Costarricenses destacan en el festival de cine más importante de Latinoamérica
Documental costarricense resalta a las salamandras

Un grupo de 5 costarricenses fue nominado en el Festival Internacional de Cine Santiago Wild 2025, el evento más importante de cine de vida salvaje y conservación en América Latina. El festival, organizado por Ladera Sur con el respaldo de National Geographic y Jackson Wild, se celebró del 12 al 16 de mayo.
Los nominados fueron los productores Mario Gómez Jiménez, Maripaz Howell Blanco, Gregory Jiménez Picado, David Vela Muñoz y el biólogo Juan Abarca Alvarado. Aunque no obtuvieron el primer lugar en su categoría, los ticos celebran la nominación como un reconocimiento significativo a la divulgación científica y la conservación ambiental desde Costa Rica.
Su documental, Shadow Dwellers (Merodeadores de las sombras), fue seleccionado en la categoría "Historia natural: Relatos de naturaleza", donde compitió con producciones de todo el continente. La obra retrata el comportamiento de un grupo poco conocido de salamandras que habita los bosques costarricenses, destacando su importancia ecológica y su vulnerabilidad ante el cambio climático.
"Haber sido elegidos entre tantos trabajos no solo constituye un reconocimiento invaluable, sino también la oportunidad de abrir un nuevo capítulo —el primero de varios relatos que esperamos producir— sobre uno de los grupos de anfibios menos conocidos de Costa Rica, fundamentales para el equilibrio de nuestros bosques", expresaron los realizadores en un comunicado.
El proyecto combina ciencia, conservación y arte en una propuesta audiovisual que busca visibilizar a estas especies mediante imágenes de alta calidad y una narrativa enfocada en su valor ecológico. Según el equipo, la nominación representa una plataforma para llegar a audiencias internacionales y dar voz a criaturas que rara vez protagonizan este tipo de producciones.
"Gracias a esta nominación, podremos llegar a una audiencia internacional y dar visibilidad a criaturas pocas veces mencionadas, pero de impacto crucial. Es un motivo de orgullo para Costa Rica y una forma de seguir destacando el valor de nuestra biodiversidad", indicaron.
Santiago Wild es una competencia que busca potenciar talentos de América Latina cuyas producciones se centren en la vida silvestre, el medio ambiente o las comunidades. Las obras pueden estar filmadas en cualquier parte del mundo, pero deben estar realizadas por personas latinoamericanas o extranjeras residentes en la región.
En el caso del documental costarricense, el equipo explicó que el proyecto tiene sus raíces en una formación compartida en fotografía y se fortaleció mediante un aprendizaje empírico en áreas como dirección de arte, investigación biológica, dirección de fotografía y narrativa audiovisual.
"El proyecto nace de una formación compartida en fotografía, y se enriquece a través de un aprendizaje empírico en dirección de arte, investigación biológica, dirección de fotografía y narrativa audiovisual. Su realización ha sido posible gracias a la colaboración de un equipo que trabaja con sinergia profesional, acompañado de una enorme paciencia para observar y comprender la naturaleza.
Además de esta entrega, es fundamental contar con herramientas técnicas como cámaras especializadas, luces y equipo diseñado para trabajar en condiciones controladas dentro del entorno natural. Esto permite capturar imágenes precisas, sin alterar el comportamiento de los animales ni sus microhábitats. Quienes forman parte del proyecto comparten una profunda fascinación por los seres pequeños y por las historias que merecen contarse con respeto y astucia", indicaron.
Además, los realizadores destacaron el valor de crear una producción local en un campo tradicionalmente dominado por "miradas extranjeras".
"En Costa Rica, la mayoría de los documentales de vida salvaje han sido realizados por miradas extranjeras. Shadow Dwellers representa un cambio necesario: es una producción hecha en Costa Rica, por costarricenses, con una propuesta visual que une el arte, la ciencia y la conservación. Desde una narrativa audiovisual poética, integra información científica que puede ser comprendida y disfrutada por públicos de todas las edades, lo que lo convierte también en una herramienta educativa de gran valor", comentaron.
El próximo paso, según los realizadores, es llevar el proyecto más allá de la pantalla.
"Queremos compartirlo con la comunidad, especialmente en espacios urbanos como San José, a través de proyecciones públicas, materiales artísticos y recursos didácticos accesibles para todo público.
Creemos firmemente que este documental puede convertirse en un recurso educativo valioso. Pero para que proyectos como este continúen creciendo, es indispensable fomentar la inversión en arte, educación e investigación local.
Costa Rica tiene un enorme potencial para proteger su biodiversidad —y una manera poderosa de hacerlo es desde las visiones, talentos y compromisos de sus propios ciudadanos", concluyeron.
El documental Shadow Dwellers también cuenta con una presencia en redes sociales, donde comparten avances, fotografías y contenido educativo sobre el proyecto. En Instagram se les puede encontrar como @shadowdwellers.cr