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Reportaje Especial

Sufrió agresión, un doloroso divorcio y una dura enfermedad pero nada la detuvo

Pasó de tener casas de alquiler a limpiarle a sus inquilinos

Por Yaslin Cabezas | 23 de May. 2020 | 12:02 am

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(CRHoy.com) Durante muchos años, Marjorie Ramírez fue una mujer agredida. Ella era ama de casa y siempre le hicieron creer que solo servía para los quehaceres del hogar. Sin embargo, logró salir de ese círculo de violencia y hoy es dueña de 3 tiendas, sacó adelante a sus 3 hijos y da trabajo a muchas personas.

Marjorie y su exesposo tenían varias casas de alquiler, pero en el proceso de divorcio, ella se dio cuenta que con una "mala jugada", la había dejado sin nada y que, debía conformarse con una pequeña pensión que no le alcanzaba para vivir.

"Él traspasó los bienes y me quedé sin nada, entonces ofrecí los servicios domésticos y le dije a los inquilinos que necesitaba trabajo y que yo me ofrecía a limpiarles la casa, además de que no quería dejar a mis hijos solos porque estaban pequeñitos", recordó.

Después de 6 meses en una situación económica bastante difícil, conoció a un ángel llamado Lilliam Granados, quien era la productora del extinto programa Mujeres del 2000.

"Yo dije: ‘seguro escuchó que yo limpiaba casas', pero no fue nada más para eso. Me preguntó que si sabía coser y yo le dije que sí. Recuerdo que me dijo ‘tengo esta revista. Vamos a trabajar con esta revista para hacer esas muñecas que vienen ahí'. Me dio material, me dio dinero para que fuera a comprar otras cosas y me dijo que en 2 semanas debía tener 3 de las muñecas de la revista. Después de ser una mujer agredida, yo tenía en mi cabeza que solo servía para hacer oficio, pero de pronto apareció ella y me dijo que yo iba a ir a la televisión en 2 semanas. Yo dije: ‘¡Está loca esta señora!'", dijo entre risas.

Las clases de muñecas

Con todo el amor del mundo, "Mayi" -como le dicen de cariño- empezó a hacer las muñecas de trapo, aunque la revista estaba en japonés. Fue viendo cada detalle y poco a poco les dio forma.

"Ella me dijo que la gente me iba a llamar y que yo iba a ir a dar clases a todo el país. ¡Yo apenas estaba aprendiendo! El primer día hicimos la primera muñeca que se llamó Milagro y el teléfono no paraba de sonar. La gente se enamoró del proyecto y empecé a viajar a todas las comunidades. Fue muy difícil porque no tenía casa, ni carro y tenía que andar en bus, correr con los materiales, los chiquitos y todo. Me iba de madrugada y regresaba a medianoche a la casa", detalló.

Esta vecina de Heredia tiene muy grabado en su mente el consejo que le dio doña Lilliam cuando apenas estaba comenzando: que se pusiera una meta y ahorrara todo lo que pudiera para alcanzarla. Ese ahorro debía ser secreto e intocable. 

Así lo hizo. Nueve años después de recorrer el país con las clases de muñecas, Marjorie logró abrir su primera pasamanería en Heredia.

"Mis hijos me dijeron: ‘mami… ¿Usted cómo va a pagar todo esto?' Yo les contesté que estuvieran tranquilos porque todo eso estaba pagado. Yo todo lo compré de contado y me ahorré mucho. Me acostaba a las 3:00 a.m. y me levantaba a las 5:00 a.m. otra vez. No puedo decir que fue fácil, porque requirió de mucho esfuerzo. Empecé a asistir a ferias internacionales y a comprar productos afuera. Ya hace 12 años que abrimos la primera tienda y ahora hay 2 más", afirmó.

Un duro diagnóstico

Cuando creía que todo en su vida iba mejorando, fue diagnosticada con fibrosis y esclerosis sistémica, una enfermedad autoinmune que ocasiona daños en la piel, el corazón, los pulmones y los riñones. Los médicos le dijeron que su vida no iba a durar mucho y que, debía prepararse.

"El mismo año que puse la tienda me diagnosticaron. Yo dije: ‘¿Justo en este momento se me va a acabar la vida?'. Estuve en tratamiento por varios años, pero el doctor me dijo que lo mío era cuestión de actitud. A veces la gente se pasa quejando, que todos les sale mal y el mundo está lleno de esa gente negativa. ¡Uno tiene que tener una mente positiva siempre!", expresó.

Esta mujer de 56 años decidió disfrutar al máximo su vida, no dejarse vencer por la enfermedad y aprovechar cada minuto que le regala Dios. Por ello, cada vez que puede toma un avión y se va a pasear a algún país. Ha recorrido varias zonas de Estados Unidos, México, Argentina, Perú y tiene un viaje pendiente a Japón con sus hijos, que debieron cancelar por el coronavirus.

"Me tienen prohibidas muchas cosas porque mi cuerpo reacciona mal, pero una vez me escapé para Perú y cuando les dije a mis hijos estaba en Machu Picchu. Cuando fui donde el doctor a una cita tuve que decirle que había subido el Huayna Picchu que es mucho más alto. Él me dijo: ¡Siga así Marjorie! Si uno se cree que se va a morir mañana, se muere. ¡Yo no! Yo creo que tengo muchas cosas por hacer todavía y que no me voy a morir aún", aseguró entre risas.

Con la crisis del COVID-19, creyó que sus ventas iban a bajar, debido a que sus productos no son parte de las necesidades básicas. Por eso, se reinventó y empezó a grabar tutoriales en Facebook y a vender kits de muñecas y prensas para que las personas puedan realizar las manualidades en sus casas. 

Además, debió contratar a más personas y entre los empleados de planilla y los nuevos, hay 10 personas que le ayudan con sus proyectos. Entre ellos costureras y mensajeros.

Ahora, Marjorie tiene su propia casa, carro y tuvo la dicha de ver a sus tres hijos convertidos en profesionales y con puestos importantes en grandes empresas. 

Uno no tiene que pensar que siempre va a entrar por la puerta grande. Casi siempre se empieza por abajo y con esfuerzo uno va logrando lo que se propone. Si una persona piensa que va a trabajar solo por un horario, se va a frenar, porque así no es la vida y mucho menos en tiempos de necesidad. La necesidad es la madre de la invención. ¡Lo que sabemos hacer, hagámoslo bien!

Si usted desea contactar a doña Mayi, puede hacerlo a través de la página en Facebook de la pasamanería, haciendo clic aquí. 

 

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