Una nueva erupción confirma incremento de actividad en el Poás
Salida de material se presentó desde 3 puntos distintos del lago cratérico
(CRHoy.com). El volcán Poás registró una nueva erupción este sábado, según constataron las cámaras de monitoreo instaladas en el sitio por el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) de la Universidad Nacional (UNA).
Se trata del segundo evento reportado en menos de 1 semana. Ambas erupciones confirman que el macizo alajuelense estaría a las puertas de una nueva fase de incremento de actividad.
La erupción ocurrió a las 4:55 p.m. y generó una pluma de gases y materiales de 100 metros de altura.
"Se observa una erupción saliendo desde 3 puntos diferentes en la laguna. El material levantado es rico en sedimento y en vapor. Se detecta al menos 2 pulsos eruptivos. La pluma se dispersó en dirección del oeste suroeste. Se detectó un ligero tremor antes y se paró después de la erupción", explicó Cyrill Müller, geólogo del observatorio.
El volcán acaparó todos los reflectores a inicios de 2017 tras un intenso ciclo eruptivo que obligó a cerrar el ingreso de visitantes al parque nacional durante 1 año.
Hoy, más de 6 años después de esos eventos, el coloso alajuelense había bajado un "poco" el perfil, pero sigue con condiciones y características que advierten que el macizo podría estar a las puertas de una fase de incremento en la actividad.
El pasado viernes 14 de julio, químicos de la Universidad Nacional (UNA) y del Ovsicori subieron al cráter activo para recopilar datos que permitan descifrar si, en efecto, el coloso estaba ante un posible nuevo ciclo eruptivo. En todo el contexto de análisis hay un aspecto que es trascendental: la formación de borbollones en el fondo de la laguna hiperácida del cráter activo.
Un borbollón es una erupción que ocurre en un cuerpo de agua, de abajo para arriba, elevándose sobre la superficie. Este tipo de eventos se generan por distintos motivos. Ya sea por el vapor que se desprende del agua cuando hierve o por el aire que sale de algún orificio.
El lago cratérico, cuyas temperaturas en ocasiones rondaban los 60ºC, desapareció a mediados de 2017 tras el incremento de la actividad eruptiva ocurrida en abril de ese año. Desde entonces, se ha formado, y también desaparecido, en reiteradas ocasiones.
José Pablo Sibaja Brenes, químico industrial de la Escuela de Química de la UNA, explicó a CRHoy.com que los borbollones son parte de la actividad normal del volcán. No es la primera vez que se generan. Incluso, en otras épocas, se han visto en distintos puntos del lago. No obstante, el aporte científico que brindan puede ser vital.
"Pero, esto es un indicativo de exhalaciones propias del interior de la montaña. Donde, entonces, una masa de gases quiere salir y libera energía expulsando el agua que tiene por encima. La magnitud de esos borbollones nos puede decir, incluso, esos gases que se están burbujeando en la laguna y si es parte de la actividad normal o es un aumento", comentó Sibaja.
Un equipo de CRHoy.com acompañó a los funcionarios de Ovsicori durante la visita al cráter del 14 de julio. Ahí, además de la toma de muestras de agua del cráter se tomaron imágenes a partir del uso de un dron y se capturaron fotografías con cámaras térmicas.
Además del borbollón, es necesario medir otras características actuales del volcán. Entre ellas, la composición química, la sismicidad, el ensanchamiento del edificio volcánico, entre otros detalles.
"Con todas estas variables, veremos si hay un aumento de la actividad o si es parte de la normalidad", expresó el científico.
Parte de lo que se debe realizar es la toma de muestras del líquido de la laguna. "Vemos lo que es pH (acidez) y las propiedades físicas y químicas del agua, para ver si se mantiene dentro de las condiciones normales o si es un indicativo de un aumento o una disminución de la actividad", agregó el químico.
¿Cuáles son los principales cambios vistos en el coloso desde el intenso ciclo eruptivo de 2017? Sin duda, la desaparición del domo por la erupción de abril de ese año, la desaparición y aparición de la laguna, y una explosión fumarólica reportada en abril de 2022 que generó una especie de bahía en el cuerpo líquido.
El lago del cráter activo tiene 300 metros de diámetro y cuenta con aproximadamente 40 metros de profundidad. Sin embargo, la geometría de este sitio pudo cambiar sustancialmente producto de la intensa actividad de 2017.
El cuerpo líquido, cuyas temperaturas en ocasiones rondan los 60ºC, desapareció a mediados de 2017 tras el incremento de la actividad eruptiva ocurrida en abril de ese año.
Desde entonces, se ha formado, y también desaparecido, en reiteradas ocasiones. Debido al incremento en la cantidad de agua, las fumarolas volcánicas están actualmente bajo el líquido.