¿Le suena el apellido Jirón? Familia tuvo que reinventarse luego de un trago amargo
(CRHoy.com) La familia Jirón Garro tuvo que levantarse de las cenizas y empezar de cero, con lo mejor que sabía hacer, preocupándose por el sueño de sus clientes, a través de "La Repa de Sueños".
Álvaro Jirón García es uno de los bisnietos de Frida Gellert Langenberger, una visionaria mujer que quedó viuda muy joven, con 5 niños que mantener.
"Ella es la muestra más pura de coraje y de trabajo de una mujer emprendedora. Alemana, sola, a principios de los 1900 dijo ‘yo no me hundo'. Tenía su talabartería, donde su fuerte era sillas de montar, alforjas, cosas para los carruajes, pero cambió a colchones cuando empezaron a entrar los carros al país, ella se dio cuenta de que eso iba a morir", detalló.
En esos años, los colchones eran de paja y doña Frida vio que, las mismas herramientas que usaba en su talabartería, le servirían en su nuevo negocio. Su paja, la obtenía del pasto del parque La Sabana, donde los administradores lo donaban.
"Mi abuelo era el mayor de los hermanos, así que a él le tocó sacar a adelante la fábrica. Fueron creciendo y se pasaron a colchones de algodón y a finales de 1940 entró mi papá al negocio. A mediados de los 50 empezaron con la línea de colchones de resortes, luego de que desarmaran un colchón de resortes para ver cómo se hacían, con el empuje de mi mamá", añadió Álvaro Jirón.
La fábrica se fue expandiendo y con ella la familia, donde por más de 30 años trabajó don Álvaro, de la mano de su papá. Sin embargo, tras la muerte de su padre en el 2017, llegó el trago amargo para esta familia. Los invitaron a salir de la empresa que representaba no solo su apellido, sino toda su historia familiar. Aunque hablan poco de esto, lo han contado a sus seguidores en redes sociales.
"Después de salir de la empresa, mi hija Trilce me dijo ‘papá, yo sé que no te querés meter con colchones, pero podemos repararlos'. En la otra empresa, Trilce optimizó el departamento de reparaciones completamente. No era competencia con nadie y teníamos que buscar qué hacer, porque yo con 50 años, salí de la otra empresa sin un centavo de ahorros", explicó.
La reparadora
Tantos años en la industria rindieron frutos y también buenos amigos, que les permitieron empezar de cero el negocio de reparaciones de colchones.
"La Repa nació el 14 de junio del 2019. Encontramos el local y nos dijeron ‘vale tanto' y decíamos ‘no, es mucha plata'. Mi hija tenía un grupo de jóvenes de familias empresarias y una de ellas era la hija del dueño del local, un señor bellísima gente, que nos dijo que nos iba a ayudar", aseguró.
Jirón reconoce que, obtener el financiamiento de los bancos fue muy difícil y tuvieron que optar por un préstamo con un amigo de un amigo.
"¡Fue un salto de fe! El monto que nos dieron nos duraba solo para 6 meses, fue arriesgarnos completamente. Éramos nosotros 4 y 4 personas más. ¡Empezamos a pulsearla, a pellejearla!", expresó antes de decir que muchos amigos en el negocio le echaron la mano con proveedores y materiales.
"Cuando empezamos, mi hermana me prestaba un camión o un amigo nos alquilaba el de él. Mi esposa llegó con las llaves de su carro y me dijo: ‘esto no nos da de comer, tenga, vea a ver qué hace'. Me fui con ese carro a una agencia, lo cambié por un camión, ese camión se llama Emilio Efesto.
Desde entonces esta familia no ha parado de trabajar y además del servicio de reparación, ahora venden colchones nuevos y brindan servicio de lavado, lo que les ha permitido también darle trabajo a más personas.
"El año pasado logramos registrarnos como pymes, lo que nos ha abierto muchísimas puertas. Hoy somos nosotros 4 y 22 personas más… ¡Gracias a Dios!", manifestó.
Como familia nos unimos a salir a adelante juntos. Así nació La Repa de Sueños, reparando nuestros sueños de vida y reparando la idea de que ‘¡Hay que seguir adelante, demostremos que se puede!