Protagonista de Rubí podría perder la audición: “No tiene cura”
"Ya veré cómo construyo mi vida a partir de ser sorda", pensó.
(CRHoy.com) La actriz uruguaya, Bárbara Mori ha atravesado duras enfermedades a lo largo de su vida, como el cáncer y recientemente reveló que padece de un problema en un oído, por el que podría perder la audición.
A través de una entrevista con la revista 192, la protagonista de la telenovela "Rubí" reconoció que es algo de lo que ella no habla y que, el problema es hereditario.
"He atravesado varias enfermedades y la he librado. Tengo una enfermedad en el oído derecho, no lo sabe la gente porque no lo comparto mucho, pero esta enfermedad se me desarrolló hace ocho años. Mi papá no escuchaba con ambos oídos y mi abuelo tampoco, es hereditario y no tiene cura. Podía perder la audición", reveló.
A pesar de eso, Mori reconoce que no le da miedo la muerte y que, llegará lo que tenga que pasar.
"Con el cáncer aprendí que hay que aceptar: si te resistes a ello, duele, sufres y se hace la vida más difícil. Entonces, con el diagnóstico del oído, pensé: 'A ver qué aprendemos de esto, y si dejo de escuchar, ya veré cómo construyo mi vida a partir de ser sorda'. La enfermedad no ha avanzado más. Los seres humanos tenemos el poder de sanarnos a nosotros mismos, siempre y cuando descubramos el poder inmenso que tenemos dentro de nosotros y sepamos cómo utilizarlo. Vengo de la pobreza. Cuando inicié mi carrera como actriz, me empezó a ir muy bien y generé dinero; me compré una casa, tengo estabilidad gracias al trabajo que he hecho, pero tampoco me da miedo perderlo. Sé vivir en la pobreza. Mucha gente tiene miedo a no hacerla en la vida, pero trabajo desde los 14 años y me siento absolutamente realizada", citó.
El diagnóstico de cáncer llegó cuando ella tenía 29 años y su ginecólogo le descubrió cáncer en el cuello del útero, dos días antes de dejar México para asentarse en Canadá.
"Le pregunté al doctor: '¿Me voy a morir?', y me dijo: 'No, todavía estás a tiempo, te podemos operar. Necesitamos ver si no te abarcó la matriz, si te la tengo que quitar. No te vas a morir. Primero te tengo que operar y después vamos viendo si hay necesidad de hacer quimioterapia'. En ese momento, tenía un boleto para irme a Canadá a estudiar inglés, era viernes y me iba el domingo. Ya tenía todo pagado, la escuela, todo. Y le dije al doctor: 'Entonces cancelo mi viaje'. Me dijo: 'Vete y cuando regreses te opero. No hay necesidad de operar ahorita, no estás en un lugar terrible'", recordó.
Durante el tiempo que estuvo en Canadá, se sintió sola, enfrentando su enfermedad, pero eso la hizo más fuerte. Luego, volvió a México, se operó y continuó con su vida.
"Aprendí muchísimo y para mí el cáncer fue un gran maestro. Me enseñó a valorar lo que tenía en el presente, porque en ese entonces no tenía las oportunidades de trabajo que me hubiera gustado tener. Vivía una constante insatisfacción. Estuve dos meses con la enfermedad en mi cuerpo, atravesando todo eso sola. Al paso del tiempo me di cuenta de que la pregunta correcta no es por qué yo, sino el '¿Para qué me está pasando esto? ¿Qué tengo que aprender de esto? ¿Qué me viene a enseñar?'. Pienso que las enfermedades son síntomas de emociones no resueltas en nuestro cuerpo", añadió.