Víctima de pornografía infantil: “tenían un psicólogo y en las grabaciones había cuchillos”
Banda operó en el Valle Central entre el 2009 y 2017: se reportaron 26 víctimas
(CRHoy.com) Una joven, víctima de una red de pornografía infantil que operó en Costa Rica, relató que la banda tenía un psicólogo que atendía a las menores de edad y les hacía creer que todo estaba bien.
Además, señaló que durante las grabaciones, las víctimas eran intimidadas con amenazas de muerte y en los lugares donde grababan los videos -principalmente moteles- siempre había cuchillos de carnicería.
Esta es la historia de una mujer de 23 años, quien narró cómo una invitación por Facebook a participar en un casting de modelaje acabó con llevarla a ser parte de una red de trata de personas que fue desarticulada por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) en el año 2017.
Dos hombres fotógrafos fueron condenados a prisión por el caso de pornografía infantil más atroz que ha salido a la luz pública en la historia del país, en el que se reportan 26 menores de edad como víctimas.
El testimonio fue dado a conocer por el OIJ, este jueves, en sus redes sociales con el objetivo de que las personas denuncien la trata de personas.
La joven, vecina de San José, señaló que fue reclutada cuando apenas tenía 13 años y fue contactada por Facebook. A ella la invitaron a un casting de ropa casual, al que fue acompañada por su madre.
"Lo vi normal. Me siguieron llamando, todo lo vi normal, pero luego me amenazaron, dijeron que le podían hacer daño a mi hermana menor hasta matarla y eso me dio mucho miedo".
"Se sabían mi horario, conocían a mis amigas. Yo era una niña y tenía mucho miedo, esa fue la manera en cómo me reclutaron. Yo me sentía hundida… Tenían hasta un psicólogo que nos hacía ver que todo estaba bien", narró la joven.
"Siempre había amenazas. Había cuchillos a la hora de hacer fotografías. Nos llevaban en un carro blanco. La mayoría de las veces eran en moteles. Le decían a uno que debía usar tal ropa. Según lo que pedían de México o Brasil. Uno sabía que cualquiera lo podían matar. Era o lo hacía o no podía llegar a la casa", agregó.
La mujer explicó que estuvo casi 4 años en la red. Ella explicó que todos los crueles actos se hacían de día, por lo que ella solo le decía a la mamá que iba donde una amiga.
Asimismo, explicó que ella no dio señales de que algo malo estaba pasando. La red la llegaba a buscar al colegio entre horarios de 1 p.m. a 5 p.m. y nunca presentó ninguna depresión.
"Hasta que tuve la valentía. Me fui. Cambié mi número y colegio. Era una red internacional. Yo no denunciaba porque me daba pánico. Son personas que usted las ve y jamás va a creer que hacen eso… A mis 18 años decidí denunciar", expresó la víctima bajo identidad protegida.
La mujer señaló que creía que las autoridades no iban a hacer nada, pero su denuncia sirvió para que el OIJ desarticulara la banda y a la vez se hicieran detenciones en Brasil y México.
La víctima señaló que las autoridades ticas la atendieron y tuvo una psicóloga excelente que la ayudó a salir adelante.
"Sí se puede salir y se puede luchar por los sueños. Yo creo que sí se puede. Un niño no debería tener una red social. Estoy segura que la forma más fácil de reclutar a estas personas y los adultos no deberían confiar en nadie", agregó.
El caso más atroz
El caso de pornografía infantil más grave reportado en Costa Rica llegó a su fin en abril anterior con la condena de 28 años de prisión de un fotógrafo que aceptó la culpabilidad por formar parte de una red internacional que operó en Costa Rica entre 2009 y 2017.
Se estima que 2 sujetos violaron y grabaron a al menos 26 niñas que querían llegar a ser modelos, pero fueron víctimas de delitos sexuales en el Valle Central.
El imputado es de apellido Núñez Romero y hace un mes solicitó un proceso especial abreviado. Ya en julio del 2019, CRHoy.com dio a conocer que otro imputado, de apellidos Solano Corrales -considerado socio de Núñez Romero- se declaró culpable y quedó con una pena de 39 años de prisión.
La pena de 28 años de prisión fue dictada por el Tribunal Penal de San José del Primer Circuito Judicial de San José.
Las víctimas vivían en zonas vulnerables del país y según informes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), los imputados vendían los videos de pornografía infantil en países como México y Brasil.