Sospechoso de atacar con ácido de batería a su expareja podría enfrentar hasta 35 años de prisión
Los hechos ocurrieron la noche del 14 de abril de 2025, en Aguacaliente de Cartago
Luis Calero Peña es el principal sospechoso de atacar con ácido de batería a Joselyn Vallejos, su expareja. De acuerdo con la fiscal Patricia Zeledón, él podría enfrentar una condena de entre 20 y 35 años de prisión por el delito de femicidio en grado de tentativa.
Además, podría ser procesado por el delito de maltrato, que según la Ley de Penalización de la Violencia contra las Mujeres, N.º 8589, contempla penas de 6 meses a 2 años de prisión.
Los hechos ocurrieron la noche del 14 de abril de 2025, cuando Vallejos, de 31 años, fue atacada dentro de su casa en Aguacaliente de Cartago. Las quemaduras la mantuvieron hospitalizada durante poco más de dos meses, en una etapa que describió como "un infierno".
Patricia Zeledón, coordinadora de la Fiscalía Adjunta de Género, detalló que este ataque dejará una marca imborrable en su piel y en su memoria.
Cuatro meses después de la tentativa de femicidio, la fiscal reveló que, al momento del ataque, el sospechoso le dijo a la víctima: "Si usted no es mía, no es de nadie".
Según Zeledón, el ataque ocurrió porque el hombre intentó retener a la mujer, a pesar de que ella le había dejado claro que no quería continuar la relación, ya que buscaba rehacer su vida sin él.
Yo con él no discutí, sino que él solo llegó, me golpeó y me tiró el ácido. Ya no vivía conmigo, teníamos como cuatro años de estar separados. Lo que pasa es que él nunca aceptó que yo ya no lo quisiera más. Siempre me seguía buscando, pese a que yo ya no quería nada con él. Fueron muchos los abusos. Yo no vi cuando él entró; solo sentí un golpe en la cara. Gracias a Dios metí las manos y no me cayó el ácido en los ojos, sino en las manos, la nariz, la boca, parte del tórax, la quijada y las piernas. Me dijo que, si no iba a estar con él, no iba a estar con nadie más.
La fiscal abordó el caso en el programa Voces MP, donde explicó que los ataques con líquidos corrosivos tienen un impacto físico, emocional y legal.
El sospechoso
El 6 de agosto, CR Hoy publicó que Luis Calero Peña ya había estado en prisión por agresiones previas contra la misma Joselyn.
En entrevista con este medio, la víctima relató que vivió un historial de violencia física y psicológica hasta que logró separarse de él hace aproximadamente cuatro años.
Cuando terminamos, hace cuatro años, fue por lo mismo: por las agresiones. Él me pegaba. Ya había estado preso por eso, hace como tres años. Estuvo año y resto, contó Joselyn.
Aunque existían medidas de protección vigentes, como la prohibición de acercarse a menos de 500 metros, la mujer afirmó que Calero Peña violó esas restricciones varias veces antes del ataque más reciente.
Tras la agresión, el sospechoso se mantuvo prófugo durante casi cuatro meses, hasta que fue detenido el martes 5 de agosto en San Isidro de San Ramón. Durante ese tiempo, Joselyn denunció que él intentó comunicarse insistentemente, pese a las medidas cautelares.
Él me estuvo llamando y escribiendo. Me decía que le contestara las llamadas, que necesitaba hablar conmigo, aunque fuera un ratito. Yo nunca le contesté; solo se lo informé al OIJ, relató.
Ese mismo 6 de agosto, a Calero Peña se le impuso un año de prisión preventiva.
Una modalidad poco común
Zeledón indicó que los ataques con ácido no son frecuentes en Costa Rica, con registros de muy pocos casos, siendo el de Joselyn Vallejos el más reciente.
Este tipo de sustancias provoca quemaduras en todas las capas de la piel, lo que deja, en la mayoría de los casos, lesiones permanentes.
Es una lesión para toda la vida, una marca física y emocional, señaló la fiscal.
Reiteró que un ataque con líquidos corrosivos deja un "recordatorio" constante de la agresión, pues las cicatrices suelen ser más graves que en otros tipos de lesiones.
Joselyn sufrió quemaduras de tercer grado en varias partes del cuerpo, permaneció hospitalizada más de dos meses y actualmente continúa en recuperación.
La víctima pide que se haga justicia y que su caso no quede impune, sobre todo por el peligro que representó Calero Peña incluso después de cumplir una condena previa.
Joselyn no solo es madre de tres hijos, sino también la cuidadora de sus tres sobrinos, a quienes cría desde hace ocho años tras la muerte de su hermana en un accidente en Nicaragua.
Son todos mis hijos; yo siempre digo que tengo seis hijos, comentó.