Consumo eléctrico nacional cayó un 6% ante medidas por COVID-19
Consumo en los hogares se trasladó dos horas más tarde de lo normal
(CRHoy.com) La llegada del COVID-19 en el país y las medidas sanitarias adoptadas para tratar de frenar su avance ya generan una fuerte caída en el consumo de electricidad a nivel nacional.
Así lo confirman datos del Centro Nacional de Control de Energía (Cence) que durante la semana 12 del año – que inició el 12 de marzo- contabilizó una caída en el consumo eléctrico superior al 5% en comparación con el promedio de las tres semanas previas.
En Megavatios hora (MWh) el porcentaje se traduce en un acumulado de -1.652 MWh consumidos en esa misma semana, en relación con el promedio de las tres semanas anteriores. Por día la demanda eléctrica es de un promedio de 32 mil MWh.
El porcentaje de caída tiende a ser mayor conforme avanzan los días de la crisis, según indicó el director del Cence Salvador López.
Para esta semana (semana 13) el porcentaje ya alcanza una reducción del 6%.
La llegada del COVID-19 al país vino a representar un freno casi total en la mayoría de actividades comerciales del país y en muchas de índole productivo.
Según López, todavía no existen datos de cuál es el impacto por rama de actividad, pues es esperable un incremento en consumo de los hogares, a la vez que es notoria la reducción en el área comercial y muy posible en el industrial.
Las cifras se tendrán una vez que corte el mes, pero en el consumo global del país sí se observa la reducción.
Aún así, existen algunas tendencias que ya pueden observarse. Por ejemplo de acuerdo con López se ha notado que la curva de consumo en los hogares se atrasó cerca de dos horas.
Antes el consumo eléctrico comenzaba a aumentar a partir de las 4 de la madrugada, para alcanzar horas pico a partir de las 5 y 6 de la mañana. Ahora, el inicio de consumo empieza alrededor de las 6 de la mañana, producto posiblemente- dijo el funcionario- a que mucha gente está realizando teletrabajo y ya no le es necesario levantarse más temprano para desayunar, trasladarse.
"También se ve una disminución significativa porque algunos quizás desayunaban en los sitios de trabajo, en restaurantes, de tal manera que ahora esa demande optimiza en las casas (…) lo que quiere decir que seguramente el sector comercial se está viendo afectado", indicó.

Si bien la reducción en la demanda no es un buen indicador desde el punto de vista productivo porque se genera debido a la crisis actual, para el sistema eléctrico y para las finanzas del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) si conlleva algo positivo.
La reducción se produce en momentos de mayor incidencia de la época seca que es cuando se hace más necesaria la generación con fuentes térmicas y de importación.
López confesó que existe menos presión para echar manos a este tipo de fuentes, que si bien se han seguido utilizando, quizás sea menos necesario hacerlo en el corto plazo.

De acuerdo con cifras de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep), el ICE había estimado necesario gastar ₡7.486 millones en combustibles este año, para generar electricidad.
Los meses más fuertes proyectados eran precisamente marzo, abril y mayo, que es el periodo que se teme puede durar la crisis por el COVID-19.
Generar electricidad con plantas térmicas resulta costoso. En promedio un megavatio ronda los $140. De igual manera importar un megavatio de energía eléctrico le cuesta al país un promedio de $80.