Poderío de Diablo se expande a 6 provincias: estos son los lugares donde opera
El sujeto tendría gente trabajando en más de 10 cantones.
La organización criminal de Alejandro Arias Monge, conocido policialmente con el alias de Diablo, logró expandir su poderío en los últimos años para alcanzar establecer sus negocios en al menos 6 de las 7 provincias del país, según la investigación que realiza el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) con el objetivo de capturarlo.
Los seguimientos a los miembros de su grupo y ramificaciones recientes, revelaron que este peligroso sujeto, y al que la policía cataloga como el más buscado del país, tendría posicionamiento en Limón (Pococí, Guácimo, Siquirres), Heredia (Sarapiquí), Alajuela (San Carlos y San Ramón), Cartago (Turrialba), Puntarenas (Osa) y Guanacaste (Santa Cruz y Nicoya).
"Es un grupo constituido y fuerte, es un grupo que está más allá de Pococí, Siquirres, Sarapiquí y Guácimo. Hemos tenido noticias importantes de presencia en San Carlos y presencia en algunos lugares de Guanacaste y pueda que esté expandiéndose. Es un sujeto sobre el cual estamos trabajando y esperamos en algún momento este poderlo de tener porque es un grupo que nos produce violencia, que nos produce muerte y en narcotráfico", reveló Michael Soto, subdirector del OIJ.
Pese a que alguna información que llegó a la policía señala que esta banda estaría "gobernando" Cartago, todavía no hay investigaciones que señalen que tengan tanta incursión en esa zona, sin embargo, se tiene conocimiento de que sí lo ha hecho en Turrialba.
"En Cartago sigue teniendo fuerza el grupo Los Marujas, pero la última información que tenemos es que Diablo se está acomodando en Turrialba, de hecho se han registrado varios homicidios recientemente y hace unos meses detuvimos a uno de sus sicarios en ese cantón.
Hay una persona que estamos investigando en Turrialba que en determinado momento estuvo vinculado con él", dijo Soto.
No logra entrar al GAM
Pese a su fuerte expansión, y la intención de moverse bajo la modalidad de franquicias o sucursales para instalarse en diferentes regiones de Costa Rica donde sus tentáculos no llegaban, hasta ahora no ha logrado penetrar la Gran Área Metropolitana (GAM).
Según Randall Zúñiga, ese fenómeno ha provocado homicidios en sitios donde antes no era habitual ese grado de violencia que se vive ahora.
"Esto ha generado en buena medida que se empiecen a dar homicidios donde antes no había, porque esta organización se ha ampliado tipo franquicia o sucursales en muchos lados de Guanacaste como Nicoya, Santa Cruz, parte de la periferia, en la parte Huetar Norte, al Pacífico Central y sur y están empezando a abarcar la GAM en San Ramón y Turrialba que son los dos límites del GAM", resaltó.
A criterio del jerarca policial, su incursión en sitios más céntricos como San José, Heredia y Alajuela es y va a ser más difícil, debido a que deberá enfrascarse en una lucha todavía más violenta para apoderarse de puntos de más valor.
"(…) aquí hay grupos muy fuertes, pero en el momento en que lo hagan toda esa lucha se puede trasladar al GAM", dijo.
Más de 20 golpes al grupo
Solo este año, el OIJ ha realizado 21 diligencias para detener a personas vinculadas con esta organización en diferentes zonas del país, según su director, Randall Zúñiga.
"En Guápiles hemos hecho más de 21 detenciones de figuras prominentes o importantes de un grupo criminal de la zona y ha sido un foco de atención, nosotros hemos enviado personal específico a Guápiles para poder empezar a desarticular este grupo criminal", aseveró.
Por su parte Soto, recalcó que las investigaciones siguen activas para tratar de dar con el paradero de Arias y varios de sus altos mandos, a quienes han logrado debilitar con varios trabajos en todo el país donde se han detectado células de Diablo.
"Le hemos quitado gente importante y esperamos seguir lo que queda del año y empezar el otro año, seguir desarmando el grupo y ojalá detenerlo a él. Eso no significa, como no ha significado en muchos casos, que el grupo vaya a desaparecer. Al final esto es un solo sujeto, pero lo que hace fuerte es toda la estructura, todo el trabajo de su equipo, su componente que se posiciona en otros lugares, lamentablemente con corrupción a policías, con corrupción en diferentes áreas de diferentes tipos", señaló el subdirector.
Uno de los casos más recientes fue la detención de un sujeto conocido con el alias de "La J", uno de sus operadores a cargo de plazas para venta de droga en el Pacífico Sur, pues ya tenía fuerte comercialización en Uvita de Osa y cercanías.
"El grupo va a seguir porque todos estos sujetos son meramente reemplazos. La historia nos dice que cada vez que desintegramos un grupo, los mandos bajos empiezan a tomar posiciones de relevancia. Todos estos sujetos en algún momento fueron peones de alguien y tomaron liderazgos y cuando esto se van o los matan va a venir uno tras otro por la cultura de violencia. Entonces aunque sabemos que esta estructura le hemos dado golpes importantes, sabemos que está activa que está trabajando, pero nosotros no vamos a parar, la idea de seguir desarticulando el grupo y llegar hasta el sujeto este para vincularlo a los procesos que tenemos. Pero pueda que en unos años, en vez de llamarse la banda de Diablo, va a llamarse con el nombre de cualquier otro persona que asuma", añadió.
Clientes pero no miembros
Pese a que en muchos cantones del país se habla de la presencia de este sujeto, Soto sostuvo que no necesariamente sea porque él o alguno de sus tentáculos opera allí, si no porque Arias es el proveedor del grupo que domina el sitio, lo que no necesariamente significa que sea él quien opere directamente como dueño de las plazas.
"Puede que este sujeto y su estructura lo que hagan es venderle a otras personas su material y entonces ellos aprovechan para decir ‘es que yo soy del Diablo', pero no necesariamente sean parte del grupo, sino que son sus clientes".
En los últimos años, Arias acumuló 8 causas penales en su contra por diversos delitos por las cuales no ha respondido al estar ausente en las audiencias correspondientes. Según la Fiscalía, pese al arduo seguimiento que le han dado los agentes para capturarlo, la mitad de estas tienen solicitud de desestimación, es decir, a espera de que un juez avale que el caso se archive.
Se trata de las que lo vinculan con robo agravado, amenazas agravadas, desobediencia y usurpación.