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(FOTOS) Los impresionantes cambios en el cráter del volcán Turrialba

Análisis comparativo con datos recopilados en 2012

Por Pablo Rojas | 25 de Feb. 2019 | 10:08 am

Por primera vez en los últimos 4 años, los científicos pudieron recopilar suficiente información sobre el cráter activo del volcán activo del Turrialba para realizar un comparativo entre la actualidad y 2012 (antes de que se incrementara la actividad eruptiva).

Eliécer Duarte, vulcanólogo del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), señaló que es la primera ocasión desde 2015 que se pudo realizar una circunvalación completa al cráter.

La visita fue realizada el 15 de febrero anterior y se contó con condiciones meteorológicas excepcionales que facilitaron la observación ilimitada en 360 grados.

Entre los detalles encontrados destaca que en 2012 el cráter tenía una profundidad de 50 metros. Sin embargo, tras los eventos de los últimos años, la profundidad supera los 300 metros.

En el cráter, los cambios sufridos comprenden ensanchamiento inicial por las erupciones destructivas de los primeros meses. Pero, también, la caída intermitente de porciones de las paredes, erosión y escorrentía. "Dados los cambios profundos observados prácticamente no hay elementos naturales como referencia para fines comparativos. Todo está cambiado".

Según indicó el reporte, el recorrido de verificación comenzó en el borde sur desde donde se observa de frente la enormidad del cráter ensanchado y a la izquierda la boca de 2010, parcialmente cubierta por materiales recientes.

"En el oeste se ratifican las observaciones hechas a distancia donde la amplitud de los depósitos se estima en unos 6 metros lo cual ha transformado radicalmente ese sector. Desde el borde norte se puede complementar la vista y confirmar el proceso de descomposición de paredes internas y ensanchamiento de la cavidad cratérica.

"Sobre la profundidad no se puede estimar por falta de línea vista hasta el fondo y por la presencia de algunos gases. Finalmente desde el borde este se nota que, opuesto a lo ocurrido en el borde oeste, aquí más bien se dio una pérdida de relieve que aunque fue rellenado dista mucho de lo que había antes de octubre 2014", apuntó el informe emitido por Duarte.

La pared sur muestra un adelgazamiento por colapso y erosión relacionada con la actividad destructiva reportada en 2014. "Comparado con años previos al 2012 donde el borde mantenía una exuberante vegetación de páramo, ahora solo resta un empinado filo cubierto por una capa de unos 2 metros de materiales heterogéneos que alcanzaron la pared externa sur hasta varios cientos de metros pendiente abajo", detalló el análisis.

En el sector suroeste del cráter se detectó que, junto al flanco oeste, existen puntos altos de espesor de materiales expulsados. "Un perfil estratigráfico realizado en el sitio muestra aproximadamente 6 metros de diferencia, comparado con el relieve de antes del 2010 (…) Por la altura alcanzada en el sector mucho de este material se desliza hacia la cabecera de la quebrada Paredes y otros drenajes que llevan sus aguas hasta el Rio Toro Amarillo (en dirección noroeste). Si bien en estas condiciones ese discurrir de material es pasivo, en condiciones de fuerzas extraordinarias podría moverse de modo brusco, pendiente abajo", recalcó Duarte.

La topografía de algunos sectores, como el suroeste, cambió producto de la abundante emanación de ceniza y materiales. Por ejemplo, donde antes existían depresiones ahora hay relieves aplanados.

"Si bien las condiciones eruptivas han disminuido no es razón para pensar en que el recorrido alrededor de este cráter activo se promueva. Más bien por razones de seguridad esta zona debería mantenerse con cierre absoluto para turistas o curiosos", concluyó Duarte.

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