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Ciencia

Video: Ronan, la leona marina que baila al ritmo de Boogie Wonderland

Según el equipo investigador del New College of Florida, su sincronización es tan precisa que en muchos casos supera la de los seres humanos.

Por Marión Briancesco | 13 de May. 2025 | 7:46 pm

Nacida en libertad, rescatada tras varios varamientos y, desde hace más de una década, estrella indiscutible del ritmo en el Laboratorio Marino Long de la Universidad de California. Baila Boogie Wonderland de Earth, Wind & Fire, y su público no son fans de la música disco, sino científicos. Su nombre es Ronan, y acaba de reafirmar su lugar como una de las grandes embajadoras de la musicalidad animal.

Un nuevo estudio publicado el 1 de mayo en Scientific Reports, de la revista Nature, revela que esta leona marina de 15 años no solo mantiene su capacidad para seguir el ritmo, sino que la ha perfeccionado con los años. Según los investigadores del New College of Florida, su sincronización es tan precisa que en muchos casos supera la de los seres humanos.

A diferencia de los humanos, cuya habilidad para seguir un ritmo suele estabilizarse o incluso deteriorarse con la edad, esta leona marina ha mostrado constancia y progresión. Su destreza no se limita a movimientos instintivos: adapta sus cabeceos y movimientos al compás de distintos tempos musicales, desde los 70 hasta los 143 pulsos por minuto, una habilidad que los investigadores califican como una manifestación clara de "arrastre sensoriomotor".

Hasta la fecha, ha participado en más de 2.000 sesiones experimentales de entrenamiento rítmico, con ejercicios de entre 10 y 15 segundos cada uno. El estudio destaca que, aunque la mayoría de sus entrenamientos previos fueron con estímulos metronómicos simples, su rendimiento frente a nuevas canciones y tempos es sobresaliente.

Para medir su desempeño de forma comparativa, los investigadores también reclutaron a 10 estudiantes universitarios y les pidieron replicar los mismos movimientos rítmicos con el antebrazo, frente a las mismas condiciones musicales. El resultado: en más de una ocasión, Ronan fue más constante y precisa que los humanos.

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Su caso no solo desafía la creencia de que el sentido del ritmo es exclusivo de los humanos y algunas aves, sino que también abre nuevas líneas de investigación sobre cómo evolucionaron las capacidades musicales y motoras en los mamíferos.

Según los investigadores, Ronan se mantuvo en un peso saludable de 80 kilos y recibió una dieta diaria de hasta 4 kilos de pescado, con un 30 % destinado a sus entrenamientos rítmicos como refuerzo positivo. Las sesiones duraban entre 5 y 10 minutos y se realizaban una vez al día. Todo el estudio se realizó bajo estrictas normas de bienestar animal, sin causarle daño.

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