Escritor denunciado por supuestos abusos y violación se “victimiza”
Por casos dados a conocer por el Semanario Universidad
Warren Ulloa, el escritor costarricense denunciado por supuestos abusos y hasta violación por parte de 20 mujeres en el Semanario Universidad utilizó sus redes sociales para victimizarse y culpar de los hechos "a quien habita" en él.
El martes, el Semanario Universidad dio a conocer el relato de las víctimas, quienes detallaron los supuestos abusos, violaciones y humillaciones que sufrieron por parte de Ulloa, ganador del Premio Nacional Aquileo J. Echeverría por su libro Bajo la lluvia Dios no existe.
Tras la publicación del Semanario, el sujeto de 37 años utilizó sus redes sociales para victimizarse:
“Hoy denuncio a este huésped que habita en mí como en muchos otros. Soy yo el que señala esta toxicidad que habita en mi masculinidad. Reconozco cómo el patriarcado ha sido exitoso en mí cuando desarrollo empatía a través de dominios y exterminios en las personas que he ido conociendo. Esta reflexión hace que pida disculpas públicas a todas las personas que ese huésped hirió, en especial a cada una de las mujeres y en especial a mi madre, la primera víctima de esa distorsión.
De igual manera invito a la reflexión a otros varones para que también hagan el cambio desde los actos y liderar así un proceso a través de un grupo operativo e insistente para un verdadero cambio social (…) Acá estoy para reconocer públicamente que me equivoqué (…)”.
“No asumir responsabilidades”
Larissa Arroyo, abogada y activista feminista aseguró a CRHoy.com que, tras la publicación del Semanario, ha recibido cinco denuncias más de mujeres que aseguran haber sido víctimas de Ulloa.
Según la experta, la actitud de Ulloa es típica de un agresor pues estos tienden a victimizarse cuando se ven acorralados y denunciados. Arroyo asegura además que es común que no asuman responsabilidades.
“Terminan haciéndose las víctimas diciendo que ‘cometí un error’, ‘yo no me daba cuenta’. Cualquiera diría que son como niños que no tienen conciencia de lo que están haciendo. Eso es no asumir responsabilidad por actos que son totalmente individuales. Esto no es un error, es error tras error en todos los años y no solo demuestra violencia sexual, sino agresividad para poder -a través de la manipulación- culpar a las mujeres", señaló.
Arroyo indicó que en muchos casos ha escuchado a quienes dicen que a esa persona (al agresor) se le “metió un demonio”, tal como en el caso de Ulloa, quien escribió que hay alguien que “habita” en él.
“La gran mayoría de los casos de denuncia de violencia implican que el agresor o el victimario no quiera reconocer su responsabilidad sobre esto (…) los hombres muchas veces no quieren reconocer su cometido justificándose en la actuación de la mujer de cómo ella lo provocó o la manera en la que estaba vistiendo o que no le dijo que ‘no’ explícitamente”, explicó.
Los casos
Entre las denunciantes hay mayores y menores de edad y todas relataron el mismo patrón que utilizó Ulloa entre los años 2005 y 2016, con escritoras, estudiantes, comunicadoras, psicólogas y funcionarias de empresas privadas, entre otras.
En una extensa publicación, las víctimas contaron la manera en la que fueron abordadas por Ulloa, quien -en muchos casos- aprovechó las redes sociales para contactarlas y acosarlas. Todo fue respaldado con pantallazos y copias de correos y conversaciones de redes sociales.
En muchos de los casos, Ulloa se acercó a sus víctimas como escritor, les propuso encuentros y luego las acosó, las abusó e incluso denuncian que las violó.
Una filóloga llamada Paola relató cómo Warren Ulloa la arrinconó mientras caminaban por Belén, para posteriormente violarla.
“Entramos a una calle un poco oscura, íbamos por la acera y pasamos junto a un lote baldío cercado con latas. En ese momento él me empujó contra esas latas e inmediatamente metió su mano entre mis piernas y me levantó con una mano, me introdujo los dedos en la vagina y me sostuvo de la vulva, sentándome en su regazo, pues había apoyado la pierna sobre una piedra”, relató.
Sexo obligado
Por su parte, una gestora ambiental reconoció cómo el sujeto la obligó a tener sexo con él en un hotel de “mala muerte”.
“Yo me sentía como en una película de terror: un hotel de mala muerte, todo sucio, feo y viejo y el abrazándome y abarcándome con su gigante cuerpo hasta que entramos en una habitación. Él trató de ser cordial porque me percibía asustada y obviamente quería tener sexo conmigo. Empezó a besarme, yo intenté evitarlo y se empezó a molestar, a decirme que ya estábamos ahí, que aprovecháramos, y yo pensé que igual no podría hacer nada contra él y que entre más rápido saliera de eso, mejor. Tenía miedo de que me lastimara si oponía resistencia. No se me ocurrió salir de ahí, mi cerebro estaba congelado de miedo.
Al hacerlo me sentí demasiado mal, demasiado baja, sucia, asquerosa. Él terminó, me fui a bañar y me fui de ahí. Él quería quedarse más tiempo, pero yo me alisté y salimos”, relató antes de reconocer que lo “bloqueó de todo lado”.
Entre los testimonios muchas de las víctimas aseguran que Warren les enviaba y les pedía fotografías con contenido sexual.
En el 2005, una joven llamada Jimena tenía 14 años cuando fue contactada por el sujeto tras una presentación en su colegio.
“Se dejó decir (por chat) que ‘quería tocar mi cuerpo y chupar mi culo’. Esta fue la primera insinuación sexual explícita que un hombre me hacía y siendo una niña que no sabía cómo manejar el acoso. Me asusté, bloqueé su contacto y borré las conversaciones por miedo a que mis papás se dieran cuenta de que todo eso había pasado”.