¿Qué tal sus próximas vacaciones en la luna?
La luna genera gran interés en Trump y el sector privado
(AFP) Relegada durante la presidencia de Barack Obama, la Luna está convirtiéndose de nuevo con el gobierno de Donald Trump en un destino de interés para misiones de exploración espacial más allá de la órbita terrestre, alentando la participación del sector privado.
Extrabajadores de la NASA confirmaron el interés de Trump por volver a la Luna a través de acuerdos con compañías privadas.
El multimillonario Elon Musk, propietario de SpaceX, y Jeff Bezos, dueño de Amazon y fundador de la empresa espacial Blue Origin, se han entrevistado varias veces con consejeros de Trump.
"Si el gobierno de Trump consigue un presupuesto suficiente, veremos un proyecto espacial ambicioso sobre la Luna con alianzas entre el sector público y privado", afirmó.
Espectacular y audaz
Eric Stallmer, presidente de la Commercial Spaceflight Federation, que representa a los vuelos espaciales privados, lo corrobora. "La administración Trump quiere hacer algo espectacular y audaz", explicó en conversación con la AFP.
El actual programa que la NASA está desarrollando –la lanzadera Space Launch System y la cápsula Orion para enviar astronautas a Marte– "es muy caro" y "no puede seguir sin la colaboración del sector privado", así como sin regresar a la Luna, contó el experto.
"El sector comercial está determinado, en voluntad y visión, a ir a la Luna y más allá", aseguró Stallmer.
SpaceX anunció en febrero haber alcanzado un primer acuerdo para enviar a dos turistas a la Luna a finales del año que viene, aunque no dio a conocer por cuánto dinero.
Jeff Bezos trasladó en enero a la NASA y al equipo de Trump su interés por que Blue Origin construya –en cooperación con la NASA– una nave y un aterrizador lunar capaces de transportar carga y módulos habitables a la Luna.
Colonias lunares
Este proyecto, dado a conocer en marzo por el diario The Washington Post –propiedad de Bezos– tiene el objetivo de contribuir a "establecer colonias lunares", al considerar que "ha llegado el momento de que Estados Unidos vuelva a la Luna y que esta vez se quede".
El representante republicano de Oklahoma Jim Bridenstine, cuyo nombre suena para dirigir la NASA, dio hace poco su beneplácito a crear alianzas entre la agencia espacial y el sector privado para volver a la Luna, subrayando que el motivo principal es el agua.
Los polos lunares guardan millones de toneladas de hielo en sus cráteres.
Con este agua, oxígeno e hidrógeno líquido se podrá crear el carburante para las naves que en un futuro se usarán para ir a Marte, argumentó el congresista, al visualizar la Luna, que no tiene atmósfera, como una base industrial avanzada para explorar el sistema solar.
El éxito del concurso de la Google Lunar XPrize Foundation, que acaba de anunciar a sus cinco finalistas, entre ellos la sociedad estadounidense Moon Express, también confirma el creciente entusiasmo por la Luna.
El concurso premiará con 20 millones de dólares al participante que logre aterrizar sobre la Luna un robot.
