Doña Grace, la señora de las tortillas famosa en Pavas cuenta su historia

María del Carmen Solano, a quien apodan "Grace", es una vecina muy conocida en Pavas por sus tortillas. Desde hace más de 40 años, palmea las tortillas para entregarlas a sus vecinos en el distrito josefino.

La venta de las tortillas se convirtió en su principal modo de subsistir al no recibir suficiente ingreso para las necesidades de su familia. Ella es mamá de cuatro hijos; con el dinero de las ventas ella pagaba su educación.

"Comencé a los 40 años para (…) ayudar a la familia, para ayudarle a mi esposo, para pagar casa", dijo a CRHoy.com.

"Yo sentía la pasión por moler, me iba a sacar de muchos apuros, porque me sacó de muchos apuros (…) Yo me casé y la vida se le pone a uno crítica", comentó.

Ella aprendió a hacerlas cuando era pequeñita, las formaba con ayuda de las chapas de las botellas. Luego, las empezó a vender en el negocio de su papá.

"Mi papá tenía un negocio ahí, entonces yo le digo: ‘Papá, yo quiero ganarme algo' y me dice: ‘Bueno, hágame unas empanaditas y yo se las vendo aquí'. Entonces, yo empecé a hacer unas empanadas, pero se vendían en algunos días", contó.

Debido a que no se vendían muchas, su papá le propuso que vendiera tortillas y eso le ayudó a generar más ingreso.

Actualmente, cuenta con la ayuda de sus hijas para palmear y vender las tortillas.

"Hago las tortillitas porque me gusta y yo le dije a mi hija que no dejemos este negocio porque de algo nos ayudamos. Le propuse a ella que me ayudara", mencionó.

"Cuando me las piden, aquí entre mi hija y yo las preparamos. Mucha gente viene aquí a llevarlas o si no, salgo con poquito y llevarlas a ciertas personas que me han pedido", añadió.

Recorría parte de Pavas

Hace muchos años doña Grace, oriunda de Juan Viñas de Cartago, visitaba las casas de sus vecinos con su carrito de la feria y les entregaba las tortillas. Sin embargo, a sus 87 años no puede caminar largas distancias como antes.

Un muchacho la ayuda, transportándola en carro a gran parte de Pavas para hacer las entregas o a veces, sus clientes llegan a la casa y recogen las tortillas.

"Le hablé a un muchacho que si él me llevaba a las casas a venderlas. Yo no me bajaba del carro porque no podía caminar", dijo.

Un problema en la pierna la limitó seguir caminando con su carrito de la feria en gran parte de Pavas a realizar las entregas.

Trabajó toda su vida

Doña Grace creció bajo la crianza de su padre y sus abuelos paternos en Cartago y desde que era niña, empezó a hacer mandados y a trabajar.

"Desde que tenía 7 años me mandaban a mí a dejar almuerzos allá al campo. Yo me crie en una familia que me enseñaron a trabajar, a barrer el patio porque antes se barría los patios", contó.

"Mi papá me llevó con mis abuelitos, de ahí aprendí yo buenas costumbres. (…) Yo no estudié, llegué a quinto grado de escuela", añadió.

Ella comentó que abandonó la escuela para trabajar. Recordó que sus abuelos eran personas muy trabajadoras.

"Mis abuelitos eran personas trabajadoras. (…) Verlos a ellos trabajando, a mis primas cogiendo café. Yo cogí café de jovencita", señaló.

Comentó que su papá también era policía e iba a trabajar, por lo que sus abuelos la cuidaban.

Más de 8 décadas llenas de enseñanzas

A lo largo de sus 87 años, doña Grace ha tenido muchas enseñanzas. Ella mencionó que, a pesar de las dificultades, no se queja.

"La enseñanza que Dios me ha dejado como persona es que me hizo responsable para sacar adelante mis hijos porque hay veces que no se puede. (…) Yo no me quejo de Dios porque me hizo muy responsable a mí", dijo.

"Soy feliz", expresó.

Ella comentó que si uno quiere luchar por las cosas, debe trabajar por ellas.

"Muchas personas trabajamos porque necesitamos. Tenemos que buscar la manera de como vivir un poquito holgado, pero eso sí, trabajar", dijo.

Doña Grace cumplirá 88 años en dos meses y disfruta de la vida al lado de sus hijas, nietos y bisnietos.

"Dios es el que tiene la última palabra conmigo. Le pido a Dios que me tenga con salud", dijo.