“La emoción más grande”: Así recuerda mujer que tuvo de cerca a Papa durante su visita a Costa Rica
Es la primera y única vez que un máximo líder de la Iglesia Católica ha visitado Costa Rica
(CRHoy.com).-Aguantando hambre y sed, pero con una fe muy llena, la quinceañera Xinia viajó hasta La Sabana para conocer al Papa Juan Pablo II durante su visita en 1983, 40 años después, sigue recordando con mucho cariño el momento en que pudo estar cerca del Pontífice.
Xinia Cerdas, vecina de Guadalupe de Cartago, conversó con CRHoy.com sobre su experiencia en la visita de Papa en el país.
Ella cuenta que tenía 15 años cuando el Sumo Pontífice visitó Costa Rica, por lo que decidió trasladarse hasta La Sabana para poder estar lo más cerca posible del Juan Pablo II, esto a pesar de que lo único con lo que contaban era con el pasaje para poder trasladarse.
“Yo tenía 15 años y fui con unas amigas, no teníamos plata, solo para el pasaje y el bus nos dejaba en Cuesta de Moras y para ir a La Sabana caminamos porque teníamos que ir a la Santa Misa que era en el Parque Metropolitano.
Eso estaba abarrotado de gente, yo estaba muy chiquilla, ni plata ni nada llevábamos, lo único que llevábamos era el entusiasmo de poder verlos, pero jamás en la vida lo podíamos ver ahí en La Sabana, la gente se descomponía y nosotros como éramos chiquillas, decíamos que si nos descomponíamos nos iba a dar el jugo y el sandwich que daban y ya después de eso terminó”, indicó Cerdas.
Sin embargo, narro qué, desilusionadas, regresaron a su casa luego de que terminara la Eucaristía, ya que no lograron ver al Papa, pero que su ilusión al final se logró cumplir de una forma inesperada.
“Todo terminó y no pudimos ver nada, solo se escuchaba la misa y las bendiciones, pero resulta que en una que ya veníamos por una de las avenidas, empezamos a oír las sirenas y corrimos a la orilla de la acera y entonces lo pudimos ver cuando él venía en el papamóvil. Entonces imagínese de la calle a la orilla de la acera donde nosotros estábamos.
Le puede contar que sí tenemos la bendición papal porque él le iba dando la bendición a la gente, y lo pudimos ver bien porque el papamóvil era todo de cristal y se le veían las mejillas todas rosaditas, él todo blanquito y los cachetitos rojos, imagínese debe ser por la gran asoleada en La Sabana, para mí fue de lo mejor”, agregó la mujer de 55 años.
Ella calificó su experiencia como una bendición y se siente feliz de que a pesar de que tuvo que aguantar hambre y sed por la poca cantidad de efectivo que tenía, pudo observar de cerca al líder de la iglesia Católica.
“La percepción que tenía de esa fecha es que ya uno lo veía como un santo, es como un santo, entonces uno ahora se pone a analizar que qué increíble haber podido conocer en vida a un santo, para nosotros fue la emoción más grande”, concluyó.