Tony Peña y ‘Curry’ vs. Diablo y ‘Tan’: las peligrosas alianzas y rivalidades criminales de Limón
Organización de Curry y Tony Peña habría ordenado al menos 15 homicidios desde prisión, mientras el OIJ sigue tras Tan y a Diablo, el narco más buscado del país
Alejandro Arias Monge, alias Diablo; Jonathan Pérez Méndez, alias Tan o Perro; Tony Alexander Peña Russell, alias La T; y George Michael Paniagua Rivera, alias Curry, son cuatro de los "12 grandes cabecillas criminales" de Limón en los últimos años, según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Estos sujetos forman parte de una historia marcada por alianzas crimnales y sangrientas rivalidades que han teñido de violencia el Caribe costarricense, en medio de disputas por el control de rutas de trasiego y puntos de venta de droga.
La mañana de este miércoles, el OIJ ejecutó un total de 45 allanamientos, incluidas intervenciones en celdas de máxima seguridad, con el fin de desarticular una de las dos estructuras enfrentadas.
Los agentes judiciales requisaron la celda de mayor seguridad donde permanece Peña Russell, así como el módulo donde se encuentra recluido Curry. La policía judicial también detuvo a más de 20 personas presuntamente vinculadas a la organización de este último.
Ambos sospechosos se habrían aliado para enfrentar al otro grupo criminal liderado en Matina por Tan, un cabecilla oriundo de la zona, actualmente prófugo tras huir de Batán. Tan mantiene, además, fuertes vínculos con Diablo, considerado el criminal más buscado en Costa Rica.
Se trata de un esquema de "padrinazgo" o respaldo operativo: Diablo provee armas y drogas a Tan, mientras que Peña Russell hace lo propio con Curry.
El director del OIJ, Randall Zúñiga, explicó este vínculo.
"Peña Russell tiene relación directa con este sujeto Curry. De acuerdo a la investigación, lo que generaban era suministros de armas y droga, para poder continuar en la actividad criminal.
Importante destacar que la banda rival de alias Tan, responde a alias Diablo, entonces era un conflicto entre ambas bandas en el cual uno respondía a Tony Peña y el otro respondía a alias Diablo", detalló el jefe policial.
Las pesquisas atribuyen a la alianza Peña–Curry al menos 15 homicidios y seis atentados adicionales, algunos de los cuales fueron cometidos incluso contra miembros de su propia organización. A continuación un recuento uno a uno de lo que se conoce sobre estos cuatro cabecillas.
Curry y La T
George Michael Paniagua Rivera, alias Curry, es uno de los nombres menos mediáticos, pero igualmente identificado por el OIJ como uno de los 12 principales cabecillas criminales del Caribe.
Actualmente cumple una condena de 23 años por homicidio y dirigía una banda de más de 50 hombres desde la cárcel Terrazas, en San Rafael de Alajuela.
El OIJ ha insistido en que Curry es uno de los últimos grandes líderes narcos capturados, y que su caída, junto a otras, ha dejado "prácticamente limpia" a la provincia de Limón de estructuras de alto perfil.
"En Limón como tal ya no quedan cabecillas criminales, todos los grandes como la H, Ojos Bellos, Tony Peña Rusell, Shock, ahora Celso Gamboa, Pecho de Rata, Curry, Macho Coca, todos están en prisión preventiva o están ya descontando penas.
Los únicos dos que nos faltan por agarrar son Tan y el Diablo, o sea, todos los que otro eran criminales de peso en menos de 3 meses ya no existen en Limón", dijo en entrevista con CR Hoy días atrás.
En el despliegue de este miércoles, se capturó a 21 de los 29 objetivos vinculados a Curry, y se suman a otros 18 detenidos previamente en otros operativos, para un total de 48 imputados.
La investigación se remonta a abril de 2023, tras un triple homicidio en Venecia de Matina. Ese día, varios gatilleros llegaron a un comercio y asesinaron a dos personas; una tercera víctima, un inocente, murió como daño colateral.
A esa estructura se le atribuyen también tres homicidios dobles más (seis víctimas), así como el asesinato de dos mujeres tatuadoras, cuyos compañeros sentimentales ya habían sido asesinados por la misma organización. También ejecutaron a dos gatilleros del grupo, como parte de ajustes internos.
Peña Russell, su aliado
Para Curry fue estratégicp aliarse con Tony Peña Russell, cabecilla originario en Atlántida de Limón, donde lideró una estructura vinculada a unos 50 asesinatos. Desde junio de 2024 está en prisión preventiva en La Reforma y su medida cautelar vence el próximo 10 de agosto.
Acaba de cumplir su primer año tras las rejas. Está imputado en al menos 12 causas penales por tentativa de homicidio, homicidio calificado, acopio de armas, asociación ilícita y legitimación de capitales. Sus principales cómplices también figuran en estas investigaciones.
Su captura, el 21 de junio de 2024, fue calificada como "la detención del año 2024" por el OIJ, debido al nivel de planificación e inteligencia requerido. Estaba en fuga desde hacía cuatro meses y fue localizado mientras veía un partido de la Eurocopa, lo que facilitó su detención.
A su distracción por el fútbol, se suma un amplio trabajo de labores de inteligencia, vigilancia y planificación estratégica que resultaron un exitoso allanamiento.
La preparación incluyó cambio de táctica clave para que los agentes pasaran inadvertidos: no ingresar hasta el barrio Atlántida en vehículos policiales con distintivos y todo un "convoy" como habitualmente lo hacen, sino que se trasladaron ocultos hasta afuera de la vivienda dentro de camiones y busetas, para evitar ser detectados por las "campanas".
El ‘jefe de sicarios' optó por mantenerse en la Urbanización Atlántida y no huir a ningún otro sector del país, tras el primer intento de detención a inicios del 2024.
Al momento de su detención se le incautaron armas AK-47, fusiles AR-15, pistolas, drogas, dinero, joyas y un vehículo. En prisión le han decomisado al menos cuatro teléfonos celulares, algunos con chips, cargadores y hasta espigas, pese a estar en régimen de máxima seguridad.
Alias Tan, rival de Curry
Jonathan Pérez Méndez, alias Tan o Perro, dirige una organización criminal desde Batán, dedicada al narcomenudeo y ligada a múltiples atentados contra policías, funcionarios judiciales y civiles. Permanece prófugo desde agosto de 2024, tras evadir un operativo del OIJ.
Se le atribuye, entre otros crímenes, un triple homicidio en el que murió Ian, un niño de 11 años que intentó proteger a su madre durante un ataque armado.
Las incansables investigaciones apuntan a que Pérez abandonó su zona segura y salió de Batán con el objetivo de escapar del asedio policial.
El OIJ ha vinculado a Tan con otros socios, como Eddy Martínez Angulo alias I-Lon, capturado en Tuetal de Alajuela, en un intento de "enfriarse" fuera del Caribe para evitar ser detenido.
La policía judicial tuvo que reaccionar con un fuerte despliegue para repeler la escalada en violencia que estaba consiguiendo esa estructura delictiva, al punto de atentar contra el Poder Judicial o de matar a un policía.
El grupo de Tan es también señalado como responsable del asesinato del oficial de la Fuerza Pública Minor Obregón Briceño, en diciembre de 2024, y de un ataque armado contra el edificio del OIJ y los tribunales de Batán dos días después.
Los conflictos que lo catapultaron surgieron tras disputas internas en una organización que inicialmente era liderada por un sujeto conocido como Cachi, quien huyó a Francia y dejó a Tan al mando. Al regresar, Cachi intentó recuperar el control, lo que provocó una sangrienta guerra interna.
En agosto de 2024, sicarios de Tan ejecutaron a Popeye, el lugarteniente de Cachi, junto con su pareja y el niño Ian, en un ataque que conmocionó al país.
La problemática banda de Pérez Méndez también está directamente relacionada con otro ataque ocurrido contra otra patrulla de la Fuerza Pública el domingo 6 de octubre del año pasado, que resultó en un uniformado herido en una de sus piernas.
Diablo, el gran proveedor
Tan es un sujeto que tiene fuertes vínculos con Alejandro Arias Monge, alias Diablo, el criminal de mayor perfil y más buscado en Costa Rica, quien domina diversas actividades delictivas en Pococí y otros cantones del norte del territorio nacional. Al parecer, este sujeto facilitaba drogas y armas al grupo de Pérez.
Se trata del delincuente más buscado del país, al punto que las autoridades judiciales lograron colaboración con la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) para que el gobierno de ese país ofreciera una recompensa.
Gracias a una coordinación entre la Fiscalía General de la República y el OIJ, el Departamento de Estado de EE. UU. acordó ofrecer una recompensa de medio millón de dólares a cambio de información que conduzca a la captura o enjuiciamiento del supuesto capo.
Desde el pasado 30 de abril se publicó el cartel de recompensa por $500.000 y desde entonces se han recibido decenas —incluso centenas— de reportes, sin que se haya concretado su captura.
Algunas particularidades han convertido a Arias Monge en un criminal sin precedentes en el país. El grado de violencia con el que actúa, su expansión territorial mediante alianzas delictivas y su forma de movilizarse lo han convertido en el objetivo más difícil de atrapar.
Aunque en Costa Rica se han golpeado organizaciones con mayor poderío económico que la banda de Diablo, estas suelen estar enfocadas en el trasiego internacional de estupefacientes y prefieren operar con menor violencia.
También han existido estructuras criminales muy agresivas y con armas de grueso calibre, pero concentradas en zonas específicas, a diferencia de Arias Monge, cuya operación es más amplia y descentralizada.
A esto se suma su notable capacidad para ocultarse, poco común en un cabecilla de su nivel. Su cercanía con Nicaragua le permite moverse en zonas rurales de difícil acceso, cruzar la frontera y regresar según la presión policial, lo que complica su captura frente a criminales que operan en áreas más urbanas.
Además, Arias Monge alterna entre mantener un perfil muy bajo y reaparecer con gran notoriedad. Comenzó sus actividades ilegales en Guápiles, generando una ola de violencia en el Caribe costarricense.
Formó una estructura en alianza con otros delincuentes, lo que le permitió extender su influencia a zonas como Sarapiquí, San Carlos, partes de Guanacaste y el Pacífico central.
Donde llega su banda, siembra el temor con armas de fuego, y se le atribuyen hasta 100 muertes. Todo esto llevó a que, por primera vez, el gobierno de Estados Unidos ofreciera una recompensa por la captura de un costarricense.
Para el OIJ, es fundamental dar con su paradero, pues actualmente busca controlar rutas de tráfico de drogas para consumo local, introduciendo marihuana y cocaína de Colombia al país.
No se descarta que Diablo intente convertirse en una estructura criminal con influencia regional y monopolizar el movimiento y la comercialización de estupefacientes. Su alias se ha convertido en una especie de franquicia entre vendedores de droga, quienes lo utilizan sin que él esté presente o sin mantener un vínculo directo.
La DEA le atribuye delitos de tráfico de drogas, homicidio y lavado de dinero en territorio costarricense, así como conspiración para fabricar, importar y distribuir sustancias controladas hacia Estados Unidos.
Arias ha permanecido prófugo durante años y acumula al menos cinco causas penales, pero no pisa una celda desde 2016. Aunque las autoridades han logrado detener a su presunto jefe de sicarios, a familiares y a otros colaboradores, capturar a Diablo ha resultado más complejo.
Fue declarado rebelde por los tribunales tras no presentarse a juicio por dos homicidios, y desde entonces ha permanecido en la clandestinidad, lo que —según se presume— le ha permitido consolidar un imperio de narcotráfico y lavado de dinero.
La Fiscalía Adjunta de Pococí es el despacho que más expedientes acumula en su contra. Las causas abiertas datan desde 2019 e incluyen delitos como venta de droga, robo agravado y amenazas contra funcionarios públicos.
Este último delito fue el que lo hizo más notorio públicamente, tras difundirse audios de WhatsApp en los que supuestamente ofrecía millonarias recompensas por asesinar a oficiales de la Fuerza Pública y del OIJ.