Zapatería tica cumple 70 años y se renueva gracias a Internet
A los 24 años Gonzalo González aprendió el oficio de zapatero en San Carlos y su legado se ha mantenido durante tres generaciones. Hoy, su nieta Alicia Arguello, lucha por darle un nuevo empuje llevándola a todos los rincones de Costa Rica, con la venta de zapatos por Internet.
La joven vive en Heredia y está a punto de concluir sus estudios de administración de empresas.
La idea de esta sancarleña es aplicar sus conocimientos, sintiendo en su corazón un gran orgullo del legado que dejó su abuelo.
"Daría cualquier cosa por tener a mi abuelo al frente y decirle: ‘Papa Chalo estoy siguiendo su legado… soy una comerciante como usted. Tengo ese mismo espíritu de emprendedurismo y de ayudar a la gente, porque él regalaba zapatos a las personas más pobres", contó.
Los zapatos que comercializa son importados de Colombia, Panamá y Brasil, pero también cuentan con algunas marcas costarricenses.
>-->La página web se llama: diecinueve76.com y fue diseñada por el novio de Alicia, el ingeniero industrial, Emmanuel Parraga.
Los interesados pueden ingresar al facebook: www.facebook.com/diecinueve 76 y hacer pedidos desde cualquier parte del país especificando el estilo de los zapatos que quiere y mediante correos de Costa Rica le llegarán a su casa.
El sitio tiene ese nombre porque fue en 1976 cuando se crea en San Carlos la Zapatería Sussy, que hoy evidencia el esfuerzo y la dedicación de una familia que tiene 70 años de estar ligada con el negocio del calzado.
Todo por amor
La historia de esta empresa familiar empieza en 1946 cuando una pareja conformada por Gonzalo González y Julia Quesada Chávez decidieron casarse.
Él puso una pequeña fábrica de zapatos, mientras que Julia aprovechaba una ventana de su casa para exhibir ropa de niño, que ella confeccionaba en un local cerca de la iglesia Católica de Villa Quesada, hoy Ciudad Quesada.
“Chalo”, como le decían sus amigos y conocidos, se asomó por la ventana del único zapatero que había en Villa Quesada y decidió aprender.
El oficio le pareció "un jamón”, según contó a sus nietos. Le pagaban 25 centavos por cada par de zapatos que hacía.
Gonzalo tenía varios amigos que también tuvieron la curiosidad de aprender el oficio: Ramón Gómez, Ligo Gómez y José Altamirano. En los años 50 decidieron poner una venta de calzado hechos por los muchachos sancarleños.
Uno a uno fue abriendo su propio negocio quedando solos Ramón Gómez y Gonzalo González. Trabajaron juntos por muchos años y montaron su propia tenería.
Ya no trabajaban haciendo zapatos, pues abrieron un taller donde tenían muy buenos operarios que hacían hermosos zapatos para hombre, mujer, niño y niña.
Alrededor de 1970 la importación masiva de calzado salvadoreño, guatemalteco y nicaragüense, los llevó a cerrar la fábrica de calzado y la tenería, quedándose sólo con la venta de zapatos, y así nace la Zapatería Sussy.
González murió hace uno año y la Zapatería Sussy pasó a manos de sus hijos: Miriam y Adrián González.
Ellos están empeñados en ampliar la obra de González y llevar los zapatos hasta el último rincón de Costa Rica.