorros", detalló la Organización apropósito de las consecuencias del nivel de precios de Costa Rica.
Otro de los aspectos que entorpece la competencia en Costa Rica y que infla los precios de los bienes es la regulación que aplica el Estado.
Daño al consumidor
El grupo de 37 países con las mejores políticas públicas considera que un denso marco regulatorio podría crear barreras innecesarias a la competencia, lo cual derivaría en altos precios y baja competitividad en sectores clave de la economía, además de servirle de argumento a los participantes de determinados mercados para extraer rentas de los consumidores por medio de márgenes elevados.
La OCDE marcó el contraste entre la falta de competencia y sus efectos en el bolsillo de los consumidores y la abundancia de participación en algunos mercados y el beneficio que genera.
Por ejemplo, citó en este último grupo la apertura del monopolio de las telecomunicaciones en el 2011 y el beneficio que la competencia en ese mercado trajo para los hogares más pobres, al provocar una reducción los precios para los consumidores.
La otra cara de la moneda es el mercado del arroz donde existe un precio mínimo administrado por el Estado que eleva el costo al consumidor muy por encima de los precios internacionales, alimentando rentas que benefician a un pequeño grupo de grandes productores, según la OCDE.