Trump presiona para detener el juicio contra Netanyahu: ¿De qué se le acusa?
La petición de Donald Trump de cancelar el juicio por corrupción contra el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, volvió a poner en el centro de la atención un proceso que se arrastra desde hace años y que sigue siendo un obstáculo para el líder político más influyente de Israel.
Trump no solo calificó el juicio de “caza de brujas”. También insinuó que la ayuda militar estadounidense, vital para Israel, podría verse condicionada si no se frena el proceso judicial. Días después, se suspendieron las audiencias de Netanyahu por razones de “seguridad nacional”.
Estos son los puntos clave para entender las implicaciones del caso.
¿Por qué Netanyahu está siendo juzgado?
El proceso judicial se basa en tres investigaciones abiertas entre 2016 y 2018, que derivaron en cargos formales en noviembre de 2019. La Fiscalía israelí acusa a Netanyahu de utilizar sus cargos públicos para recibir regalos de lujo, negociar favores con medios de comunicación y beneficiar a empresarios cercanos a cambio de cobertura periodística favorable.
En total, enfrenta cargos por soborno, fraude y abuso de confianza. De ser hallado culpable, podría ser condenado a hasta 13 años de prisión.
¿Cuáles son los tres casos y qué se le imputa en cada uno?
- Caso 1.000 – Regalos a cambio de favores: Se le acusa de haber recibido bienes de lujo valorados en más de 700.000 shekels (unos $186.000), incluyendo cigarros, champán y joyas, de parte de empresarios como Arnon Milchan y James Packer. A cambio, Netanyahu habría realizado gestiones a favor de sus benefactores, como solicitar extensiones fiscales o facilitar contactos diplomáticos en Estados Unidos.
- Caso 2.000 – Acuerdo con un medio para mejorar su imagen: Este caso gira en torno a conversaciones grabadas entre Netanyahu y el editor del diario Yedioth Ahronoth, Arnon Mozes. En ellas, Netanyahu parece negociar una cobertura más favorable a cambio de impulsar una ley que limitaría la distribución del diario rival, Israel Hayom. Aunque la ley no prosperó, la Fiscalía sostiene que el intento de influir en los medios ya constituye un abuso de poder.
- Caso 4.000 – Favores regulatorios a cambio de buena prensa: Se alega que Netanyahu, como ministro de Comunicaciones, favoreció con decisiones regulatorias a Bezeq, la mayor empresa de telecomunicaciones del país, controlada por su amigo Shaul Elovitch. A cambio, el portal de noticias Walla, también propiedad de Elovitch, habría ofrecido una cobertura positiva y coordinada para mejorar la imagen del primer ministro y su familia.
¿Por qué los tres casos se juzgan juntos?
Aunque cada uno tiene su propia línea de investigación, la Fiscalía los unificó en un solo proceso porque comparten al mismo acusado, ocurrieron en un periodo similar (entre 2007 y 2017) y reflejan, según la acusación, un patrón constante de conducta: Netanyahu habría usado el poder de su cargo para beneficio personal o político.
El juicio se desarrolla en el Tribunal de Distrito de Jerusalén, ante un panel de tres jueces. Es la primera vez que un jefe de gobierno israelí es juzgado por corrupción mientras sigue en el poder.
¿Cómo ha avanzado el juicio?
El proceso comenzó en mayo de 2020. La Fiscalía presentó sus pruebas hasta mediados de 2024. Desde entonces, se desarrolla la fase de defensa, en la que Netanyahu y su equipo tienen la oportunidad de responder a los cargos, cuestionar las pruebas y presentar testigos y argumentos a favor.
En diciembre de 2024, Netanyahu comenzó a testificar y, a partir de junio de 2025, debía arrancar la fase de contrainterrogatorio, una etapa clave en el juicio. En esta fase, los fiscales formulan preguntas directas y detalladas a Netanyahu para confrontar su testimonio, buscar contradicciones y fortalecer la acusación.
Durante todo el proceso han sido llamados más de 330 testigos, incluidos excolaboradores, periodistas, empresarios y funcionarios públicos
¿Qué pasó en junio?
El mes de junio marcaba el inicio del contrainterrogatorio, en el que la Fiscalía intentaría debilitar la defensa de Netanyahu mediante interrogatorios rigurosos y presentación de evidencias contradictorias.
Sin embargo, el juicio quedó temporalmente eclipsado por la guerra con Irán y la inesperada intervención de Donald Trump.
El 25 de junio, el presidente estadounidense publicó varios mensajes en su red social Truth Social, calificando el juicio como un “ataque político” contra Netanyahu. En sus palabras exactas:
“Es INSANIDAD hacer lo que los fiscales fuera de control le están haciendo a Bibi Netanyahu… Los Estados Unidos de América gastan miles de millones de dólares al año… protegiendo y apoyando a Israel. No vamos a tolerar esto”.
Trump pidió que se cancelara el proceso o que se concediera un indulto, y sugirió que la ayuda militar estadounidense podría verse comprometida si Netanyahu es condenado.
Cinco días después, el Tribunal anunció la suspensión temporal de las audiencias, citando motivos de seguridad nacional. La decisión se tomó tras recibir informes del Mossad y la inteligencia militar que recomendaron aplazar las sesiones ante el delicado contexto diplomático y la amenaza regional, ya que Israel mantiene una guerra abierta en Gaza.
¿Cómo reaccionó Israel ante la presión de Trump?
Las declaraciones de Trump generaron opiniones divididas en Israel. Netanyahu agradeció el respaldo públicamente y sostuvo que el juicio era “una persecución sin base legal”. Varios ministros de su coalición, como Itamar Ben-Gvir, apoyaron la postura del expresidente.
Por su parte, líderes de la oposición como Yair Lapid denunciaron una “intromisión extranjera inadmisible” en el sistema judicial israelí
¿Existen otras investigaciones abiertas contra Netanyahu?
Sí. En abril de 2025 estalló un nuevo escándalo conocido como “Catargate”. Dos asesores cercanos a Netanyahu fueron arrestados por presuntamente recibir pagos de funcionarios cataríes para influir en decisiones del gobierno israelí. Netanyahu fue interrogado como testigo, aunque no ha sido imputado formalmente.
Además, la Corte Penal Internacional emitió una orden de arresto contra Netanyahu por presuntos crímenes de guerra durante la guerra en Gaza, aunque Israel no reconoce la jurisdicción del Tribunal.
¿Qué penas podría enfrentar Netanyahu si es condenado?
Se expone a:
- Hasta 10 años de prisión por soborno.
- Hasta 3 años por fraude y abuso de confianza.
- Multas económicas y posible inhabilitación política.
Sin embargo, la ley israelí no obliga a un primer ministro a dimitir salvo que exista una condena firme. Por eso, incluso con una sentencia en primera instancia, Netanyahu podría seguir en el poder mientras se resuelven las apelaciones.
¿Qué sigue ahora en el proceso?
El Tribunal debe reprogramar las audiencias suspendidas. La defensa continuará con el contrainterrogatorio y la presentación de testigos. Si no hay nuevos aplazamientos, el juicio podría concluir en 2026. Aun así, un fallo adverso probablemente será apelado ante la Corte Suprema.