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Venezolana aferra su esperanza en taza de nieto: “Aquí voy a tomar café cuando llegue”

Clama al gobierno costarricense que le no la expulse y que la deje avanzar

Por Paulo Villalobos | 16 de Oct. 2022 | 11:12 am

(CRHoy.com) Envuelta entre cobijas, al fondo de su bulto, Marilyn Idrogo guarda su pertenencia más preciada. Se trata de una taza con la foto de su nieto de cinco años. Aunque se llama Jeremías, su abuela lo llama "mi todo".

"Aquí voy a tomar café cuando llegue (a Estados Unidos)", dijo esta migrante venezolana de 42 años a CRHoy.com, mientras presumía el recipiente.

"La persona que está aquí en la taza es una persona que yo amo y adoro. Es el que me ha motivado y me ha llenado de fortaleza, aparte de Dios, para seguir adelante. Voy por él. Voy por una mejora de vida para él. Voy por un futuro para él", agregó.

Ese sueño de llegar al norte del continente para conseguir trabajo y así poder cambiar el presente y futuro de su nieto, su hijo y su papá. Todos ellos se quedaron en Anzuategui, al norte de la nación petrolera.

La travesía de más de 4.505 kilómetros (km) inició el 20 de setiembre. Aquel día, ella salió acompañada por dos conocidos de su hijo. "Ellos se separaron. Me sacaron el dinero que tenía y ya. Yo vendí mi casa, yo tenía para llegar allá tranquila y relajada, sin verme en la necesidad de pararme aquí a pedir ni nada", relató.

El recorrido ha incluido, hasta ahora, el desplazamiento hasta Necoclí, en Urabá de Antioquía, así como a Capurgana, en Acandí de Chocó, ambas localidades del norte de Colombia. Para seguir adelante, Marilyn tuvo que atravesar el temido "Tapón del Darién", en la región fronteriza entre ese país y Colombia.

"Nuestro paso en la selva fue fuerte. Fueron 10 días de travesía, atravesando pantano, atravesando monte, atravesando, atravesando ríos, llegando incluso a perdernos… ver la angustia de cada venezolano, como querían llegar hasta el punto de encuentro de nosotros. Ha sido fuerte", señaló.

A lo largo de ese trecho salvaje -apodado "tapón" por constituir una barrera natural que interrumpe la carretera Panamericana- esta migrante vio de primera mano a compatriotas suyos quedarse en el camino o morir al intentar superar algunos de los obstáculos.

"Desde hace cuatro días nos encontramos aquí y vemos a Costa Rica darle la mano a la gente de nosotros. Me he sentido muy orgullosa por ese lado, de ver como en Costa Rica las personas nos han venido recibiendo, nos han venido ayudando constantemente para que podamos comer, podamos tener abrigo", contó.

"Tragedia humana"

En su conversación con este medio, Marilyn Idrogo aprovechó para hacer un llamado al presidente Rodrigo Chaves y su administración.

"Le pido encarecidamente al Gobierno de Costa Rica que nos dé la oportunidad de seguir avanzando, que no nos eche de acá. Somos personas honestas. La mayoría de nosotros venimos con un sueño y una esperanza de llegar a los Estados Unidos para poder ayudar a nuestros familiares a tener una calidad de vida mejor.

"Superar y atravesar todo esto no ha sido fácil, pero sí le pedimos que no nos eche de aquí, que se ponga la mano en el corazón y vea todo lo que hemos atravesado nosotros. Incluso hemos vendido nuestros hogares, nuestras casas, nuestras cosas, nuestros corotos. Nos hemos empeñado, nos hemos endeudado para poder llegar hasta el propósito a nosotros, que es Estados Unidos", detalló.

La incertidumbre invade a esta y los demás venezolanos que se asentaron en la acera de la calle 8, frente a la Terminal 7-10, en San José; luego de que el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos anunciara el 12 de octubre pasado que alcanzó un acuerdo con México para reducir el número de personas que llegan a la frontera que divide a ambas naciones.

Inicialmente, el destino de quienes huyen de la crisis humanitaria y económica de Venezuela habilitará 24.000 plazas para inmigrantes. Sin embargo, ambos países pactaron devolver a quienes atraviesen la línea limítrofe en forma irregular.

Mi salida de Venezuela fue prácticamente por ver que en la situación no nos daba para sustentar a nuestro hogar. Triste y lamentablemente debo decir que amo y adoro a mi país, pero me vi la obligación de salir con todo el dolor de mi alma.

Marilyn Idrogo, migrante venezolana

Antes del anuncio hecho por el gobierno estadounidense, Chaves lamentó la "situación crítica" que afecta a la región y anunció un plan interinstitucional para hacerle frente al flujo migratorio. Este incluye a los ministerios de Seguridad Pública (MSP), de Salud así como de Obras Públicas y Transportes (MOPT), la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME), la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), el Patronato Nacional de la Infancia (PANI), el Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu) y los gobiernos locales.

"Es una tragedia humana ver filas, pelotones, batallones de personas cruzando el Darién a pie. Para los que no tengan la oportunidad, o no hayan visto las fotografías, eso es literalmente caminar en la jungla, dormir al aire libre, y estas personas, la mayoría de ellos venezolanos, buscan inmigrar a los Estados Unidos, que ha dado señales de que los va a recibir", dijo el mandatario.

La estrategia es lograr una circulación expedita de los migrantes, de manera que duren en el territorio nacional el menor tiempo posible, explicó junto a la viceministra de Gobernación y Policía, Marlen Luna. La jerarca estimó que el país pasó de recibir 200 desplazados por día a más de 2.500; pero Chaves estimó que ese número podría llegar a 10.000 personas en las próximas semanas. Más del 80% de estos migrantes provienen de Venezuela y un 90% viaja por sus propios medios, requiriendo entre 1 y 2 días para cruz Costa Rica, según datos proporcionados en la conferencia de prensa.

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