Con un Presidente en silencio, acuerdo entre Uccaep y Rescate Nacional golpea el sistema democrático
Aunque no haya intención de patronos de traerse abajo a Carlos Alvarado, sí legitimaron a quienes tienen esa intención, lamentaron figuras
(CRHoy.com).- El impensable diálogo entre la Uccaep y el Movimiento Rescate Nacional (MRN), respaldado por los sindicatos, pone en riesgo la estabilidad del sistema democrático costarricense y del propio gobierno del presidente, Carlos Alvarado.
A esa conclusión llegaron analistas políticos consultados después de que trascendiera, la noche del jueves, que los empresarios decidieron buscar a Célimo Guido, dirigente del MRN, para llegar a un acuerdo que permita liberar del todo las calles de los bloqueos que le han provocado pérdidas millonarias al sector productivo.
José Carlos Chinchilla, sociólogo y politólogo, afirmó que el país vive hoy sobre una "falla tectónica social" que podría provocar un terremoto de fuerte magnitud en cualquier momento.
Si bien cree que la unión Uccaep-MRN no tiene la potencia para arriesgar la continuidad del Gobierno de la República, el analista sí cree que el pacto debilita la hasta ahora fuerte institucionalidad democrática que le ha dado al país las respuestas que no han podido ofrecerle ni el Poder Ejecutivo ni los partidos políticos ayunos de planteamientos certeros para solucionar grandes problemas como el apagón de la economía y el aumento del déficit fiscal.
Para él está claro que Uccaep arriesga mucho al entrar en una negociación con Rescate Nacional en momentos en que ese movimiento se está debilitando y sufre la condena por sus excesos en el ejercicio de la protesta.
Aunque a ambos grupos dispares los une la oposición a la propuesta del Gobierno de aumentar más los impuestos para lograr un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Chinchilla no cree que el acuerdo entre ambos actores sobreviva por muchos días.
"Es algo muy coyuntural y que va a durar lo que dura un suspiro. Porque cuando entren a discutir los puntos esenciales, entrarán en conflicto en cualquier otro punto que no sea el de los impuestos. Entonces, yo creo que es un paso muy peligroso", estimó.
Chinchilla opinó que el pacto acrecienta aún más la debilidad que ha demostrado el gobierno de Carlos Alvarado desde sus inicios.
Agregó que, además, el acuerdo afecta al conjunto de la sociedad y, de paso, debilita el músculo de la Uccaep, porque dentro del sector empresarial hay actores de peso a los que no les parece correcto el pacto con el MRN.
"Definitivamente, el movimiento no tiene la fuerza para darle un golpe al Gobierno para desestabilizarlo. Fundamentalmente, porque ambos grupos se descalificaron: la Uccaep frente a un sector importante de la sociedad, frente a sus mismos miembros probablemente, y Rescate Nacional ya venía muy debilitado.
"Por otro lado, este país está muy claro de que si algo no es aceptable, es desbalancear a un gobierno (…). Los partidos políticos deben ser los más interesados en mantener la institucionalidad en funcionamiento, que es muy fuerte, muy consolidada y la mayoría de la gente esta consciente de que es la institucionalidad la que nos ha sacado adelante en esta megacrisis que tenemos y que el futuro nuestro no puede estar basado en botar un gobierno", afirmó.
Aunque aclaró que no ve a la dirigencia de la Uccaep planeando una desestabilización del Gobierno, Chinchilla sí cree que cometió el error de avalar a un grupo cuyas intenciones sí se identifican con afanes golpistas.
Gobierno debe reaccionar y apuntalar sus bases
Por su parte, Mario Redondo, expresidente de la Asamblea Legislativa y actual alcalde de Cartago, dijo que es difícil compartir que el sector patronal establezca negociaciones con un grupo sobre el que pesan acusaciones ante el Ministerio Público por presuntos delitos.
"Me preocupa que se les pueda legitimar de esa manera y con ese tipo de decisiones. No me parece lo más conveniente, con todo lo que uno pueda entender la desesperación del sector empresarial por la falta de liderazgo del Gobierno y de acciones en ese campo", afirmó.
Redondo, sin embargo, descartó que la continuidad del Poder Ejecutivo corra peligro. Empero, advirtió que, cada día que pasa sin que las autoridades muestren pericia para resolver la problemática actual, el Gobierno ve devaluarse su credibilidad y pierde confianza de los actores políticos y sociales.
"Están dejando de hacer lo que le corresponde hacer. La decisión de crear la mesa de diálogo sin hablar previamente con los actores, para haber evitado lo que sucedió (la imposibilidad de conformar la mesa), devalúa aún más su credibilidad y su confianza, lo cual definitivamente es preocupante", comentó.
El político espera que la Asamblea Legislativa reaccione y que conforme una comisión mixta que reúna a diputados y a 8 miembros externos para explorar un acuerdo que genere un proyecto de ley que contenga posibles soluciones a la apremiante situación fiscal y de endeudamiento del país.
"Hay que dejarse de romanticismos"
Daniel Calvo, politólogo y analista, se inclinó por justificar la decisión de Uccaep de negociar con el MRN.
Para él, aunque nadie en el movimiento empresarial hubiera querido legitimar a Célimo Guido y sus seguidores, es entendible que la Uccaep vele por los intereses de sus agremiados ante la inacción de las autoridades, sobre las cuales pesa una condena de la Sala Constitucional por no haber removido oportunamente los bloqueos a los que ha acudido el MRN para presionar al Gobierno.
El movimiento se opone a la decisión del Gobierno de insistir en seguir adelante con una negociación con el FMI para obtener un crédito por $1.750 millones a cambio de un riguroso paquete de ajustes internos, que incluye más impuestos y control del gasto público.
"Uccaep, más allá de tomar esto en conciencia, tiene que velar por sus intereses y, me parece a mí, que no podía seguir permitiéndose o dándose el lujo de que, por no sentarse a hablar con ellos, siguiera teniendo pérdidas millonarias prácticamente a diario", afirmó.
Calvo calificó como "realista y pragmático" el ejercicio que hizo Uccaep, aunque a muchas personas les desagrade el paso que dieron los empresarios.
"Creo que, más bien, se le puede generar un bien al país si con eso se logra deponer parte de los bloqueos y logramos que se regrese a la relativa normalidad en cuanto al tránsito de mercancías y del turismo", concluyó.