“Yo perdí a mi nieto por estas personas”: Vecinos de Aguantafilo están hartos del narco

Operaciones narco en Aguantafilo, Hatillo. Video policial.
Los vecinos de la ciudadela 25 de Julio, en Hatillo, más conocida como Aguantafilo están hartos de las ventas de drogas, la operación de búnkeres y la violencia entre grupos de narcomenudeo. Ellos saben quiénes están detrás de todo esto, pues los han visto pasearse por las calles en carros de modelo reciente, con gruesas cadenas de oro y armas.
Viven con temor y con el riesgo de que algún familiar caiga en las garras de la droga o sea reclutado por estas organizaciones criminales. Uno de esos vecinos con más de 40 años de residir en esa ciudadela relató a CR Hoy que están hartos de la situación que han tenido que soportar.
"Mono fue el fundador número uno de la venta de droga acá, yo perdí a mi nieto en las drogas por estas personas hemos sufrido mucho. El líder absoluto es alias Mono atrás sigue Chiquitillo y luego Eros, así es como esta eso", contó este vecino por medio de correo electrónico y en la condición de que no se revelara su nombre.
Esta semana CR Hoy ha dado a conocer la forma en que operan estas organizaciones criminales en esa ciudadela de Hatillo y cómo a muchos vecinos los han despojado de sus casas. El subdirector del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Michael Soto, confirmó que los principales líderes de esas organizaciones ni siquiera viven en esos lugares se han trasladado a Escazú, Santa Ana incluso las investigaciones determinaron que alias "Eros" salió del país desde noviembre del 2024 y está asentado en Medellín, Colombia.
Yo soy vecino de la Ciudadela 25 de julio desde hace más de 40 años, nosotros los vecinos estamos cansados de esta situación que aquí se vive inseguridad por las ventas de drogas, ellos usan drones para vigilar y hacen bulla o gritan los llamados campanas para avisar que viene la policía. Vecino de Aguantafilo.
El director de la Policía Municipal de San José, Marcelo Solano, explicó que hay una dinámica de violencia muy asentada en esa comunidad.
Encontramos una dinámica de violencia en donde las organizaciones criminales expulsan a los vecinos de sus casas, los intimidan ya sea por deudas con gota a gota (prestamistas informales) o porque tienen alguna rencilla con otra organización criminal, simplemente porque que son objetivos de la organización, los expulsan de la casa y una vez que logran adueñarse de la propiedad la ponen a trabajar como búnker o sitios de almacenamiento. Marcelo Solano, policía municipal de San José.

Estos personajes encabezan las acciones de matonismo para apropiarse de viviendas. Primero identifican posibles objetivos y buscan tener casas estratégicas que sirvan como búnker, refugio o bodega, evitando concentrar todo en un mismo inmueble.
Se apoderan de muchos sitios públicos porque intimidan a la gente para que dejen de llevar a los niños, así se apoderan de estos lugares y los convierten en búnkeres. Marcelo Solano, policía municipal de San José.
Los vecinos honestos que viven en este lugar, que son la mayoría, hasta conocen a los líderes, dónde viven y cómo se mueven.
Mono tiene como 15 casas de alquiler aquí en la 25 de julio y tiene la de él aquí donde vivió por muchos años. Ahora se fue a vivir a un condominio en Escazú, ocupamos un alto por favor, en está comunidad necesitamos ya un alto, es mucho de 20 años de sufrir. Vecino de Aguantafilo.

Patrulla de la Fuerza Pública circula por el principal punto de venta de droga en Aguantafilo. En ese momento los "campanas" hacen ruidos como advertencia.
El subdirector del OIJ, Michael Soto, destacó que esta zona se han convertido en un sitio de procesamiento o "cocina" de droga para distribución a casi todo el país, razón por la cual es muy peleada entre estos grupos.
La droga ya procesada, es decir, el crack ya preparado, ya dosificada las dosis de marihuana o cocaína se vuelve muy oneroso. Oneroso porque en la venta diaria en búnker pueden generar, uno, dos y hasta tres millones de colones al día y ya cuando es distribución hacia otras zonas indudablemente genera muchísimos más recursos. Son zonas muy peleadas. explicó Soto.
Para sostener el negocio, los grupos de Aguantafilo mantienen alianzas con organizaciones de barrios cercanos, como Los Lara en Sagrada Familia, Churro en Tirrases y Los Myrie en Alajuelita.