Datos lo confirman: el volcán más activo de Costa Rica es el Rincón de la Vieja
Coloso guanacasteco realizó 22 erupciones freáticas durante 2021
(CRHoy.com). El volcán Rincón de la Vieja, en Guanacaste, fue el más activo de 2021.
El Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) confirmó que el macizo registró 22 erupciones freáticas, fruto de la interacción del agua con el material caliente a lo interno del volcán.
La mayoría de las erupciones ocurrieron entre junio y agosto. En ese lapso, se reportaron de 4 a 6 eventos de este tipo.
"La erupción freática más energética fue la del 28 junio 2021 cuando hubo un pico en la actividad sísmico volcánica, con una altura de pluma de gas, vapor, cenizas y aerosoles de más de 2.000 metros sobre la cima.
"Hubo caída de cenizas ácidas que afectaron la vegetación (quemaduras por clorosis y necrosis) en Gavilán de Dos Ríos y en Buenos Aires, Upala. Los pobladores percibieron el sonido de la explosión hidrotermal así como olores azufrados. La erupción produjo lahares calientes en los ríos Pénjamo, Azufrada, Azul, Sanjonuda, Río Niño", explicó el observatorio, a través de un informe divulgado este 2 de enero.
Ninguno de los demás volcanes activos, como el Poás o el Turrialba, llegó a tal cantidad de erupciones durante el año pasado.
Según Ovsicori, en el Rincón de la Vieja, los equipos de monitoreo sísmico continúan registrando diariamente movimientos sísmicos internos a raíz de los flujos existentes (vapor, gases y agua).
Este volcán no posee el cráter activo en posición horizontal. Está inclinado hacia el flanco noreste y por ello, cuando ocurre una erupción considerable, el material y las ondas sonoras se perciben hacia ese sector donde se ubican Buenos Aires de Upala, Dos Ríos de Upala, el asentamiento campesino Agro Sur y El Gavilán, entre otros.
Ante esto, el principal peligro no está en la salida explosiva de material incandescente. Está en los lahares. Se trata de corrientes lodo – principalmente ceniza- que caen en los ríos cercanos al volcán, entre ellos el Pénjamo, el Azufrado y el Azul.
Los lahares inciden en los cauces de los ríos cercanos y generan avalanchas de material caliente o tóxico que tienen capacidad de poner en riesgo a comunidades aledañas. Por ejemplo, tras la erupción de 1995, resultaron dañados varios puentes cercanos producto de este fenómeno.