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Reportaje Especial

Niñas ayudan a su mamá a sacar sus estudios de primaria

La vocación de tres docentes se refleja en esta familia

Por Jéssica Quesada | 28 de Jun. 2020 | 8:11 am

(CRHoy.com) Nunca es tarde para aprender y doña Zoila Centeno es un claro ejemplo de ello.

Esta vecina de Pueblo Nuevo de Lepanto, Puntarenas, es estudiante del programa CINDEA Jicaral, Dirección Regional de Educación Peninsular y su historia es inspiradora.

Se dedica –como muchas personas en la zona- a la extracción de moluscos, y gracias al apoyo e impulso de su familia, decidió dejar la vergüenza atrás y retomar sus estudios de primaria. Leer y escribir mejor es el primer paso para ella y luego vendrá un mundo entero de conocimientos.

Yorleni Soto, Gloria Sequeira y Marlen Castillo son educadoras en Jiacaral, Puntarenas.

Su hija adolescente y su nieta, a quien cría porque su mamá murió, son quienes le ayudan a completar las guías educativas que le llevan hasta su casa sus docentes.

Marlen Castillo, Yorleny Soto y Gloria Sequeria son las maestras de las materias básicas del CINDEA de Jicaral y las encargadas de acompañar a doña Zoila y a otros adultos en su proceso de aprendizaje.

Castillo contó que para llegar hasta la casa de doña Zoila hacen un recorrido de 14 kilómetros en carro y luego caminan – unos 300 metros– hasta la humilde vivienda que está a la orilla del mar.

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Cuando doña Zoila está trabajando en el manglar, su esposo es quien recibe los materiales impresos que le llevan los docentes.

“Cuando tiene saldo en el celular me manda fotos de sus trabajos o consultas. Doña Zoila es una persona muy valiosa y una estudiante ejemplar. Cuando la visité por primera vez en su casa, me conmovió que las niñas le ayudaran en su procesos de aprendizaje, y cuando me contó que la menor era su nieta y que su hija había muerto…me movió el corazón aún más y entendí que ella es maravillosa”, contó Marlen Castillo.

“Esta profesión es hermosa”

Marlen Castillo Reina, es docente en CINDEA Jicaral.

Estas educadoras son un verdadero ejemplo, las tres se reúnen y preparan todos los materiales para sus estudiantes (niños y adultos), pues en Jicaral, Lepanto y otras comunidades de ese sector de La Península de Nicoya, no es viable usar la tecnología para remitir los materiales.

“Trabajamos bajo el escenario 4 establecido por el Ministerio de Educación Pública (MEP), que es para personas que no tienen acceso a internet. La mayoría de los estudiantes de CINDEA tienen celulares prepago y eso no les permite navegar durante muchas horas y la situación económica no les da como para recargar a cada rato”, detalló Castillo.

Con todas las medidas sanitarias y de distanciamiento social, estas maestras se emocionan al ver a sus estudiantes, sentimiento que es recíproco. Enseñarle a un adulto a leer es, para ellas, una de las mejores recompensas de su trabajo.

Ni para ellas ni para sus alumnos la falta de recursos tecnológicos impide el progreso. “Nos hemos empeñado en que la educación no se corte. Siempre le pedimos a las familias que apoyen a nuestros estudiantes para que puedan aprender cada día más y nosotras siempre estamos disponibles para ellos”, puntualizó la educadora oriunda de Lepanto.

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