¿Qué es Turning Point USA, la polémica organización fundada por Charlie Kirk?
El asesinato de Charlie Kirk en Utah no solo impactó al movimiento conservador en Estados Unidos. También volvió a poner bajo la lupa a Turning Point USA, la organización que él fundó a los 18 años y que en apenas una década pasó de ser un grupo estudiantil marginal a convertirse en uno de los motores políticos más influyentes del trumpismo.
¿Qué es Turning Point USA, cómo se financia y por qué genera tanta polémica?
Un proyecto nacido en los campus universitarios
Turning Point USA nació en 2012, cuando Kirk, hijo de una familia de clase media de Chicago, decidió crear un espacio para promover la defensa del libre mercado y la reducción del tamaño del Estado entre jóvenes. Con el apoyo inicial de empresarios conservadores, como Foster Friess, el grupo se formalizó como una organización sin fines de lucro con sede en Arizona.
Su mensaje era simple y directo: "Big Government Sucks" ("un Gobierno Grande apesta"). La estrategia resultó efectiva en un ambiente universitario dominado por asociaciones progresistas. En pocos años, el grupo aseguró presencia en miles de preparatorias y universidades de todo el país, organizando debates, conferencias y campañas en redes sociales.
Del libre mercado al choque cultural
En un inicio, Turning Point USA se presentaba como una organización dedicada a temas económicos y evitaba los debates sociales más divisivos. Sin embargo, con el auge de Donald Trump y la radicalización de la política estadounidense, el grupo amplió su agenda.
Bajo el liderazgo de Kirk, pasó de hablar de impuestos y deuda nacional a cuestionar el feminismo, el aborto, la inmigración y la diversidad racial en Estados Unidos.
Kirk llegó a declarar que "Estados Unidos es un país cristiano y debería seguir siéndolo" y que el aborto "mata". En actos públicos, utilizó frases provocadoras: desde acusar a los demócratas de encarnar "todo lo que Dios odia" hasta pedirle a la cantante Taylor Swift que "se someta" a su futuro marido como ejemplo de mujer.
Este tono le dio visibilidad en redes sociales, pero también atrajo fuertes críticas. Para sus simpatizantes, Turning Point USA se convirtió en un espacio de resistencia contra lo que consideran un dominio progresista en las universidades. Para sus detractores, es un grupo que fomenta la intolerancia, el revisionismo histórico y el nacionalismo cristiano.
Las polémicas que marcaron su trayectoria
Turning Point USA no solo genera controversia por sus discursos. También lo hizo por sus prácticas.
- Listas negras de profesores y juntas escolares: el grupo creó portales en los que denunciaba a docentes y autoridades acusadas de "adoctrinamiento izquierdista".
- Comentarios racistas dentro de la organización: en 2017 se filtraron mensajes de una exdirectora que decía odiar a los afroamericanos. Aunque la directiva negó prácticas discriminatorias, el episodio reforzó la percepción de un ambiente hostil hacia minorías.
- Cuestionamientos legales: medios como The New Yorker revelaron indicios de coordinación política con campañas republicanas, pese a que su estatus de ONG le prohíbe participar directamente en elecciones.
- Discursos de odio: aunque grupos de monitoreo como la Liga Antidifamación no clasifican a Turning Point USA como organización de odio, reconocen que varias de sus figuras han hecho declaraciones racistas o xenófobas.

El músculo financiero detrás del movimiento
El crecimiento de Turning Point USA no habría sido posible sin un respaldo económico sólido. En menos de diez años pasó de recaudar unos pocos miles de dólares a manejar presupuestos superiores a los $70 millones anuales.
Sus fondos provienen de donaciones privadas de empresarios conservadores y redes vinculadas a la élite republicana, además de eventos masivos y la venta de mercancía.
Ese músculo financiero le permitió montar un aparato profesional de activismo juvenil: cientos de empleados, oficinas propias, eventos con despliegue escénico y una maquinaria mediática que incluye podcasts, canales en redes sociales y programas de formación para líderes estudiantiles.
Una relación simbiótica con Donald Trump
El vínculo entre Turning Point USA y Donald Trump fue inmediato. Kirk se convirtió en uno de los más leales defensores del presidente y su organización en una plataforma clave para amplificar el mensaje trumpista entre los jóvenes.
Los congresos de la organización contaron con la presencia frecuente de Donald Trump Jr. y Lara Trump. En campaña, la organización movilizó a votantes en estados decisivos y organizó giras universitarias para fortalecer el apoyo juvenil al expresidente.
Tras la muerte de Kirk, Trump lo describió como "un gran hombre de arriba abajo" y ordenó izar banderas a media asta en su honor. Ese gesto refleja no solo un vínculo personal, sino la importancia de Turning Point USA dentro del ecosistema político de la derecha estadounidense.

El futuro tras la muerte de Kirk
El asesinato de Charlie Kirk deja a Turning Point USA sin su principal figura. Su carisma y capacidad de conectar con audiencias jóvenes fueron centrales en el crecimiento del grupo.
El reto ahora será mantener la cohesión y relevancia sin su fundador. Analistas estadounidenses coinciden en que Turning Point USA seguirá operando gracias a su estructura financiera y a la red de aliados que construyó en la última década. Pero también advierten que el movimiento puede enfrentar divisiones internas y un escrutinio aún mayor.
Lo que parece claro es que el legado de Kirk y de Turning Point USA no se limita a los campus universitarios. Su impacto en la política estadounidense ya forma parte de la historia reciente: un ejemplo de cómo un grupo juvenil logró convertirse en uno de los principales motores de la derecha populista en Estados Unidos.