COVID-19 impactó en mortalidad de ticos: se perdieron 86 mil años por muertes prematuras
Personas entre los 55 a 59 años los más afectados

COVID-19. Con fines ilustrativos. Foto:Internet.
(CRHoy.com).- Este 18 de marzo se cumplen 2 años del primer fallecimiento relacionado con el COVID-19 en el país. Una investigación de la Escuela de Medicina de la Universidad Hispanoamericana (UH), determinó que en estos 24 meses, se han perdido 86.723 años acumulados por muertes prematuras asociadas al virus.
Distribuidos por edades, el grupo etario de entre 55 a 59 años es el más impactado, con 12.733 años de vida perdidos, los cuales representan el 14.68% del total. Le sigue el grupo de 50 a 54 con 12.672 años perdidos (14.61%) y posteriormente el grupo de 60 a 64 con 10.668 años (12.30%).
"Estos tres puestos demuestran que el virus lesionó a personas que estaban en la plenitud de su edad, lo que desmitifica que es una enfermedad que afecta a ciudadanos de la tercera edad", comentó Ronald Evans, investigador de la UH.
La tasa de letalidad durante toda la pandemia se ha mantenido en un rango de entre 0.38% -al inicio de la emergencia sanitaria-, hasta 1.70%. El primer fallecimiento asociado al SARS-CoV-2 llegó 12 días después del primer contagio registrado en el país (6 de marzo 2020) y la segunda muerte ocurrió 48 horas después de esta (20 de marzo 2020).
Por hasta 22 días nuestro país no contabilizó fallecimientos, e incluso -mientras la cantidad de casos llegó a mil-, el acumulado de decesos apenas era de 10.
"Todavía no se han dado explicaciones satisfactorias que expliquen esa cantidad tan baja de defunciones en relación con el número de casos diagnosticados, que sería menor si se tomase en cuenta el número verdadero de casos, ni tampoco a una tasa de mortalidad tan mínima.
Quizá la razón medular, no la única, radica en la fortaleza del sistema de atención de salud oficial que tiene el país, que es universal, con un mando único y con un personal competente y muy bien preparado. Se tuvo la fortuna de un comienzo pausado de la pandemia, que dio tiempo para la toma de medidas de contingencia, fruto también de la toma de acciones de supresión bastante fuertes, acatadas por la población", señaló el experto.

Foto con fines ilustrativos.
Durante junio de 2020, la tendencia se mantuvo y para todo ese mes solo se sumaron 6 muertes a las 10 ya acumuladas. Entre tanto, los casos superaban los 3 mil.
Sin embargo, un mes después el panorama cambió y los contagios escalaron hasta 17 mil, mientras que los decesos pasaron de 16 a 150, lo demostró como "la mortalidad se disparó sin control".
"Por vez primera, la pandemia choca y mueve con toda fuerza la estructura interna del país. Se termina la quimera de nación blindada contra el coronavirus. El sistema hospitalario afortunadamente resiste bien el sacudón, gracias a las medidas anteriormente tomadas", agregó Evans.
La investigación arroja que, durante la primera ola pandémica, -a partir de la primera semana de agosto de 2020- la letalidad sube a 1% por cada 100 casos positivos. Mientras que en la segunda ola -durante su inicio-, la tasa sigue en el rango un 1.37% y luego baja a 1.28%.
Para la tercera ola, esta tasa llegó a 1.29% y para la cuarta ola, -incentivada por el surgimiento de la variante ómicron- tuvo un descenso hasta llegar 0.99%.
"La mortalidad también la hemos expresado en promedio de defunciones por cada siete días, notándose qué, durante la segunda y tercera ola, fue cuando se alcanzaron los promedios diarios de mayor número de muertos por COVID-19. Afortunadamente, la embestida de la variante ómicron, aunque originó mayor número de casos que las anteriores, no causó tantas defunciones", dijo Evans.
Al corte más reciente del Ministerio de Salud, en nuestro país se mantienen 8.226 muertes acumuladas, 4.994 fueron hombres y 3.232 mujeres, con un promedio de edad de 67.1 años.