Activista ostomizada le recuerda a la gente que “con una bolsa también se sueña”
Un accidente de tránsito cuando era muy pequeña le cambió la vida
(CRHoy.com) Cuando era niña sufrió un aparatoso accidente de tránsito en el que casi pierde la vida. Sobrevivió, pero la principal secuela cambió su vida por completo. Hazel López es una persona ostomizada ¿Qué quiere decir esto? Que su cuerpo elimina las heces y la orina en una bolsa que le conectaron a su cuerpo por medio de una cirugía.
López Salas conversó con CRHoy.com y narró las dificultades que ha tenido que enfrentar en su vida y como ahora vive con la mentalidad de que "con una bolsa también se sueña".
A sus 11 años, López vivió el trágico accidente que marcaría un antes y un después en su vida.
"Por mi casa hay como una cuesta y ahí había un carro que estaba estacionado y se le rompió el freno de mano. Yo vi que el carro venía bajando la cuesta y lo que hice fue que crucé la calle frente a donde estaba un paredón porque le tenía miedo a un perro bravo que tenía una vecina.
Cuando el carro venía bajando, el dueño lo que hizo fue doblar la manivela para que el carro chocara contra el paredón y yo estaba ahí y me prensó el carro", contó López.
Debido a esto, la niña tuvo que ser llevada al hospital de Niños, en condición muy delicada, incluso llegó a estar en coma. En el centro médico estuvo hospitalizada cerca de un año.
Tras el accidente, Hazel perdió el esfínter y por esta razón tuvieron que colocarle una bolsa de colostomía, de la que es usuaria desde hace ya 25 años.
La vecina de Guadalupe de Alajuela menciona que por mucho tiempo también se encontró con alimentación parenteral -mezcla de alimentación especial líquido que se provee a la sangre a través de una jeringa en la vena- y que luego de salir del centro médico decidió, por su amor al estudio, ir al colegio.
"Mi mamá me decía que me esperara que todavía no fuera, pero yo sí quería, yo salí en noviembre del hospital y en febrero estaba entrando al colegio entonces tuve un cortísimo tiempo para adaptarme a cambiarme la bolsa y todo yo solita", contó.
Cuando uno tiene ciertas emociones como nervios, está triste o un impacto muy grande, reacciona eso (la ostomía), entonces el primer día de clases estaba nerviosa y por supuesto reaccionó. Yo estaba sentada en el pupitre y empezó a producir un montón y gases y todo, la bolsa me iba a explotar. Cuando tocaron el recreo dice el profesor bueno dejen los bultos en el aula y salgan.
Yo no podía salir sin el bulto porque necesitaba taparme porque aquello se veía súper inflado y el profesor me seguía pidiendo que saliera. Ya luego le expliqué al profesor y me dijo ‘no mira, eso tenemos que informarlo allá en la dirección‘ y entonces ya se notificó, recordó.
Sin embargo, narra que la experiencia que tuvo no fue tan buena y debido a que no quiso contarle a nadie su secreto, recibió mucho bullying de sus compañeros que no comprendían por qué ella tenía "preferencias o ventajas" con respecto al resto. Por ejemplo, ella cuenta que a pesar de que iba a las lecciones de educación física no era obligada a hacer los ejercicios o que no tenía que pedir permiso para ir al baño, solo salir debido a su condición. Aparte, explica que al ser bajita, usar lentes y ser aplicada en los estudios, era un adicional para que la molestaran.
También recuerda que en su adolescencia no iba a fiestas porque no podía vestir como sus compañeras (con los pantalones a la cadera) debido a la bolsa de colonoscopia.
En la actualidad
Actualmente, López de 36 años, es Ingeniera Industrial y madre del pequeño "Fabri" de 10 años. Además, trabaja en una empresa que ofrece consultorías para industrias médicas en países como Costa Rica, Estados Unidos y la India.
Sin embargo, hace unos años tuvo que recurrir a un implante de cadera debido a un problema de displasia que ha tenido desde que nació.
"Tenía un desgaste muy severo en la cadera izquierda y tuviera que recurrir a un implante de cadera. Por 2 años tuve que dejar de trabajar. Era demasiado dolor, yo tomaba metadona, morfina, tramadol no me hacía absolutamente nada, yo no podía dormir y gracias a Dios en enero de este año me operaron", recordó.
"Con una bolsa también se sueña"
"El proceso de aceptación de la ostomía me tomó 20 años porque para mí fue duro el proceso fuera de mi casa, fue durísimo el proceso del cole, de trabajar, inclusive ir a la universidad después del trabajo, porque tal vez no había tenido un buen día en el trabajo y no me sentía muy bien. Yo digo que todos los sentimientos que usted tiene se van a través de la bolsa, estrés y preocupaciones todo eso se ve ahí", destacó.
Cuenta que ella siempre tuvo miedo de decirle al mundo lo que pasaba, al punto de que solo su mamá se daba cuenta y "ni siquiera mi hermano había visto nunca la bolsa". Pero que luego de ingresar a un chat de WhatsApp del grupo Ostomizados CR comprendió que con su experiencia y conocimiento podía ayudar a otros y, 10 años después, ad honorem, forma parte de la junta directiva de la Asociación.
Ahí fue donde yo dije que en realidad esto no se va a ir nunca y no tengo por qué seguirlo ocultando y en realidad creo que yo puedo llegar a ayudar a muchas personas a que vean que uno puede seguir viviendo de una forma normal, ahí fue donde un día empecé simplemente a escribir desde mi punto de vista, una persona ostomizada lo que iba haciendo en ese momento, mencionó.
Ahora, con su blog, Hazel se dedica a dar charlas dentro y fuera del país para dar respuestas a muchas dudas que tienen las personas ostomizadas y les ayuda a transmitir la confianza que necesitan para poder hablar sin miedo sobre su situación y a confiar en sí mismos porque "con una bolsa también se sueña".