El fenómeno meteorológico Nate que ha golpeado nuestro país recientemente, ha dejado una estela de destrucción significativa y ha sacado una vez más, la mejor respuesta de nuestro país, sus habitantes, el sector privado y las instituciones públicas.
La cantidad de lluvia que se precipitó en pocas horas sobre el territorio nacional, fue enorme y descrita por los entendidos como aguaceros de carácter monzónico y por los no expertos, como diluviales.
La Comisión Nacional de Emergencias lo había advertido a la población y gracias a su llamado oportuno, gran cantidad de personas habían sido evacuadas de zonas de riesgo, anticipándose a deslizamientos y aludes que arrasaron viviendas e infraestructuras públicas.
Los recientes Huracanes que han afectado la región caribeña y el fresco recuerdo que nuestra población mantiene del paso del Huracán Otto por nuestro país, contribuyeron a reducir la resistencia de la ciudadanía y casi a eliminar la oposición de algunos, a acatar las indicaciones de evacuación y refugio de las autoridades.
A pesar de eso, esta tormenta, ha dejado a su paso por Centroamérica, una gran cantidad de personas fallecidas o desaparecidas y concretamente, enlutan hoy día también a nuestra Costa Rica. Estamos en Duelo Nacional, por la pérdida de nuestros compatriotas.
La respuesta de la sociedad civil costarricense para colaborar con los habitantes de Costa Rica que la están pasando mal, ha sido extraordinaria. Colaboración directa e inmediata de constructoras, compañías de transporte aéreo privado, los sectores comerciales responsables, actuando con las autoridades; han facilitado que las personas más afectadas recibieran las muestras de solidaridad de los que están un poco mejor, facilitando el acceso a las zonas incomunicadas y contribuyendo a rescatar y trasladar afectados a lugares donde se les pueda atender adecuadamente.
Es lamentable, constatar que algunos pocos, han aprovechado la desgracia ajena para especular comercialmente con la venta de insumos para hacerle frente a la situación de emergencia, a precios exorbitantes. Otros, se han dedicado a circular mensajes falsos por redes sociales. Sin embargo, estos casos aislados, no podrán ensombrecer los miles de muestras de honesta y desinteresada solidaridad del pueblo costarricense para con sus conciudadanos.
La declaración de emergencia nacional y su consecuente asueto, no han impedido que muchos funcionarios de instituciones públicas se sumaran a los funcionarios que laboran en instituciones que brindan servicios esenciales y que como es natural, no deben someterse al llamado oficial de asueto. Salud, seguridad, servicios de atención, servicios operativos y de apoyo a la emergencia, son sectores que en nuestro país han dicho presente, una vez más.
La Caja Costarricense de Seguros Social, siempre se ha reconocido a si misma como una institución fundamental para brindar servicios esenciales de primera intervención en la atención de situaciones de emergencia como esta. La Caja es una sola. Desde oficinas centrales hasta el rincón geográfico más remoto de nuestro país, sus funcionarios administrativos o asistenciales, se sumaron a contribuir a atender la emergencia. La Junta Directiva sesiono ordinariamente según correspondía y se declaró en sesión permanente hasta que sea necesario, entendiendo que gran cantidad de compañeros, no pudieron acudir a sus lugares de trabajo, por verse directamente afectados por la emergencia. La solidaridad, es otro principio fundamental de la Seguridad Social.
Costa Rica, es un país maravilloso y privilegiado en muchos aspectos que no vamos a mencionar aquí. Hoy, recordamos otro y fundamental: la solidaridad y calidad de su gente.
Dr. Fernando Llorca Castro
Presidente Ejecutivo de la CCSS