Nunca antes el tema religioso estuvo tan presente en unas elecciones
El domingo 1 de abril, TSE recibió más de 20 denuncias por posible uso de religión para influir en el voto
A 5 días de la segunda ronda electoral, el 27 de marzo, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) ordenó a Restauración Nacional, que dejara de usar la religión para influenciar el voto de personas. La medida cautelar se emitió, luego de que trascendieran detalles de una reunión secreta en un templo evangélico.
El 16 de marzo, el ya excandidato Fabricio Alvarado, sus entonces aspirantes a vicepresidentes, los diputados electos, los congresistas Mario Redondo y Gonzalo Ramírez, y pastores evangélicos se reunieron. Antes de la etapa "espiritual" los líderes – incluido Alvarado – pidieron a las personas convencer, ayudar y llevar "bendiciones" para que el salmista obtuviera más votos. Así se reveló, en audios informados por Radio Emisoras de la Universidad de Costa Rica.
Días antes, el 6 de marzo, el TSE dio la razón a un recurso de amparo contra la Conferencia Episcopal de Costa Rica y la Federación Alianza Evangélica Costarricense por la misma razón, luego de un comunicado conjunto. Fueron los 2 casos más sonados de algo que irrumpió en las elecciones 2018 con más fuerza: religión para mover las urnas.
Este domingo 1 de abril, el TSE recibió 1.600 llamadas y gestiones en su aplicación digital por hechos en las elecciones, de las cuales el 85% fueron consultas y el resto denuncias. Ya se había registrado la mayor cantidad de denuncias por esos motivos.
Este lunes Hugo Picado, vocero del Tribunal, señaló que en el resto de casos se desplazaron delegados para analizar la situación. Y en la cantidad más baja, 22 por el momento, el ente rector deberá realizar una investigación.
Picado mencionó que la mayor cantidad de denuncias fue por temas religiosos, por el uso de símbolos de ese tipo o la colocación de puestos electorales cerca de iglesias. Ante la posible violación a la ley, el tema lo analizará la Dirección General del Registro Electoral. Pero el funcionario fue claro en que "el tema religioso estuvo más presente en esta campaña electoral que nunca antes en 7 décadas".
Picado fue claro en que el aumento de la relevancia del tema religión en la campaña "es un dato, no una valoración". Muchos exigieron al TSE más acciones y mayor dureza. El director del Instituto de Formación y Estudios en Democracia afirmó que ante la situación inédita, con respecto al tema religioso, existe un aprendizaje.
Según mencionó, los partidos no han tenido claro el límite y la regulación de la ley en torno al punto. Por eso valoró que se genere jurisprudencia. Pero justificó que el TSE mostró la posición de la Constitución Política y no puede ser una "policía electoral". La Carta Magna y el Código Electoral prohíben la propaganda política, que invoque motivos o creencias religiosas.
Constitución Política – Artículo 28
"No se podrá, sin embargo, hacer en forma alguna propaganda política por clérigos o seglares invocando motivos de religión o valiéndose, como medio, de creencias religiosas."
Código Electoral – Artículo 136
"Es prohibida toda forma de propaganda en la cual, valiéndose de las creencias religiosas del pueblo o invocando motivos de religión, se incite a la ciudadanía, en general, o a los ciudadanos, en particular, a que se adhieran o se separen de partidos o candidaturas determinadas."
En la polémica reunión de marzo el pastor Reinaldo Salazar, líder del Templo Bíblico Internacional de Tibás dónde se realizó la cita y director del Movimiento de Oración por Costa Rica, dijo que había que "poner en sitio" al TSE. La Federación Alianza Evangélica Costarricense (FEAC) promueve un proyecto de ley para limitar la regulación en el uso de motivos religiosos con fines electorales.
Alvarado dijo que el Tribunal quería silenciar a los grupos evangélicos que representaba. Luego de que trascendiera la reunión secreta, en debate con su rival Carlos Alvarado, Fabricio Alvarado no se refirió al fondo de los regaños del TSE y más bien lo cuestionó porque – según él – no alzara la voz por presunta beligerancia del Presidente de la República.