TapirVet: un proyecto que une ciencia y comunidad para proteger a las dantas
El proyecto promueve la coexistencia tapir-humano.
Un equipo liderado por el veterinario de vida silvestre, Jorge Rojas Jiménez, está al frente de una iniciativa para proteger a uno de los mamíferos más emblemáticos de Costa Rica: la danta, también conocida como tapir. A través del proyecto TapirVet, Rojas y su equipo combinan ciencia ecológica, medicina veterinaria y participación comunitaria para fomentar la coexistencia entre humanos y tapires.
En alianza con el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) y organizaciones comunitarias de Bijagua de Upala, Rancho Quemado y el Macizo del Cerro de la Muerte, TapirVet impulsa acciones para monitorear la salud de las dantas —una especie en peligro de extinción— y promover su conservación.
Fuera de las áreas protegidas, estos animales enfrentan múltiples amenazas, como atropellos y enfermedades transmitidas por ganado doméstico. Un ejemplo reciente es el brote de gusano barrenador, que ya ha afectado a cinco dantas: tres en la zona de Tenorio-Miravalles y dos en la Península de Osa.
El equipo trabaja en la conservación a largo plazo de la danta centroamericana mediante un programa integral de vigilancia sanitaria.
Vocación desde niño
Desde pequeño, Rojas sintió un profundo amor por los animales y soñaba con ser veterinario. Aunque no ingresó de inmediato a la carrera, su interés por la fauna silvestre surgió durante giras de campo con la organización Pantera, donde colaboró en el monitoreo de especies. Ya como estudiante de Medicina Veterinaria, el caso de dos dantas atropelladas que llegaron a la morgue veterinaria encendió su curiosidad por las amenazas que enfrentan estos animales.
Su tesis de grado se centró en la presencia de bacterias resistentes a los antibióticos en dantas de vida libre. Posteriormente, realizó un doctorado y su trabajo estuvo enfocado en el estudio ecológico de esta especie en Tenorio-Miravalles, donde está la comunidad de Bijagua de Upala.
Para Rojas, comprender cómo las dantas se desplazan e interactúan con el paisaje es clave para su conservación, especialmente en zonas donde coexisten con actividades humanas.
"Tratamos de abordar esas interacciones finquero-danta porque muchas veces la danta le deja pérdidas económicas al finquero, y trabajando con ellos en casi 10 fincas de la zona entendimos la percepción: estaban teniendo pérdidas de millones de colones. Esa fue la tarea en cuanto a la prioridad de conservación", explicó.
Monitoreo de dantas
El monitoreo de dantas se realiza mediante radiocollares con GPS que emiten una señal cada dos horas y permiten rastrear en tiempo real los movimientos de estos animales. Esta tecnología facilita el seguimiento dentro y fuera de áreas protegidas, así como el análisis del uso del hábitat y el comportamiento de las dantas en paisajes dominados por actividades humanas. Además, el monitoreo se realiza con el acompañamiento de las comunidades.
"Estos dispositivos nos permiten estudiar su comportamiento, interacciones, movimientos e incluso detectar preñeces en hembras. También hemos añadido cinta reflectiva a los collares para reducir el riesgo de atropellos", explicó Rojas.
En la zona de Tenorio-Miravalles, el equipo de TapirVet ha colocado radiocollares a seis dantas —tres hembras y tres machos—, y ha logrado capturar y monitorear un total de 12 individuos. En la Península de Osa, en Rancho Quemado, monitorean a una danta adicional.
Acción comunitaria
Para Rojas, el mayor logro de TapirVet ha sido el involucramiento de las comunidades y la confianza construida en el territorio.
"Lo más gratificante es cuando las comunidades se sienten empoderadas con un proyecto, porque son ellas quienes conviven con la vida silvestre y se esfuerzan por generar interacciones positivas y resolver conflictos. Uno llega como un facilitador, no con una posición impositiva, sino como alguien que viene a conocer a la comunidad y colaborar", afirmó.
En Bijagua de Upala, donde Rojas reside desde hace cinco años, y en otras localidades como Rancho Quemado, la cercanía con la población ha permitido integrar acciones como el monitoreo de dantas y la atención de emergencias. La colaboración con actores clave, como el SINAC y líderes comunales, ha sido esencial para mantener una vigilancia activa.
"Incluso cuando un finquero nos llama para reportar una danta herida por gusano barrenador, ya eso es una forma de colaboración", destacó.
Durante el Festival del Tapir en Bijagua, se realiza una actividad de monitoreo participativo como parte de los esfuerzos de ciencia ciudadana para proteger a la especie en el Corredor Biológico Tenorio-Miravalles.
Además, el equipo impulsa procesos educativos con el programa Dantarte, que combina arte y conservación para enseñar a niños y niñas sobre la historia natural y el monitoreo del tapir en escuelas locales.
Una iniciativa en crecimiento
TapirVet es un proyecto joven que actualmente se financia en su mayoría gracias al apoyo de la Universidad de Georgia, en Estados Unidos. Su sostenibilidad a largo plazo depende de fondos internacionales y donaciones.
Uno de los principales desafíos operativos es la movilización en el territorio, ya que la mayoría del equipo se encuentra en Bijagua, pero debe desplazarse con rapidez para atender emergencias con dantas en distintas regiones del país.
Además del trabajo local, TapirVet también participa en esfuerzos de conservación a nivel regional como parte de la Alianza Centroamericana para la Conservación de la Danta, colaborando con organizaciones de Honduras, Belice, Nicaragua, Guatemala, México y Panamá.