Venta de tortillas es esperanza para su familia: La historia de don Marvin y su esposa
Emprendimiento nació en 2020

Hace aproximadamente 5 años, esta familia llegó al cantón de Pococí, en Guápiles de Limón a comenzar una vida nueva.
Don Marvin Alexis Alfaro Vargas, de 45 años y su esposa, Andrea Vanessa García Rodríguez, de 35 años son una pareja que cada día tratan de salir adelante con sus 2 hijos, esto en medio de fe, de agradecimiento y fortaleza.
Hace aproximadamente 5 años, esta familia llegó al cantón de Pococí, en Guápiles de Limón a comenzar una vida nueva, luego de un despido que según cuenta su esposa fue malintencionado -ya que don Marvin no sabe leer- lo hicieron firmar una renuncia, y a partir de ahí, tuvieron que comenzar de cero.
Pese a las malas circunstancias, esta pareja no se dio por vencida y optaron por utilizar sus conocimientos, habilidades y fortalezas para emprender.
“La idea de emprender comenzó a finales de 2019, pero nació como tal cuando nos fuimos a vivir a Guápiles en el 2020, en medio de las pocas oportunidades laborales porque también estábamos en época de pandemia.
Entonces dijimos, no, ya Dios nos dio dones y talentos y yo le dije “amor, vámonos con las tortillas” yo hago tortillas y usted que Dios le dio el don y talento para vender usted sale a vender y él me dijo “vámonos valientes” y aún en pandemia Dios nunca nos desamparó y así fue como comenzamos con la venta de tortillas en la calle”, contó doña Andrea.
Según expuso la emprendedora, ellos comenzaron vendiendo tortillas caseras, después empezaron con las famosas tortillas aliñadas y hasta con chicharrón.
“Empezamos a hacer tortillas con queso, las famosas tortillas aliñadas, entonces yo ponía cinco tortillitas aliñadas con queso en una bolsita y mi esposo iba y las vendía, y ya después hacíamos tortillas también por encargo con chicharrón, que a la gente también les gustó mucho”, contó la emprendedora.
Este emprendimiento surgió por la poca apertura laboral que tenía don Marvin y la responsabilidad como familia para poder pagar los servicios básicos de su hogar, la comida y los estudios de sus hijos (una hija que ahorita tiene 16 años y su hijo de 9).
Con sol o lluvia, don Marvin sale cada día a vender, siempre con la esperanza de completar sus ventas del día para llevar la platita a su hogar.
Según contó el emprendedor a CRHoy, él se caracteriza por ser una persona amable, muy creyente y agradecido, ya que cada día le pide a Dios que su día esté lleno de personas que le ayuden con su venta.
“Yo todos los días salgo, y agradezco a Dios por el día, y con buena actitud atiendo a mis clientes. Ellos me conocen y muchos nos han ayudado de muchas formas en todo este proceso de emprender”, agregó don Marvin.
Diagnóstico no esperado
3 años después de haber comenzado con el emprendimiento y de poder sobrevivir con la platita que les ingresaba día a día, llegó una noticia que nuevamente los hizo reinventarse y aferrarse aún más a la fe.
Además de tortillas, don Marvin agregó a su menú la repostería, y esto para lograr aumentar sus ventas e ingresos y así ayudar a su esposa, que fue diagnosticada con un melanoma maligno.
La repostería es otro testimonio. Fue una gran bendición porque en el 2023 a principio del 2023, en mayo, me diagnostican un melanoma, un tumor maligno en el dedo de la mano izquierda, “el gordito”, como decimos nosotros. Me diagnosticaron el melanoma maligno y los doctores empezaron a correr porque el peligro era que se me expandiera, ya que tenía 14 años de estar con ese melanoma.
A mí nunca me habían puesto interés en el hospital, pero yo le agradezco tanto a los doctores que me vieron y si se tomaron en serio mi estado de salud. A partir de ese diagnóstico un amigo de nosotros que es panadero nos ayudó con la repostería para poder ir a trabajar a la calle porque teníamos que pagar la casa y todo, y no nos alcanzaba el dinero por mis citas y chequeos”, explicó Andrea.
Un diagnóstico no los hizo darse por vencidos, su fe y fortaleza en medio de todo el proceso los hizo levantarse cada día más y según contó Andrea, para ellos Dios ha sido quien no les ha soltado la mano, porque “se ha manifestado de muchas maneras con nosotros”.
Actualmente, doña Andrea se encuentra recuperándose luego de la operación donde trataron de quitar todo el tumor, parte de ello, fue la amputación de su dedo.
Nosotros vamos viendo la luz y vamos saliendo de lo que nosotros sentíamos que era como un desierto. Entonces yo le digo a la gente que confíen en Dios, ese es el mejor consejo que yo les puedo dar, confíen en el señor y emprendan, no tengan miedo, las personas no dependemos de una empresa.
Dios siempre nos ha sorprendido a nosotros, el proceso suena fácil, decirlo suena muy sencillo, pero hay una parte en la palabra de Dios que dice que uno a veces es oidor y no hacedor y eso vieras que a mí me llegó mucho porque el hacedor de la palabra es el que activa lo que escucha en la palabra, y el tener fe se dice muy fácil, pero pasar por el proceso y activar esa palabra es lo complicado, aseguró Andrea entre voz entrecortada pero con una enorme felicidad y agradecimiento por su familia y el trabajo de cada día.
Don Marvin se ubica con su carrito de tortillas aliñadas y con las cajitas de repostería en el parqueo de local El Rey en Guápiles, ahí es donde se dio a conocer y donde las personas que le compran saben que lo pueden encontrar.
“Yo he estado tan agradecido con todas las personas, vienen desde San José, me han visitado de Limón, de San Carlos, ha llegado gente hasta de Pérez Zeledón, de Heredia, de Alajuela, de todas partes del país.
Yo llego al rinconcito del Rey, donde están las carretillitos de transportar las mercaderías de ellos, y cuando yo llego ahí siempre vuelvo la mirada hacia el cielo y digo “señor, hoy es un día más que tú me das, ayúdame a vender la repostería, ayúdame y manda ángeles y clientes sobreabundantes, que vengan del norte, del sur, del este y del oeste y que nuestros productos sean de gran bendición para cada persona que lo compre, y ya termino de orar y quedo atento a recibir la bendición del primer cliente y aunque no me compren, siempre estoy con una gran motivación”, detalló el emprendedor.
Este emprendimiento “Tortillitas la confianza” va encaminándose a grandes proyectos, actualmente no cuentan con redes sociales, sin embargo, quien desee comprar los productos de don Marvin y doña Andrea puede encargarlos al número 8486-8160.
“Muchas personas definen estabilidad laboral con una empresa, cuando la verdadera estabilidad está en Dios y en confiar en que lo que él nos puso puede crecer, por eso nuestras tortillitas se llaman la "confianza”, la confianza en Dios y en su providencia”, concluyó Andrea.
Si usted visita la zona de Guápiles o es de la localidad, podrá encontrar a don Marvin todos los días con su carrito y su carisma para atender a sus clientes.