5G traerá un cambio en infraestructura: antenas se podrán colocar en edificios
Algunas aplicaciones requerirán hasta 10 veces más cantidad de torres
(CRHoy.com).-La inminente llegada de redes 5G traerán un cambio en la infraestructura a la que estamos acostumbrados a ver en el país.
Al respecto, la semana pasada, el vicepresidente Stephan Brunner, anunció que antes de que se cumplan los primeros 100 días de la administración Chaves Robles, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y Radiográfica Costarricense (RACSA), deberán haber devuelto las frecuencias del espectro radioeléctrico necesario para el despliegue de 5G.
Hasta ahora el modelo ha sido colocación de radiobases, pero con la quinta generación se podrán instalar las antenas incluso en techos de edificios, con lo que se evita la construcción de una torre.
Aunque esta facilidad ya es posible también en redes 4G, el hecho de que 5G requiera más densidad de antenas significa que el colocarlas sin necesidad de levantar una estructura, vendría a ayudar a enfrentar la tramitología de permisos, especialmente en municipalidades.
Según el más reciente Informe Valoración de Reglamentos Municipales para Construcción de Infraestructura de Telecomunicaciones 2021, al menos 7 municipios no contaban con normativa específica para colocación de torres de telefonía, luego de más de 13 años después de promulgada la Ley General de Telecomunicaciones.
Pero con la nueva legislación, las condiciones cambian y ya será posible colocar infraestructura en edificaciones públicas.
"Se autoriza a las instituciones autónomas, universidades estatales, las municipalidades y entes públicos no estatales, titulares del dominio público a permitir en sus bienes de uso público y patrimoniales e inmuebles, entre los que se incluyen los edificios, para la instalación de los dispositivos que permitan ampliar la cobertura de telecomunicaciones", indica el artículo 5 de la Ley 10216.
Además, en un plazo máximo de 4 meses (el 8 de diciembre) deberá estar lista toda normativa de aplicación general y de acatamiento obligatorio incluidos los ayuntamientos. La nueva ley para incentivar y promover la construcción de infraestructura de telecomunicaciones fue publicada el pasado 8 de junio y establece un lapso de 6 meses para que estén listan todas las reglamentaciones, directrices, instrucciones, normativa y resoluciones complementarias.
Hasta 10 veces más antenas
Se estima que con 5G se pueden llegar a requerir hasta 10 veces más cantidad de torres que los actuales sistemas de cuarta generación.
Esa densidad de antenas sería necesaria para aplicaciones de Internet de las Cosas (IoT) como carros sin conductor, por ejemplo, aunque la cifra dependerá de los servicios que brinden las operadoras en un sistema de quinta generación.
Pero a diferencia de tecnologías anteriores como LTE, 5G si bien ocupa más cantidad de infraestructura, esta no necesariamente ocupa el levantamiento de postería como la actual, aunque si requiere ductería que transporte la fibra óptica hasta el punto de distribución de las señales.
Este fue uno de los temas más discutidos en el Foro Costa Rica Conectada: Regulación para el Futuro de las Telecomunicaciones.
Por ejemplo, Sebastián Cabello, experto en políticas de tecnología y CEO de SmC+, señaló durante la actividad que el modelo del despliegue de infraestructura cambia con 5G.
"Lo que implica este desafío es que va a cambiar el despliegue de infraestructura, con una estación macro de 4G se podía cubrir un amplio territorio, con la evolución se 5G se hace necesario empezar a desplegar small cells o celdas pequeñas, servidores EDGE y complementar los despliegues y otros más pequeños casi del tamaño de una caja de zapatos.
No es el problema del costo de esas celdas, si no es el costo de adquisición y el mantenimiento lo que va a requerir la evolución. Si uno quiere tener carros conectados con servicios de muy baja latencia va a requerir un gran cambio en el despliegue de infraestructura y es otra de las cosas que está cambiando en términos de tendencia", explicó Cabello.
"Pensando en el futuro y en los nuevos servicios, debemos pensar en cómo va a funcionar 5G: lo va a hacer a través de discriminar diferente niveles de latencia en distintos servicios que necesitan grados de respuesta manejados; incluye vehículos autónomos, robótica, cirugía virtual, realidad aumentada, para lo que se requiere una densidad de sitios importante, para lo cual los países tienen que prepararse, lo cual es un desafío enorme", añadió el especialista.
Para él, la reglamentación clara es fundamental para el desarrollo de esta nueva tecnología y se requiere un trabajo mancomunado y colaborativo entre operadores y autoridades. "El gran desafío es sentar a todos en la mesa: organismos medioambientales, salud, representantes ciudadanos, las autoridades de tecnología e integrar todo en un plan", concluyó.
Por su parte German Arias, gerente de Gobierno y Asuntos Regulatorios para Hispanoamérica de SBA Communications, dijo durante la actividad que en el país hay 4.500 torres de telecomunicaciones, de ellas solo el 20% están compartidas.
"Se están poniendo más torres de las que se necesitan, se están colocando torres que no cumplen con los estándares técnicos.
Tenemos una frase que dice que necesitamos la menor cantidad de torres posibles para dar un 100 % de conectividad", expresó Arias, para quien compartir las torres de comunicaciones es un buen negocio.
Para él, una celda de 5G tiene un impacto muy distinto que una torre de 34 metros de altura. "Se va a necesitar una gran cantidad de infraestructura para 5G, pero como es pequeña, se pueden usar fachadas, semáforos y edificios públicos", concluyó Arias.
Finalmente, Miguel di Campo, gerente de Asuntos Públicos de América Tower para Perú, Colombia y Costa Rica, estima que el país se está quedando atrás en materia de quinta generación y las inversiones en esta tecnología se están yendo a otras naciones.
"Se necesita un consenso, se requiere un pacto por la inclusión digital: Estado, municipios, comunidades y empresas, porque por el hecho de que se tenga una ley no necesariamente quiere decir que tengamos la licencia en el lugar para hacer la instalación", señala di Campo, quien considera que la Ley 10216 es un gran paso, pero es el primero de muchos y evitará la gestión desigual entre cantones.
Los panelistas coincidieron en que los gobiernos locales cobren tasas justas para la colocación de las radiobases y los procesos de aprobación de permisos sean ágiles y transparentes.