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Cultura

“Rutas clandestinas”: la exposición de Ingrid Rudelman que humaniza la migración

Por Camila Castro | 28 de Sep. 2025 | 4:14 am

¿Alguna vez ha visitado el Banco Central y se ha encontrado con una obra de arte que, a primera vista, resulta difícil de comprender? No se preocupe, detrás de esa exposición existe un propósito y una historia que la artista costarricense Ingrid Rudelman quiere contar, siendo ella la creadora del gran arte que muchos han admirado.

En este recinto se expone la obra titulada "Rutas clandestinas: los sin nombres", una muestra que, en sus distintas piezas, puede parecer compleja, pero que en realidad refleja la dignidad humana de las personas migrantes. La exposición visibiliza la dolorosa realidad de cientos de migrantes que dejan sus hogares en busca de mejores oportunidades, exaltando su humanidad, valentía y resiliencia frente a esta difícil situación.

Este proyecto comenzó a gestarse hace aproximadamente cuatro años, con un enfoque social, humano y empático. ¿La razón? Su historia familiar. Al ser nieta de cuatro abuelos migrantes y haber crecido escuchando sus relatos de dolor y resiliencia, de supervivencia y dignidad, de pérdida y esperanza, surgió en ella la necesidad constante de estudiar y profundizar en este tema. Sin embargo, hubo un detonante: la gran ola migratoria de personas venezolanas que llegaron al país hace algún tiempo. Según relató, se sintió conmovida al observar cómo muchos sostenían un cartel pidiendo ayuda, en lugar de ver a un niño jugando fútbol o leyendo un libro.

Me causó un profundo dolor; me recordó que mis abuelos pasaron por situaciones similares en sus tránsitos migratorios y comprendí que no podía ser indiferente a ese sufrimiento humano, ni permitir que nuestros hijos o nietos tengan que atravesar lo mismo, destacó la artista.

Rudelman explicó que esa experiencia la llevó a reflexionar y a concluir que su mejor herramienta era el mazo y el cincel. Por medio del arte, buscó transmitir la importancia de la humanización de las personas migrantes en situaciones vulnerables, un tema que considera indispensable visibilizar.

Este conjunto de 21 obras está profundamente integrado a su identidad. "Son mis raíces las que me sensibilizan, las que me concientizan y me impulsan a actuar. Me cuestiono qué puedo hacer para ayudar, cuál es ese granito de arena que puedo aportar. No solo me conmueven las historias de mis abuelos, sino también las de cientos de miles de personas que han tenido que huir para salvar su vida o migrar en busca de mejores oportunidades", comentó la escultora.

Rudelman espera que, al observar su obra, las personas puedan apreciar la técnica, la estética, el balance, la geometría y la nitidez que cada pieza expresa por sí sola. Pero, al mismo tiempo, que el espectador se sumerja en una reflexión más profunda sobre el trasfondo de la temática: la historia, la morfología y las geografías por las que atraviesan, con dolor y riesgo, quienes migran o huyen.

Al momento de crear, la artista inicia definiendo los materiales que empleará, tomando en cuenta la ubicación —si será en exteriores o interiores— y, sobre todo, lo que desea representar. A partir de ahí surgen las analogías y simbolismos que la acercan a definir el material idóneo para cada obra.

Esta escultora costarricense es una apasionada de su oficio y afirma que sus obras tridimensionales son su mejor medio de comunicación, pues cada pieza encierra pensamientos y anhelos. "Me motiva tanto el diseño y la creación como la interpretación que las personas hacen de las obras. Analizo, estudio y diseño cada detalle de lo que deseo transmitir. Busco analogías, paralelismos y dualidades, tanto para alcanzar una forma impecable como un significado que la respalde", destacó la artista.

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