Nuevo jerarca de la DIS no quiere hablar de su reestructuración
Desde el pasado 22 de agosto CRHoy tramita una entrevista con Eduardo Trejos, pero Presidencia pone de condición envío de cuestionario previo

Eduardo Trejos Lalli llegó a la DIS desde el pasado 1 de agosto. Casi un mes y medio después se desconoce el rumbo que seguirá esta entidad a cargo del Ministerio de la Presidencia
El nuevo director de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS), Eduardo Trejos Lalli, no quiere hablar acerca de la reestructuración de esta institución y la Presidencia de la República pone como una condición para que el jerarca se refiera a este respecto el envío de un cuestionario previo de preguntas.
A pesar que desde el pasado 1 de agosto Trejos Lalli asumió la conducción de este organismo, aún se desconoce cual será el rumbo que tendrá dentro de la administración del presidente Carlos Alvarado, quien incluso antes de asumir el gobierno prometió impulsar una reforma profunda de esta instancia.
Desde el pasado 22 de agosto, CRHoy solicitó a la Casa Presidencial un espacio para, por medio de una entrevista, conversar con Trejos al respecto, sin embargo el pasado viernes 7 de septiembre -justamente cuando se cumplieron los 10 días de ley para que los funcionarios brinden información pública- la oficina de prensa de la Presidencia mandó a decir que para obtener dicha información por parte de Trejos se debían de mandar las consultas por escrito, una medida de censura previa en el ejercicio periodístico.
La oficina de prensa advirtió que de no enviarse las consultas previas, sería "hasta fin de mes" que Trejos, tal vez, podría referirse.
Un órgano de la Presidencia sin rumbo claro

El presidente Carlos Alvarado encomendó la dirección de la DIS a Eduardo Trejos, quien no quiere referirse a sus reformas
Más de cuatro meses después de su llegada a Zapote, se desconoce cual es el rumbo que el gobierno de Carlos Alvarado quiere darle a esta instancia que no ha escapado de la polémica en otras administraciones.
La DIS se creó en 1994 tras una reforma a la Ley General de Policía. Se estableció en ese momento como un "órgano informativo del presidente de la República, en materia de seguridad nacional".
El artículo 13 de esa ley indica expresamente que el cuerpo funcionará bajo el mando exclusivo del presidente, quien podrá delegar en el Ministerio de la Presidencia "la supervisión del cumplimiento de las funciones de este cuerpo policial". Presupuestaria y administrativamente, la DIS depende de ese ministerio.
Días antes de asumir como presidente, Carlos Alvarado prometió impulsar que la DIS salga de la Presidencia y se traslade al Ministerio de Seguridad, siempre con la función de llevar a cabo labores de inteligencia.
En esa ocasión, a pesar de no haber nombrado a Trejos Lalli como su nuevo jerarca, Alvarado dijo que su futuro director tendrá la tarea de replantear la ruta de la institución y descartó su cierre.
"Tenemos que mantener la función de inteligencia, pero llevar adelante la transformación para que se delimite esa acción Estoy explorando la idea de que sea una función en Seguridad Pública, bien reglamentada. A la larga, lo que necesitamos es, sin perder las posibilidades que da la inteligencia para la defensa de la ciudadanía, dar la garantía a la ciudadanía de que los instrumentos se utilizan por las vías democráticas, en un contexto en que hay crimen organizado, el narcotráfico u otro tipo de delitos, como el lavado de dólares o la corrupción", dijo Alvarado.
Durante el gobierno anterior se presentó un proyecto para transformar la DIS en la Dirección de Inteligencia Estratégica Nacional (DIEN), pero esa iniciativa levantó las críticas, entre ellas por parte de la Defensoría de los Habitantes, que siempre dijo que la reforma le daría potestades violatorias de los derechos humanos.
Últimos jerarcas cuestionados
Desde que se creó la DIS ha estado envuelta en polémicas, incluidas acusaciones de ser una policía política dedicada a espiar a las figuras de la oposición del gobierno de turno.
Sus últimos jerarcas tampoco han escapado de la polémica. En la administración de Laura Chinchilla el ex director Mauricio Boraschi tuvo que renunciar cuando se reveló que la ex mandataria viajó en un jet privado propiedad de un empresario cuestionado en Colombia por presuntos nexos con carteles del narcotráfico.
En el pasado periodo, bajo la dirección de Mariano Figueres se le cuestionó por no poner en aviso al ex presidente Luis Guillermo Solís sobre el perfil del empresario cementero Juan Carlos Bolaños, quien se reunió con el mandatario antes que se destapara el caso del cemento chino.
Figueres también fue cuestionado por haber gestionado directamente con la Dirección General de Migración y Extranjería la visa de ingreso al país para ciudadanos sirios, a pesar de que las personas de esa nacionalidad tienen acceso restringido al país.