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Suicidio juvenil: los intentos en menores se disparan en los últimos años

Los registros del Ministerio de Salud muestran un aumento dramático de intentos de suicidio entre niños y adolescentes en los últimos años, lo que hace urgente la intervención de padres, cuidadores y personal educativo para prevenir situaciones extremas.

Por Andrey Villegas | 10 de Sep. 2025 | 4:10 am

Bullying. Fines ilustrativos

Entender el lenguaje de niñas, niños y adolescentes puede salvar vidas. Bajo esta premisa, el Colegio de Profesionales en Psicología de Costa Rica (CPPCR) lanzó la campaña "Más love, menos bombing", que busca que padres, madres, cuidadores y personal educativo reconozcan señales de riesgo y prevengan situaciones extremas, incluyendo el suicidio.

Los registros del Ministerio de Salud muestran un aumento dramático de intentos de suicidio en menores de edad:

Entre 2021 y 2024, los intentos de suicidio en personas de 10 a 14 años aumentaron un 178,5 %, pasando de 270 a 752 casos. En menores de 15 a 19 años, los casos subieron un 70 %, de 563 a 959 registros.

La depresión en jóvenes de 10 a 14 años creció un 84 %, con 756 casos en 2024 frente a 411 en 2021. En el grupo de 15 a 19 años, se reportaron 894 casos en 2024, frente a 582 en 2021.

Estos números reflejan que el bullying y el ciberbullying afectan directamente la salud mental y pueden conducir al suicidio, haciendo urgente la intervención de adultos responsables.

"Lo que buscamos es que los adultos tengamos una actitud responsable. Esto marca la diferencia entre salvar la vida de un niño, niña o adolescente. La campaña busca concientizar sobre el compromiso de prevenir, acompañar, denunciar y corregir. Es un llamado a toda la comunidad educativa a aprender a través del lenguaje de los estudiantes y detectar anomalías", agregó Naranjo.

La iniciativa propone que los adultos conozcan al menos 20 palabras y 15 acciones clave para actuar frente a dinámicas de violencia en entornos escolares y digitales.

El lenguaje de los jóvenes es clave para detectar riesgos de suicidio y depresión. Términos como body shaming, ghosting, stalking, hater, love bombing y doxeo reflejan situaciones de violencia que pueden afectar gravemente la salud mental de los estudiantes.

"Muchas veces, estas palabras son señales tempranas de afectaciones graves, incluida la depresión y pensamientos suicidas", señaló Gabriela Garro, vocera de la campaña.

Campaña "Más amor, menos bombing" del Colegio de Profesionales en Psicológía

Desde 2013, la Organización Mundial de la Salud advirtió que la violencia escolar podría causar hasta 850 mil muertes de jóvenes para 2025. Hoy, especialistas confirman que estas cifras se han superado, con afectaciones aún mayores.

La campaña realiza una revisión anual y, según los expertos, entre el cierre de una investigación y el inicio de la siguiente, se identifican nuevas situaciones asociadas al ambiente educativo y a las formas más graves de violencia: bullying y ciberbullying.

"Estamos viendo cómo, lamentablemente, en la evolución de la vida social y de los vínculos en los ámbitos educativos también evolucionan las manifestaciones de violencia. De ahí discriminamos cuáles están estrictamente asociadas con el bullying y el ciberbullying, y a qué debemos prestar atención en la siguiente campaña", mencionó Ingrid Naranjo.

Señales de alerta: cuando actuar puede salvar vidas

Comprender el lenguaje estudiantil permite identificar señales de riesgo de suicidio. Expresiones como cringe, flexeo o doxeo, escuchadas en patios, buses o redes sociales, pueden indicar situaciones graves.

"Si escuchamos estas palabras y no actuamos, podemos estar ignorando señales de un riesgo crítico. Los adultos debemos ser curiosos y atentos: cada alerta puede salvar vidas", advirtió Ingrid Naranjo.

La violencia ya no se limita al aula: la interacción digital simultánea amplifica y viraliza los daños, afectando a los jóvenes incluso fuera de la escuela.

La campaña "Más love, menos bombing" insiste en que la prevención depende de adultos cercanos: padres, madres, cuidadores, educadores y autoridades. Observar, escuchar, preguntar y activar protocolos es vital para proteger a la población estudiantil y evitar consecuencias irreversibles.

"Debemos aprender a detectar anomalías y comprender el lenguaje de los estudiantes. Cada acción responsable puede salvar la vida de un niño, niña o adolescente", concluyó Naranjo.

La psicóloga también hizo un llamado a los padres para que estén atentos al lenguaje adolescente, que puede surgir en interacciones cotidianas: en el patio, durante el recreo, en el aula, en el gimnasio o en el trayecto hacia la escuela o el hogar.

"Debemos ser más curiosos. Si en el bus o en la parada escuchamos a los chiquillos decir: 'Uy, qué cringe', 'me están flexeando' o 'me están doxeando', no debe parecernos ajeno. No pensemos que 'ahora hablan cosas raras'. Nos están dando señales de algo que está sucediendo, y esa atención puede salvar vidas", concluyó la psicóloga.

Para prevenir estas situaciones, el CPPCR capacitará al personal de apoyo educativo y ofrecerá recursos gratuitos como guías, volantes, vídeos y conferencias en bullyingcr.com, además de la línea de orientación 800-AQESTOY (800-2737869).

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