Tapón del Darién: El viacrucis migratorio se llena de muertes, mafias y otros peligros
Secuestros, desapariciones, tráfico de personas, robos e intimidación acechan a quienes se atreven a cruzar la jungla.

Ubicada en el sur de Panamá, pero compartiendo parte de su territorio en el norte de Colombia, esta zona boscosa protegida que abarca aproximadamente 575.000 hectáreas, las cuales están llenas de bosque cerrado y fangoso, montañas pronunciadas, ríos caudalosos y muchos animales peligrosos (pumas, serpientes y otros mamíferos), según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
A pesar de las decenas de historias que se escuchan a diario, los migrantes aseguran que no tienen noción de lo que van a vivir hasta que se topan de frente con la mole de árboles, lluvia y barro, pues el entrar a ese sitio a muchos los invade el arrepentimiento en el camino.
La mayoría de personas llegan desde Venezuela (más del 60%), Colombia, Ecuador, Haití, China, Vietnam, entre otros, confirmó Laurentino Cortizo Cohen, presidente de Panamá.
"Yo no se lo recomiendo a nadie, es solo para guerreros", dijo Jesús Almanza, quien salió de Santa Fe, Colombia, y estuvo internado en la jungla durante seis días.
"Eso no es fácil, pasar la selva no es fácil, no se lo recomendamos a nadie, irse con sus hijos y ponerlos en peligro", no dudó en contestar Jolimar del Valle, quien partió Caracas junto a su hijo de 1 año, al preguntarle por su experiencia.
No hay un número exacto de días para terminar la caminata, pero los que menos duran pueden pasar de 4 a 5 días y hay personas que narraron a CRHoy.com estar hasta 9 días adentro en el interior del Darién.
Pese a que la mayoría del recorrido se hace a pie, hay tramos en los que todos se ven obligadas a cruzar ríos en piraguas (embarcaciones de madera con motor) que son bastante inseguras, sin embargo, viajes por los cuales los migrantes deben pagar entre $20 y $40, para poder asegurarse un espacio en ellas dependiendo del recorrido.
"En el último tramo yo pagué $20 para llegar a Lajas Blancas con mi bebé", dijo Dariani García tras superar sola con su pequeño la travesía durante una semana.

A los peligros se debe sumar que la temperatura puede llegar hasta los 35º C, la cual provoca que muchos de los migrantes llegue con síntomas de deshidratación, según la ONG, Médicos sin Fronteras. Ellos además atienden otras complicaciones derivadas de enfermedades como dengue y malaria, ataques de animales salvajes y personas que caen a los ríos y deben recibir atención por ahogamientos o secuelas de estos accidentes.
"Vimos morir a una familia de haitianos, era una mamá y los dos hijos", contó Ana Córdoba al llegar a uno de los centros temporales para migrantes instalado por el gobierno panameño y la Organización Internacional de la Migración (OIM).
Según el Proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM, desde 2014 más de 327 personas han desaparecido o fallecido intentando el cruce.
No obstante, a criterio de este grupo, ese dato podría quedarse corto, debido a que gran parte de las muertes y desapariciones siguen sin ser informadas por la falta de estadísticas oficiales y por la inaccesibilidad de la región.
De hecho, este medio pudo percibir varios testimonios de migrantes que aseguran ver muchos más muertos de los que se registran.
"Pueden ser hasta 8 muertes por día, no todas son conocidas por la policía", dijo el colombiano Almanza.
Otros peligros
Pero el Tapón del Darién no solo tiene peligros naturales que acechan las 24 horas del día, también existen las amenazas humanas que son todavía más riesgosas debido a que provienen de mafias que quieren apoderarse de negocios como trata de personas, asaltos y hasta narcotráfico.
Muchos de los que recorren la selva han sido víctimas de estos delitos y hasta de violencia sexual o secuestros, por los cuales piden rescates en medio de la misma jungla, aprovechándose de la vulnerabilidad de las víctimas y sus familias.
"Vimos como secuestraron a una niña, se le llevaron a un cerro y pedían que pagaran el dinero para soltarla", contó Frangelli Sánchez, una de las migrantes que conversó con CRHoy.com a su llegada a Lajas Blancas del Darién.
Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, un tercio de los que se atrevieron a ingresar a Panamá por esa ruta, sufrió alguna forma de maltrato o abuso, específicamente durante el cruce de la selva del Darién.
"Los últimos hechos han dicho claramente que estas bandas han aumentado. (…) Estas bandas son organizadas por jóvenes que tienen algún cabecilla que puede ser del Clan del Golfo", dijo Juan Manuel Pino, ministro de Seguridad de Panamá.
Por ese motivo, el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), como parte de la "Campaña Escudo" movilizó en los últimos meses 1.200 unidades a las zonas montañosas, con el objetivo de penetrar las áreas peligrosas y tratar de frenar esos flagelos.
"Los delincuentes son unos cobardes que le quitan lo poco que lleva la gente en una selva para lucrarse y amedrentarlos, debemos tomar esto en serio entre todos los países para frenar a los delincuentes organizados trasnacionales", dijo Oriel Ortega, director de Senafront.
El Comité de Derechos Humanos de la ONU, en su informe del primer trimestre del año, reveló que la violencia sexual es uno de los flagelos con los que se enfrentan las personas que atraviesan la selva -especialmente las mujeres y personas LGTBI- junto a asesinatos, desapariciones, tráfico, robos e intimidación por parte del crimen organizado.
Senafront informó que con la información que tienen hasta junio, se confirma el rescate de al menos 27 cuerpos en la zona, cifra similar a la entregada a finales de 2022, cuando se hablaba de 30 fallecidos, la cual a la fecha es muy probable que haya sido superada.
Esta cifra contrasta con la de la OIM la cual establece que entre enero de 2018 y junio de 2023 han muerto o desaparecido 258 personas, señalando que al menos 41 eran menores de edad.