Opinión: Empleo y crecimiento: cópula indisoluble
El desempleo subió al 30% de la fuerza laboral. El segundo más alto desde la crisis de Carazo. Es alarmante.
Varios políticos, sociólogos y economistas fustigan el crecimiento económico porque la tasa de expansión –aducen- no conlleva una disminución concomitante del desempleo. Yo creo que es erróneo despreciar el crecimiento económico per sé, pues podría llevar a la absurda conclusión de que crecer no es bueno, que resulta mejor una menor expansión, pero mejor zarandeada, o, peor aún, que debemos abortar el modelo productivo basado en la libre empresa y el sistema de precios para abrazar otro más socialista, intervencionista o clientelista.
Según la última encuesta del CIEP (UCR), el desempleo es el problema número 2 para los costarricenses, con una valoración 20% del total. La situación económica, dentro de lo que cabría el crecimiento, es el tercero, con un 15,2%. Alto desempleo y bajo crecimiento son dos caras de la misma cópula. No podremos resolver el primero sin entrar de lleno a lo segundo.
LEY DE OKUN. Fue el economista Arthur Okun quien formuló la discutida ley sobre la correlación entre crecimiento y desempleo (cópula). ¿Cuán sensible es el desempleo al crecimiento económico? Okun respondió que, basado en observaciones empíricas, para disminuir en 1% el desempleo había que crecer un 3%. Aunque estudios más recientes señalan que la relación puede ser de 1% a 2%, siempre es mejor que un país como Costa Rica tenga tasas de crecimiento elevadas y sostenidas para para combatir el desempleo.
Si nos contentamos con tasas de crecimiento mediocres, de un 3% real per annum como proyecta el Fondo Monetario Internacional para el próximo quinquenio, la expansión podría acoger algo de la creciente fuerza laboral, pero sería insuficiente para disminuir sensiblemente el desempleo. Por eso el sector empresarial han propuesto sendas agendas para aumentar el crecimiento (en su mayoría ignoradas por el Gobierno) y aseguran que es difícil es hacer chocolate sin cacao. En cambio, si se lograran expansiones sostenidas, digamos entre 5% y 6% real por varios años, podrían los trabajadores vivir mejor y habría recursos fiscales para que el Estado ejerciera su ineludible función redistributiva. El verdadero reto, entonces, no es redistribuir lo que no se ha producido. Lo mejor que se podría hacer por los pobres y desempleados es garantizar una buena tasa de crecimiento.
CRECIMIENTO. ¿Cómo lograr que la economía crezca elevada y sostenidamente para bajar el desempleo a los niveles de décadas atrás, redistribuir bien el excedente por el mecanismo impuestos-gastos, y que quede, además, algo para la inversión pública, que juega un papel trascendental? Esa es la cópula más relevante. Pero, antes, debemos repasar conceptos básicos de economía que los adversarios del crecimiento suelen, convenientemente, ignorar.
CAUSAS. El desempleo es un desequilibrio inter-temporal entre las demandas de los patronos y las ofertas de los trabajadores. En un mercado laboral flexible el equilibrio se restablece mediante ajustes en las remuneraciones y el número de trabajadores contratados, hasta que los empleadores encuentran que al nuevo punto de equilibrio podrán vender toda su producción; y a la inversa: si la demanda de los patronos supera la mano de obra disponible, como sucede en la cresta del ciclo expansivo, los salarios tienden a crecer y el desempleo a bajar.
RIGIDEZ. Pero el mercado laboral costarricense no es muy flexible. Como los costos laborales y salarios mínimos no se pueden fácilmente reducir, entonces brota el desempleo.
CARGAS SOCIALES. Hay muchas razones legales que afectan los niveles de salario y empleo. Las cargas sociales y la legislación laboral afectan los ingresos netos y los niveles de empleo. El costo salarial para el empleador no es el monto neto que lleva el trabajador a su casa, sino una tercera parte adicional. Los patronos pueden trasladar parte del costo total al sector laboral en forma de menores salarios y/o desempleo, pero también a los consumidores en forma de inflación, si la competencia lo permite. Internacionalmente, es más difícil el traslado a los precios, pues la competencia es más dura y la productividad más afilada. De ahí surge otra conclusión: parte del desempleo tiene su origen en las cargas sociales, salarios mínimos y otras distorsiones en el mercado laboral, sobre todo en el sector formal. Es necesarios revisarlas y reducir algunas de ellas (Imas, Ina, Fodesaf) y trasladarlas al presupuesto nacional, para estimular el crecimiento y el empleo en el sector privado.
MERCADO INFORMAL. Las cargas sociales y otras trabas gubernamentales también explican el incremento del empleo en el mercado informal (más del 40%), donde la ausencia de cargas sociales y salarios mínimos permite equilibrar oferta y demanda a ingresos menores, pero con mayores niveles de empleo. Corolario de lo anterior es que, entre mayor sea la presión social o política por hacer cumplir la legislación laboral, menos podrán formalizarse los trabajadores independientes, sobre todo si la CCSS les cobra sumas discordantes con su capacidad de pago. Por eso algunos favorecemos condonar deudas acumuladas de trabajadores informales y reducir el monto de sus cotizaciones, para disminuir el desempleo total.
BAJO CRECIMIENTO. Aun si se bajaran las cargas sociales, los altos niveles de desempleo tampoco mejorarían mucho, pues responden también a otras causas, algunas de carácter estructural, como la disparidad entre las capacidades que demandan los patronos y las que ofrecen los trabajadores ante el advenimiento de nuevas tecnología y cambios en la matriz insumo-producto, que desplazan a trabajadores no calificados. También está el desempleo coyuntural. El ejemplo más claro es lo sucedido en 2020 durante la pandemia. La variación del PIB fue negativa (recesión) y el desempleo subió a un 24% de la fuerza laboral. Luego, cuando se comenzaron a reducir las restricciones, la producción se comenzó a recuperar (3,2% en 2021) y el desempleo cayó a 17,7%, y luego volvió a subir al 18% y cifras más recientes lo ubican en 30%. Y esto nos lleva a otro punto medular de la cópula.
REACTIVACION. Para que el desempleo baje a los niveles observados en los años previos a la pandemia (12%) o, mejor aún, del 7% en décadas anteriores, es menester incrementar la tasa de crecimiento real de forma elevada y sostenida. Y esto no será sencillo, pues, de acuerdo a las estimaciones del FMI, el PIB no subirá más allá de un 3% real en el quinquenio venidero. Para lograrlo, habría que hacer reformas estructurales, tal y como puntualizaron organismos internacionales como el FMI, Banco Mundial y más recientemente el BID.
Confianza y crecimiento como motores de la generación de empleo
La más importante razón del alto desempleo es el bajo crecimiento real. Para crecer más robustamente, no sólo hay que emprender reformas estructurales de gran calado sino, más importante aún, restablecer la confianza. Y, para ello, hay que generar un buen ambiente político favorable a la iniciativa privada, combinado con un buen clima de negocios.
RESUMEN
- Para disminuir el desempleo hay que terminar de reabrir la economía, mandar de nuevo los niños a la escuela, terminar de vacunar a la población hasta alcanzar la inmunidad de rebaño y, pasada la pandemia, reactivar la producción y sentar las bases de un crecimiento real elevado y sostenido. Para ello se necesitan muchas reformas estructurales.
- Pero hay una especial, de carácter político, que suelen ignorar los críticos del crecimiento: generar confianza. Si nos movemos a la izquierda, se desvanecerá.
- Para enfrentar la parte del desempleo asociada con el bajo crecimiento temporal por los altibajos de la expansión del PIB (ciclos económicos; choques internos o externos), debe reactivarse la producción con medidas fiscales y monetarias (expansión crediticia y bajas tasas de interés), sin que estas medidas sean infalibles. Pero no hay que engolosinarse con el crédito y gasto deficitario, que pueden eventualmente generar inflación.
- Para avanzar más en la batalla contra el desempleo, debe restablecer el equilibrio macroeconómico, hacer cambios estructurales en el tamaño y funciones del Estado, terminar de abrir la economía al comercio internacional, mejorar la competencia y, sobre todo, mejorar la productividad, que es la capacidad de hacer más con los mismos recursos.
- Es necesario revisar y reprogramar la política migratoria, hacerla más selectiva para que no compita indebidamente con la fuerza laboral local, sino complementarla.Revisar críticamente el costo de las cargas sociales y demás normativa salarial.Finalmente, para enfrentar el desempleo estructural debe procederse a reentrenar la fuerza laboral actual y futura para equilibrar las demandas del sector productivo con las capacidades de la fuerza laboral.
Jorge Guardia Q.