“Entre Costuras”: el taller que cambia vidas en La Carpio
POR DÍA PRODUCEN UNOS 16 PRODUCTOS QUE LUEGO VENDEN PARA SU BENEFICIO

María Sánchez y Mirena Martínez son 2 de las 8 mujeres que completan el equipo de "Entre Costuras" (Jonathan Brenes).
"Yo lo único que sé hacer es coser… Estudié corte y confección".
Para muchos esta frase no tiene ningún significado, pero para 8 mujeres de La Carpio fue el inicio de una nueva vida, de una segunda oportunidad.
Hace ya 4 años que doña Marisol Quezada -con z, porque así lo escribieron sus abuelos- llegó a matricular a su hijo de 6 años en la banda del Sistema Integral de Formación Artística para la Inclusión Social (Sifais), organización que promueve la superación personal en esta comunidad josefina.
Pero más que eso, llegó a ofrecerse como profesora de corte y confección, con el único fin de heredar su conocimiento. Aquel mismo día le dieron el "sí" y desde entonces las mujeres de La Carpio tenían la posibilidad de aprender una nueva disciplina.
Con una sola máquina y en una cocina que les servía como aula empezaron las clases. Más de 10 mujeres tocaban por primera vez una aguja, un trozo de tela o una cinta métrica.
Luego llegaron 4 máquinas de coser más, o juguetes, como ellas les llaman. El grupo crecía mientras silenciosamente se acercaba una sorpresa. En agosto del 2016 inauguraron su propio taller, que dejaría de ser solo un aula y se convertiría en una pequeña empresa llamada "Entre Costuras".
Hoy 8 de ellas ven en este proyecto un ingreso económico más -o tal vez el único-, un sitio para aprender mientras se divierten y la posibilidad de dar un gran ejemplo de superaciòn.
Esto es "Entre Costuras".
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Hoy elaboran 16 productos al día. Los cientos de metros de vinilo que les donan son su materia prima para hacer carteras, bolsos para computadoras, cosmetiqueras, monederos y una gama de unos 10 productos diferentes.
"La costura es como la música, entre más se toca más se halla", dijo doña Marisol, que hace 10 años viajó de Nicaragua a Costa Rica en busca de mejores condiciones de vida para su familia.
De los productos que venden, este grupo de mujeres deja el 40%, usan el 20% para materiales y el restante 40% es para financiar los proyectos del Sifais.
Sifais cambia vidas
Estas 8 mujeres y todas las que han pasado por la enseñanza de doña Marisol son solo una parte de los beneficiados del proyecto Sifais,
"Antes por aquí no se podía caminar, pero ahora sí, uno anda de noche (…) Esto en serio se convirtió en una ‘Cueva de Luz'", dijo doña Marisol, explicando que antes, al mismo sitio donde ahora se encuentra el edificio de Sifais, le llamaban "Cueva del Sapo".
En este enlace encuentra el perfil de Entre Costuras en Facebook.