Pablo, el “colacho” que alegra la Navidad de los niños en Grecia
Después de la primera navidad decidió convertirse en un colacho real
(CRHoy.com)"Papi, papi, yo te dije, Santa es real, Santa es real, Santa existe, yo lo sabía", es lo que escucha Pablo González desde hace 9 años por parte de los niños, cada vez que se convierte en colacho durante las navidades.
Él nunca se imaginó siendo un Santa; sin embargo, la motivación de alegrarle la navidad a sus hijos, hizo que se vistiera de rojo y le deseara una feliz Navidad a todos los vecinos de Grecia.
"Esto nació por una necesidad de trabajo, hace aproximadamente nueve años, estaba empezando el noviazgo con la que hoy es mi esposa, no teníamos trabajo, entonces comenzamos en un centro comercial en Grecia, tomando fotos a medias con el fotógrafo", relató Pablo.
Pablo es actor y recuerda que la ilusión de sus hijos para esa navidad era tener una tablet cada uno, él no tenía garantías de que la improvisada idea resultara; pero contra todo pronóstico, logró reunir el dinero y cumplirle el deseo de navidad a Jose Pablo y Josué.
Muchos dicen que la navidad se define en sabores y olores, para Pablo se traduce en magia, empatía y complicidad con los más pequeños, quienes no dejan de ilusionarse cada vez que lo ven diciendo "¡Jo, jo, jo, feliz navidad!".
Cuando Pablo se pone el traje, las botas y el gorro de colacho, entra en personaje, brinda una sonrisa cálida a quienes lo rodean y escucha los deseos de los niños, le piden iPhone, nintendo, caballos y hasta unicornios.
Pese al frenesí de las jornadas, hay niños que han logrado impactar su alma, con una mirada atenta, mucho aplomo y unos brazos llenos de contención, trata de consolar a los pequeños que para la navidad lo único que desean es que su familia esté unida.
"— Santa, mis papás se están divorciando y yo quiero que tú me hagas el milagro, yo no quiero que estén lejos de mí, yo los quiero juntos. Eso me llenó el alma, no pude llorar en el momento, pero eso es de las cosas que más me han llenado", recordó Pablo.
Después de interpretar a Santa durante una navidad, Pablo comenta que se enamoró por completo de la idea de formar parte de la magia que envuelve el ambiente de estos días, ver a los niños ilusionados lo llevó a decidir ser el Santa más real que podría ser.
"El Santa no era tan bonito como lo es en la actualidad, porque se ha ido perfeccionando con el tiempo (…) quería algo más real, buscaba que fuera más creíble, fue un proceso de mucho cariño y ahínco, mi esposa es parte fundamental para esto", detalló Pablo.
Este alajuelense cuenta que su esposa Fabiana, ha estado con él en todos los años que lleva con esta aventura, desde el inicio ella lo asistió con el maquillaje y la producción.
Fabiana es profesora de preescolar, por esto ella comprende de una manera muy cercana a los pequeños, ella fue quien preparó a Pablo para que se relacionara con los niños con cariño y empatía, pero siempre manteniendo el respeto.
Año con año, Pablo se prepara para dar lo mejor de sí, su barba y cabello son reales, por lo que cuida mucho estos aspectos físicos para que una vez que inicia diciembre, parezca que es realmente ese anciano generoso del Polo Norte, que trae alegrías a las familias durante la navidad.
"Los adultos también les impresionan, uno como actor se siente orgulloso, esto es un emprendimiento; pero, el hecho de ver ese cariño, ese respeto, ese amor, uno al final se siente realizado, porque se siente bonito el respeto y cariño de los niños", exclamó González.
Ser tan dedicado, ha dado frutos para la carrera artística de este alajuelense, ha tenido valiosos momentos en el cine y la televisión nacional.
Cuando no es Santa, Pablo actúa y es creador de contenido, con su página en Facebook llamada Pablemos le brinda servicios publicitarios a comercios alajuelenses de la zona de occidente.
Para él la navidad es el momento con mayor calidez del año, en el que se propicia la unión de los seres queridos.
Sin dudas eso es lo que finalmente importa, cerrar el año con el alma llena alegría y recibir el siguiente con la plena convicción de que siempre se puede contar con la familia.