Pandemia hundió rendimientos de pensiones a cifras negativas
Promedio de todo el mercado llegó en abril a -0,45%

Con fines ilustrativos. (Foto:Internet)
(CRHoy.com) Si en los estados de cuenta de su operadora de pensión ha notado que en lugar de crecer las ganancias, éstas más bien se acortan, no es nada extraño.
Al igual que en el resto de la economía el mercado de las operadoras de pensiones está sufriendo los embates de la actual crisis generada por la pandemia, lo que ha llevado al sector a ubicarse bajo cero; es decir, con rendimientos negativos.
Cifras oficiales proporcionadas por la Superintendencia de Pensiones (Supen) da cuenta que para el cierre de octubre del año pasado los rendimientos de toda la industria promediaban el 1,67%.
Al cierre de 2019 y todavía en enero de este año la industria reportaba crecimientos, pero a partir de febrero se vino la principal caída, llevando al mercado a cerrar en un promedio del -0,45% de rendimientos.
Este es un fenómeno que no afecta a un solo actor en específico, sino a todo el mercado.
Para febrero, el operador que sufrió una mayor baja fue Popular Pensiones, que pasó de tener rendimientos del 2,12% en diciembre a -1,68% en febrero.
Luego de ese mes ha comenzado a revertir la tendencia aunque todavía se mantiene en números negativos.
BCR Pensiones, BN BVital, la OPC de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), y BAC Pensiones también cerraron el mes pasado en cifras negativas, de acuerdo con la Supen.
A pesar de las cifras, en el mercado consideran que esto no es de alarmarse, pues se trata de operaciones que operan con el largo plazo.
Róger Porras gerente de Popular Pensiones, señaló que muy posible este mismo año la tendencia logre revertirse y se comiencen a dar números positivos.

La caída en los rendimientos despertó el interés de muchos ciudadanos a cambiarse de operadora.
Hace una semana, tanto la Supen como el Consejo Nacional de Supervisión Financiera (Sugef) acordaron cambiar el reglamento para impedir que esto ocurra y congelar cualquier intención de la gente de buscar una nueva operadora.
La idea detrás de esto es que precisamente al ser gestiones de largo plazo, los bajos rendimientos de la actualidad pueden llegar a recuperarse en el futuro, pero si la gente se cambia de operadora, esa pérdida la "hace líquida; es decir, obliga a las entidades a cobrarle esa pérdida al cotizante.
